Pregunta
¿Qué es un esposo de sangre en Éxodo 4:25?
Respuesta
La esposa de Moisés, Séfora, llama a Moisés "esposo de sangre" en Éxodo 4:25. Para comprender el apelativo y la circunstancia que llevó a Séfora a utilizarlo, retrocederemos unos 400 años:
El Génesis termina con José como primer ministro de Egipto que, gracias a la providencia de Dios, salvó a Egipto del hambre y acogió a toda la familia de su padre para que viviera en la tierra de Gosén.
El Éxodo comienza, siglos después, con los israelitas convertidos en una gran nación. Eran perseguidos por un faraón al que no le importaba lo que pudiera haber hecho José y temía que tantos extranjeros en la tierra supusieran un riesgo para la seguridad (Éxodo 1:8-11). Ordenó que mataran a todos los bebés israelitas varones, pero el niño Moisés fue salvado por su madre y finalmente adoptado por la hija del faraón (Éxodo 2:1-10). Creció como miembro de la realeza egipcia, pero nunca olvidó que era israelita. Un día defendió a un esclavo israelita, pero mató a un egipcio en el acto. El faraón quería matar a Moisés, así que Moisés huyó del país (Éxodo 2:11-17). Se hizo pastor en la tierra de Madián.
Moisés vivió en Madián durante 40 años, se casó y tuvo hijos. No sabemos lo que pudo haber contado a su mujer y a su familia sobre su pasado, pero, según todos los indicios, planeaba ser pastor el resto de su vida y simplemente apartar de su mente a Egipto y a los israelitas cautivos.
Entonces Dios se apareció a Moisés en la zarza ardiente y le dijo que volviera a Egipto y sacara a los israelitas de la esclavitud. Moisés se opuso, pero finalmente se resignó a la tarea (Éxodo 3:1-4:17). Podemos imaginar que esto representaría una gran alteración en su vida familiar, y es posible que su mujer no estuviera contenta con el nuevo rumbo que estaba tomando.
En el viaje de regreso de Moisés a Egipto, Dios le interceptó y "quiso matarlo" (Éxodo 4:24). La mujer de Moisés, Séfora, "tomó un pedernal, cortó el prepucio de su hijo y lo echó a los pies de Moisés" (versículo 25). En aquel momento, ella dijo: "Ciertamente tú eres para mí un esposo de sangre" (versículo 25) -""esposo de sangre” refiriéndose a la circuncisión" (versículo 26). Después, Dios cedió (versículo 26). De este modo, Séfora salvó la vida de su marido.
El incidente del "esposo de sangre" suena extraño para la mayoría de los lectores. ¿Por qué enviaría Dios a Moisés a una misión y luego intentaría matarle? ¿Por qué circuncidar al hijo satisfizo a Dios? En primer lugar, debemos reconocer que quizá haya aquí algo de lenguaje antropomórfico porque, si Dios hubiera intentado realmente matar a Moisés, lo habría conseguido. Parece que Dios se opuso o amenazó a Moisés de alguna manera (tal vez con una grave enfermedad), y esto fue aparentemente porque Moisés no había circuncidado a su hijo. La circuncisión era la señal del pacto entre Dios y los descendientes de Abraham (Génesis 17:9-14). Todo varón incircunciso debía ser "cortado de entre su pueblo" (versículo 14). Esto podía significar el destierro o incluso la muerte.
Al parecer, Moisés, como pastor en Madián, había renunciado por completo a ser israelita, como demuestra el hecho de que no había circuncidado a su hijo. Quizá Moisés supuso que ya estaba "apartado" de su pueblo, así que ¿por qué iba a molestarse en mantener la señal del pacto? Por la razón que fuera, y posiblemente incluso por las objeciones de su esposa gentil, no había circuncidado a su propio hijo.
Dios no insistió en la cuestión hasta que llegó el momento de que Moisés regresara a Egipto y se convirtiera en el líder del pueblo del pacto de Dios. Antes de asumir el liderazgo, Moisés tendría que poner orden en su propia casa. No se nos cuentan los antecedentes, pero suponemos que había habido alguna discusión sobre la circuncisión entre Moisés y su mujer, porque Séfora sabía exactamente qué hacer. Después de circuncidar a su hijo, tocó los pies de Moisés con el prepucio, lo que tendría sentido si Moisés estuviera extremadamente enfermo y cerca de la muerte y, por tanto, fuera incapaz de realizar la circuncisión por sí mismo. Tocar sus pies con el prepucio fue el acto que "sanó" a Moisés, porque era una prueba tangible de que la situación pecaminosa se había corregido.
La exclamación de Séfora: "Eres para mí un esposo de sangre", es una queja o un lamento. Tuvo que hacer algo a su joven hijo, que fue muy doloroso y también muy sangriento. Era algo que ninguna madre querría hacer necesariamente, y expresó su frustración por la forma en que se habían desarrollado las cosas. Tal vez ella, incluso más que Moisés, había planeado vivir sus días en las llanuras de Madián como pastora y madre. En cambio, su familia se había desarraigado por completo para emprender un viaje que ella nunca esperó hacer. Además, se encontró haciendo algo a lo que se oponía. Se enfada con Moisés por ello y le llama "esposo de sangre". En español podría parafrasearse como "un esposo de horrores", "un compañero de miseria" o "un novio de sangre". El sentimiento es: "Si no me hubiera casado contigo, no habría tenido que hacerle esta cosa horrible a mi hijo".
Apenas se vuelve a mencionar a Séfora después del incidente del "esposo de sangre". No sabemos cómo era su relación con Moisés ni si llegó a aceptar verdaderamente a su Dios. Del mismo modo, los hijos de Moisés solo se mencionan una vez después de esto, y es evidente que no ascendieron al liderazgo en Israel. Ni siquiera está claro que la familia de Moisés viviera con él durante el tiempo que dirigió Israel. Este no era el ideal de Dios, pero Dios utilizó a Moisés a pesar de su dinámica familiar. En el Nuevo Testamento, se supone que los líderes de la Iglesia deben tener sus propias casas en orden, lo que incluye tener esposas e hijos fieles (1 Timoteo 3:1-12; Tito 1:5-9).
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¿Qué es un esposo de sangre en Éxodo 4:25?
