Pregunta
¿Puede un cristiano ser maldecido? ¿Permitirá Dios una maldición sobre un creyente?
Respuesta
La Biblia declara: "Como el gorrión en su vagar y la golondrina en su vuelo, así la maldición no viene sin causa" (Proverbios 26:2). En otras palabras, una maldición dirigida contra una persona inocente no puede asentarse ni producir efecto. Pretender que una maldición caiga sobre alguien que Dios ha declarado justo es tan imposible como ordenar adónde debe volar un gorrión. Los hijos de Dios han sido justificados por Él (Romanos 5:1) y no están bajo condenación (Romanos 8:1). Por eso, Dios no permite que Sus hijos sean maldecidos. Nadie tiene poder para maldecir a quien Dios ha elegido bendecir: solo Él tiene autoridad para juzgar.
La Biblia siempre presenta los hechizos y encantamientos de manera negativa. Deuteronomio 18:10-11 menciona a quienes practican conjuros junto a otras prácticas detestables, como el sacrificio de niños, la adivinación, la brujería o consultar a los muertos. Miqueas 5:12 anuncia que Dios destruirá la hechicería y a quienes la practican. Apocalipsis 18 describe los encantamientos como parte del engaño que el Anticristo utilizará junto con la gran ciudad llamada Babilonia (Apocalipsis 18:21-24). Aunque el engaño de los últimos tiempos será tan grande que incluso los escogidos serían confundidos si Dios no los protegiera (Mateo 24:24), el Señor destruirá por completo a Satanás, al Anticristo y a todos sus seguidores (Apocalipsis 19–20).
Maldecir a aquellos que Dios ha bendecido es peligroso. Balaam intentó maldecir a Israel, pero no pudo (Números 22–24). Proverbios advierte: "El que cava un hoyo caerá en él, y el que hace rodar una piedra, sobre él volverá" (Proverbios 26:27). David pidió ayuda contra su enemigo que lo había maldecido: "Amaba la maldición, y esta vino sobre él… se vistió de maldición como si fuera su manto" (Salmo 109:17-19). La bendición de Dios es infinitamente más poderosa que cualquier maldición, por eso un cristiano no puede ser maldecido.
El creyente es una nueva creación en Cristo (2 Corintios 5:17). El Espíritu Santo vive en nosotros y nos protege (Romanos 8:11). No tenemos por qué temer hechizos, brujería, vudú o cualquier práctica oculta. Estos actos provienen de Satanás, y él no tiene poder sobre los hijos de Dios. "Mayor es Aquel que está en ustedes que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4).
Dios ya ganó la victoria, y en Cristo también somos vencedores. "Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. Y esta es la victoria… nuestra fe" (1 Juan 5:4). Dios nos ha dado un escudo capaz de apagar "todos los dardos encendidos del maligno" (Efesios 6:16). Somos libres para vivir sin temor (Juan 8:36). Como afirma el salmista: "El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor?" (Salmo 27:1).
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