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Pregunta

¿Cómo debemos actuar cuando un líder cristiano renuncia a la fe y se aleja?

Respuesta


Es trágico que un líder cristiano renuncie a su fe. Nos duele tal acontecimiento, y el dolor que sentimos se ve agravado por el hecho de que la caída suele ir acompañada de otras noticias desgarradoras: un divorcio, el descubrimiento de pecados secretos, la aceptación de normas morales mundanas, etc. Los efectos de la renuncia a la fe de un líder cristiano se extienden a él, a su familia, a su antigua iglesia y a la iglesia en general. La mayoría de los apóstatas pasan desapercibidos, pero los que tienen una posición de alto perfil (algunos dirían "celebridad") dentro de la iglesia aparecen en los titulares cuando abandonan la fe.

El problema de tener falsos creyentes dentro de la iglesia, incluso en posiciones de liderazgo, no es nada nuevo. Jesús nos advirtió sobre los falsos profetas (Mateo 7:15; 24:11). Pablo advirtió a los ancianos de Éfeso sobre los apóstatas que aparecían entre sus propios compañeros (Hechos 20:29-31). Advirtió a Timoteo del peligro espiritual y le dio ejemplos: "Milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar" (1 Timoteo 1:18-20). Juan reveló la condición espiritual de los apóstatas: "Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros" (1 Juan 2:19). En otras palabras, los apóstatas no son personas que "perdieron" su salvación; más bien, son personas que en primer lugar nunca fueron salvas. Los falsos creyentes terminan por mostrar su verdadera cara. La cizaña se distingue finalmente del trigo.

¿Cómo debemos responder cuando las personas en las que confiamos como buenos líderes en la iglesia se alejan? Aquí hay algunos consejos para el cristiano:

1. Examínate a ti mismo. Estamos llamados a ser humildes, no a ser orgullosos. "Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga". (1 Corintios 10:12). Pedro consideraba que su propio compromiso con Cristo era más fuerte que el de los demás discípulos, y así se lo hizo saber a Jesús: "Aunque todos se escandalicen, yo no" (Marcos 14:29). Pero Pedro no era tan fuerte como se creía (versículo 30). Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de tomarse en serio el estado de su relación con Dios: "Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?". (2 Corintios 13:5). ¿Estamos realmente en la fe, o sólo estamos ofreciendo un servicio de labios a Cristo y fingiendo seguirlo?

2. Ora por el apóstata. La decisión de alguien de "alejarse" de la fe es un motivo para quebrantar nuestro corazón. Ora por la restauración y para que él o ella lleguen a conocer al Señor en verdad. Ora por todos los que están en la esfera de influencia del apóstata: miembros de la familia, de la iglesia y otras personas cercanas al apóstata que con toda seguridad se sentirán devastadas por la noticia.

3. Pon tu mirada en Jesús. Sólo él es el autor y el consumador de nuestra fe (Hebreos 12:2). En este momento, puede ser un determinado pastor o autor de libros más vendidos el que ocupe los titulares. Mañana puede ser otro. Sin embargo, nuestro enfoque debe ser Jesús. Él nunca cambia (Hebreos 13:8). Su amor, Su pureza y Su veracidad permanecen siempre. Los titulares de nuestros corazones siempre deben presentar a Cristo y Su obra perfecta.

4. Recuerda que el evangelio no se ve afectado por las acciones de los hombres falibles. La decisión de un apóstata de abandonar la fe no dice prácticamente nada sobre quién es Jesús o la verdad de la Biblia. Sin embargo, sí dice mucho sobre el apóstata. Correr una persiana no hace que el sol desaparezca, y la decisión de alguien de rechazar la verdad no cambia la verdad. El evangelio permanece inmaculado: el arrepentimiento y la fe en la muerte y resurrección de Cristo darán como resultado la transformación sobrenatural por parte del Espíritu Santo de una persona que pasará de ser un hijo del diablo a un hijo de Dios.

5. Busca lo bueno que los verdaderos seguidores de Cristo hacen cada día. Es fácil detenerse en las historias negativas sobre los líderes cristianos en las noticias. No obstante, la iglesia está haciendo cosas maravillosas todos los días en todo el mundo. Como dice el representante nacional de la GARBC (Asociación General de Iglesias Bautistas Tradicionales - Por sus siglas en inglés), Mike Hess, "Considera cómo Dios ha usado a tu iglesia durante la semana pasada. En todo el mundo los pastores fieles se han puesto firmes y han proclamado abiertamente las buenas noticias del evangelio de Jesucristo. Siervos fieles han servido con sacrificio a los niños en las iglesias durante la Escuela Bíblica de Vacaciones. Otros han escuchado y orado pacientemente con aquellos que están pasando por un enorme sufrimiento y dolor. Se ha invitado a los vecinos a los hogares donde el amor de Cristo se ha visto reflejado en la generosa hospitalidad de los cristianos. Se han adoptado huérfanos. La disciplina amorosa y reparadora de la iglesia ha dado lugar a un dulce arrepentimiento y a la reconciliación. Las iglesias locales han enviado equipos a viajes misioneros de corta duración por todo el mundo. Se ha infundido una nueva esperanza en los matrimonios con problemas mediante la consejería bíblica compasiva que busca ayudar en vez de condenar con dureza. Los pródigos han vuelto a casa. Nuevos creyentes han hecho pública su fe y se han identificado con el evangelio mediante el bautismo cristiano. Y quizás lo más importante, muchos han venido a la fe salvadora en Cristo" (de un comentario del sitio web de GARBC, consultado el 8/1/2019). Ninguna de estas cosas llama la atención a nivel nacional. Tal vez deberían hacerlo.

6. Ponte toda la armadura de Dios. Esta batalla espiritual en la que estamos es real. Nuestro enemigo está activo y busca a quién devorar (1 Pedro 5:8). Sin embargo, Dios nos ha dado una protección (Efesios 6:10-18) que sería prudente usar.

7. Mantente conectado con los creyentes de tu iglesia. Tenemos un gran apoyo en los creyentes que pueden exhortarnos, animarnos y edificarnos. Podemos rendir cuentas los unos a los otros y ayudar a evitar la sutil invasión del pecado. "Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado" (Hebreos 3:12-13). El ánimo es una medicina que ayuda a contrarrestar el envenenamiento del pecado y el endurecimiento espiritual. Es necesario tomar una dosis diaria.

La doctrina es importante, así como un paseo diario y honesto con Dios. Que el Señor nos preserve a todos de caer y deshonrar Su nombre.

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