Pregunta
¿Existirá el género en el cielo?
Respuesta
Algunas personas creen que, en el cielo, todas las personas serán asexuadas; otras creen que conservarán su género en el cielo y que la resurrección del cuerpo no cambiará el sexo de nadie. Los hombres serán hombres en el cielo y las mujeres serán mujeres.
Quienes promueven la visión sin género a veces utilizan Mateo 22:30 como texto de prueba. En ese versículo, Jesús habla de que las personas después de la resurrección no participarán en el matrimonio, sino que serán "como los ángeles". Jesús dice que las personas no se casarán en el cielo; sin embargo, no dice nada sobre el género en el cielo.
Otro pasaje citado por los partidarios de la visión sin género es Gálatas 3:28: "No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos son uno en Cristo Jesús". Algunos dicen que este versículo presenta la realidad de la nueva creación: en Cristo, que hace nuevas todas las cosas, el género será literalmente eliminado. En respuesta, diríamos que Gálatas 3:28 habla de una unidad espiritual en la que ni los hombres ni las mujeres tienen ventajas o desventajas especiales en la salvación. El cielo no muestra favoritismos por motivos de género.
Si no existe el género en el cielo, ¿por qué Dios creó a Adán y Eva como seres con género? Algunos dicen que Dios sabía que el género sería necesario en un mundo caído, que la procreación sería necesaria para compensar las pérdidas causadas por la muerte. En la nueva tierra, la muerte será abolida, lo que hará que la procreación (y el género) sean innecesarios. Sin embargo, esta explicación se basa en inferencias y suposiciones, más que en algo explícito en el texto de las Escrituras.
De hecho, no hay nada en la Biblia que indique que las personas perderán o cambiarán su género en el cielo. Por el contrario, la Biblia da a entender que seguiremos siendo quienes somos en el cielo, y el género es parte de lo que somos. El género es parte de nuestra propia naturaleza y afecta la forma en que nos relacionamos entre nosotros y con Dios. En el paraíso, Lázaro seguía siendo Lázaro, y Abraham seguía siendo Abraham (Lucas 16:22-24). Elías y Moisés aparecieron en gloria como ellos mismos (Mateo 17:3). Y el Jesús resucitado seguía siendo un "Él" (ver Lucas 24:27). En cada uno de estos casos, los hombres siguen siendo hombres. Nadie perdió su género en el cielo.
Agustín vio correctamente el estado eterno como una restauración y renovación de la obra de Dios, no como una erradicación de la misma. Agustín "no tenía ninguna duda de que ambos sexos resucitarían. Porque no habrá lujuria, que ahora es causa de confusión. Porque antes de pecar, el hombre y la mujer estaban desnudos y no se avergonzaban. De esos cuerpos, entonces, se retirará el vicio, mientras que se preservará la naturaleza. Y el sexo de la mujer no es un vicio, sino naturaleza... Él, entonces, que creó ambos sexos, restaurará ambos" (La ciudad de Dios, libro XXII, cap. 17).
En el estado eterno, "ya no habrá maldición" (Apocalipsis 22:3). Así pues, la maldición del pecado ha sido eliminada. Pero el género nunca formó parte de la maldición. Dios creó a la humanidad "varón y mujer" (Génesis 1:27) antes de la caída. El género, por lo tanto, formaba parte de la creación "y era bueno" (Génesis 1:31). La vida en el cielo será muy diferente a como es ahora, pero no hay razón para pensar que el género se perderá en el cielo.
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