Pregunta
¿Qué significa hablar vida?
Respuesta
Muchos cristianos nunca han considerado el increíble impacto que sus palabras pueden tener en otras personas. Dios nos creó para ser seres expresivos, y la Biblia nos dice que nuestras palabras tienen poder de vida y muerte (Proverbios 18:21). El ánimo con frecuencia llega a través de las palabras. Lo mismo ocurre con el desánimo. "Hay quien habla sin tino como golpes de espada" (Proverbios 12:18, NBLA), pero "una palabra a tiempo, ¡cuán agradable es!". (Proverbios 15:23, NBLA). Hablar vida es ser una persona de ánimo, edificación y bendición para otros a través de lo que dices.
Proverbios 10:11 (NBLA) dice: "Fuente de vida es la boca del justo". ¿Cómo podemos, como seguidores de Cristo, aprender a encauzar nuestras palabras de modo que hablemos vida a quienes amamos y a las personas perdidas y moribundas de este mundo?
Proverbios 18:20-21 (NBLA) dice: "Con el fruto de su boca el hombre sacia su vientre, con el producto de sus labios se saciará. Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto". Este pasaje se refiere figurativamente a las palabras como "el fruto de la boca", que en otros pasajes es "el fruto de los labios" (Proverbios 12:14; 13:2). La mies de nuestras palabras puede traer beneficios de vida o perjuicios de destrucción y muerte. En el versículo 21, "los que la aman [la lengua]" se refiere a las personas que hablan en exceso. "Hablar demasiado conduce al pecado" (Proverbios 10:19, NTV), y estas personas sufrirán las consecuencias de lo que dicen.
Los que se proponen hablar vida entienden que las palabras que pronunciamos tienen consecuencias. Cuando un testigo declara ante un tribunal, sus palabras pueden decidir si un acusado vive o muere. Nuestras palabras pueden afectar a la salud emocional y espiritual de alguien que nos importa. Debemos pensar cuidadosamente antes de hablar porque nuestras palabras pueden destruir nuestro matrimonio, familia, amistades, iglesias y ministerios. ¿Estamos edificando las vidas de nuestros hijos, cónyuge y otros seres queridos con nuestras palabras, o las estamos destruyendo? ¿Estamos inspirando a la gente con esperanza o aplastando sus espíritus? Proverbios 15:4 (NBLA) dice: "La lengua apacible es árbol de vida, pero la perversidad en ella quebranta el espíritu".
Jesús nos recuerda que nuestras palabras se originan en el interior de nuestros corazones: "Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas. Pero Yo les digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado" (Mateo 12:34-37, NBLA). Las palabras imprudentes se lanzan sin pensar, pero el cielo las oye. Si no lo decimos en serio, no debemos decirlo.
Las palabras que decimos son importantes porque exponen la condición de nuestros corazones. A veces nuestras palabras pueden ser nuestro peor enemigo. Un corazón crítico dirá palabras despectivas; un corazón amargado, palabras punzantes; un corazón arrogante, palabras sentenciosas; un corazón ingrato, palabras de queja. Por otro lado, un corazón amoroso hablará palabras edificantes; un corazón contento, palabras de fe; un corazón humilde, palabras de aceptación; un corazón lleno de gozo, palabras de agradecimiento. El amor, la satisfacción, la humildad y la alegría son cualidades que nos ayudarán a dar vida a los demás.
Los creyentes son sabios al considerar el costoso resultado de sus palabras. Las palabras hirientes de crítica, derrota, odio, fracaso, negatividad y desesperanza producirán finalmente la muerte. El apóstol Pablo nos advierte que hablemos solo palabras que beneficien a otros: "No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan" (Efesios 4:29, NBLA).
Hablar vida significa dar palabras de esperanza, aliento, edificación, apoyo y amor. Cuando su "conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepan cómo deben responder a cada persona" (Colosenses 4:6, NBLA), están hablando vida. El Dr. Greg Smalley da cinco maneras de hablar de vida a alguien: hablar palabras de elogio, palabras de gratitud, palabras de validación, palabras de honor, y palabras de aliento (citado por Abby Lewis, "5 formas de hablar de vida a alguien", www.belovegivelove.com/5-ways-to-speak-life-into-someone, consultado el 15/4/20).
Cuando alguien dice, con palabras o acciones, "Me siento inútil", "No sé por qué Dios me hizo", "A nadie le importo" u "Odio mi vida", tenemos una oportunidad de oro para hablar vida a esa persona. Podemos seguir el ejemplo de nuestro Salvador y proclamar buenas nuevas a los pobres, libertad a los cautivos, vista a los ciegos y libertad a los oprimidos (Lucas 4:18). Podemos dar vida y esperanza a este mundo.
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