Pregunta
¿Qué quiso decir Jesús cuando nos ordenó poner la otra mejilla?
Respuesta
En Mateo 5:38-39, Jesús dice: "Ustedes han oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente". Pero Yo les digo: no resistan al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra" El concepto de "poner la otra mejilla" puede resultar difícil de entender. Permitir una segunda bofetada después de recibir una primera no es una reacción natural.
En esta sección del Sermón del Monte, donde Jesús ordena poner la otra mejilla, Él aborda la necesidad de una transformación interna y no solo la observancia externa de normas. No basta con obedecer la letra de la ley; debemos alinearnos con el espíritu de la ley.
Gran parte del material que rodea este mandato complementa la naturaleza de la venida de Jesús, caracterizada por misericordia, amor sacrificado y paciencia hacia los pecadores. Al mismo tiempo, Jesús afirma el principio del reino en el que "los últimos serán primeros". Exhorta a hacer un esfuerzo adicional por quien nos maltrata (Mateo 5:41) y a amar y orar por nuestros enemigos en lugar de odiarlos (versículo 44). En resumen, Jesús enseña que debemos ser puros por dentro y por fuera, siendo tan conciliadores como sea posible por el bien de un mundo perdido.
Conviene aclarar algo sobre la "bofetada" a la que Jesús se refiere. Él habla de ofensas o agravios personales de cualquier tipo. La "bofetada" no tiene por qué referirse a un acto literal de violencia física. Incluso hoy, una "bofetada" puede describir un insulto u ofensa. ¿Alguien te ha insultado? Déjalo, dice Jesús. ¿Te sientes ofendido? No alimentes esa reacción. Y no respondas insulto con insulto. Pon la otra mejilla.
Matthew Henry comenta este pasaje de manera útil: "Sufre cualquier injuria que puedas soportar por el bien de la paz, encomendando tus preocupaciones a la custodia del Señor. Y el resumen de todo es que los cristianos deben evitar las disputas y los pleitos. Si alguno dijere: ‘La carne y la sangre no pueden tolerar tal afrenta’, recuerda que la carne y la sangre no heredarán el reino de Dios; y quienes actúan según principios rectos tendrán más paz y consuelo" (Comentario Conciso, Mateo 5:38).
Poner la otra mejilla no implica pacifismo ni que debamos exponernos a nosotros mismos o a otros al peligro. El mandato de Jesús es una instrucción para renunciar a las represalias frente a ofensas personales. No estaba estableciendo política gubernamental ni eliminando el sistema judicial. Los delitos aún deben ser castigados y las guerras aún pueden librarse; pero el seguidor de Cristo no necesita defender sus "derechos" personales ni vengar su honor.
En ciertos momentos de la historia, los hombres se sentían obligados a proteger su honor contra aquellos que los calumniaban, retando al ofensor a un duelo. Esto solía terminar con un derramamiento de sangre completamente innecesario. Samuel Johnson solía decir que un hombre podía disparar contra quien invadiera su carácter como contra quien invadiera su casa. Pero las "invasiones del carácter" son precisamente el tipo de ofensa que Jesús nos dijo que toleráramos en Mateo 5:38. Poner la otra mejilla habría sido una opción mejor que batirse en duelo y habría salvado vidas.
La represalia es lo que el mundo espera. Poner la otra mejilla requiere ayuda de lo alto. Responder al odio con amor e ignorar las ofensas personales demuestra el poder sobrenatural del Espíritu Santo en nosotros y puede abrir puertas para compartir el Evangelio.
Jesús fue el ejemplo perfecto de poner la otra mejilla. Guardó silencio ante Sus acusadores y no pidió juicio desde el cielo contra quienes lo crucificaron. En cambio, oró: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23:34).
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