Pregunta
¿Es bíblica la frase "Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti"?
Respuesta
Sí, la frase "Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti" es bíblica. Proviene de Mateo 7:12, conocida comúnmente como la Regla de Oro. En ese versículo, Jesús enseña un principio universal:
"Por eso, todo cuanto quieran que los hombres les hagan, así también hagan ustedes con ellos, porque esta es la ley y los profetas" (NBLA).
La formulación habitual—"Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti"—es simplemente una manera resumida de expresar lo que Jesús dijo. Aunque las traducciones lo expresan con diferentes palabras, el mandamiento permanece igual:
"Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti" (NTV).
"Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos" (RVR1960).
"Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes" (NVI).
"Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados" (TLA).
Jesús pronunció esta enseñanza dentro del contexto del amor al prójimo, especialmente al enemigo. Él invierte la lógica humana de responder según lo que otros nos hacen (ver Mateo 5:38–48). En lugar de actuar conforme a lo que alguien "merece", Jesús nos manda tratar a los demás según lo que deseamos recibir.
Además, Jesús afirma que este principio resume "la Ley y los Profetas", lo que significa que siempre ha sido parte esencial del mensaje bíblico. Más adelante, cuando le preguntaron por el mayor mandamiento, Él respondió: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y primer mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas" (Mateo 22:37–40)
La noche antes de su crucifixión, Jesús profundizó aún más este estándar al dar un mandamiento nuevo: "Un mandamiento nuevo les doy: "que se amen los unos a los otros"; que como Yo los he amado… En esto conocerán todos que son Mis discípulos" (Juan 13:34–35). Una manera práctica de demostrar este amor es aplicar la Regla de Oro.
Este principio reconoce que naturalmente pensamos primero en nosotros mismos; por eso la enseñanza nos llama a salir de nuestra comodidad y actuar con empatía. No se trata de preferencias triviales ("Me gusta el chocolate, así que todos deben comer chocolate"), sino de virtudes morales: "Quiero ser tratado con amabilidad, por lo tanto trataré a otros con amabilidad".
Es importante recordar que este principio es un estilo de vida, no un medio de salvación. No podemos cumplir el estándar perfecto de Dios por nuestras propias fuerzas. Solo en Cristo—el Hombre Perfecto—tenemos la capacidad de vivir la Regla de Oro con sinceridad.
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¿Es bíblica la frase "Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti"?
