Pregunta
¿Qué significa que la alegría llega por la mañana?
Respuesta
"Porque Su ira es solo por un momento, pero Su favor es por toda una vida. El llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá el grito de alegría" (Salmo 30:5, NBLA). Hablando de la disciplina de Dios, el salmista nos recuerda que las penas que afrontamos en esta vida son temporales. Por muy dolorosa que sea una temporada, sólo es una temporada. La vida tiene giros, vueltas, altibajos y, aunque suframos noches oscuras, llegará la mañana. Los versículos 11 y 12 (NBLA) nos aclaran esta idea: "Tú has cambiado mi lamento en danza; has desatado mi ropa de luto y me has ceñido de alegría; para que mi alma te cante alabanzas y no esté callada. Oh Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre".
Debemos cantar a Dios y adorarle y alabarle (Salmo 30:4; 63:4; 104:33; 146:2). Cuando guardamos silencio y nuestros corazones se apartan de la adoración, no estamos viviendo todo nuestro potencial. Este mundo plagado de pecado nos da muchas razones para desesperar (Juan 16:33). Nuestro propio pecado suele acarrear la disciplina de Dios (Hebreos 12:7-8; Apocalipsis 3:19). Las angustias, las desilusiones y las traiciones pueden dejarnos destrozados, y podemos preguntarnos si la esperanza no volverá nunca más. Por eso Dios nos recuerda que la alegría llega por la mañana. Las noches oscuras pueden durar mucho tiempo, pero nunca son permanentes para los que están en Cristo Jesús.
En lugar de la desesperanza, tenemos Su promesa de que Él hará que todas las cosas obren para el bien de los que aman a Dios y son llamados según Su propósito (Romanos 8:28). Sólo Dios puede tomar lo muy malo y transformarlo en algo muy bueno. Incluso cuando caminamos por "el valle de sombra de muerte", no debemos temer ningún mal (Salmo 23:4). Nuestro Buen Pastor nunca nos abandona, y nuestro sufrimiento siempre tiene un propósito (Salmo 56:8). El Señor puede tomar los lugares rotos de nuestra vida y crear un mosaico que bendiga al mundo. A menudo es nuestro dolor más oscuro el que se convierte en nuestra luz más brillante cuando se lo confiamos a Él. La alegría llega por la mañana, cuando despertamos a nuestro propósito y vemos que incluso nuestros errores, penas y confusión se han convertido en los cimientos sobre los que Dios construye un ministerio.
David lo comprendió. Fue ungido rey cuando era adolescente (1 Samuel 16:13), pero pasó muchos años huyendo del rey reinante Saúl. No obstante, aquellos años no fueron en vano. Por duros que fueran, fue durante esos años cuando David escribió muchos de los salmos que ahora consuelan a millones de personas. El apóstol Pablo oyó el portazo de las puertas de la cárcel a sus espaldas, y durante dos largos años estuvo sentado en una celda por predicar el Evangelio. Aquellos años pudieron parecer un desperdicio, pero fue durante su encarcelamiento cuando escribió al menos cuatro libros del Nuevo Testamento.
Dios permite que el dolor y la lucha entren en nuestras vidas para refinarnos como el oro (1 Pedro 1:6-7). Jesús era Dios en la carne, pero sufrió terriblemente mientras estuvo en la tierra para que supiéramos que Él comprende nuestro dolor (Hebreos 4:15; 5:7-8). Por muy malo que fuera en el momento, "por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios" (Hebreos 12:2, NBLA). Se nos dice: "Consideren, pues, a Aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra Él mismo, para que no se cansen ni se desanimen en su corazón" (versículo 3, NBLA). Así pues, Jesús nos sirve de modelo de lo que significa que la alegría llegue por la mañana.
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¿Qué significa que la alegría llega por la mañana?