Pregunta
¿Qué es el cetro de Dios?
Respuesta
La palabra cetro significa "vara" o "bastón" y, en la Biblia, simboliza autoridad y soberanía. En el libro de Ester, por ejemplo, la reina sólo podía acercarse al trono del rey cuando este le extendía su cetro real (Ester 8:4). Un cetro roto, en cambio, representa la pérdida del poder o la autoridad: "El Señor ha quebrado el báculo de los impíos, el cetro de los gobernantes que golpeaba con furia a los pueblos con golpes incesantes, que sometía con ira a las naciones en incesante persecución" (Isaías 14:5–6).
El término también se usa para referirse al gobierno de Dios. El Salmo 45:6 dice: "Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de equidad es el cetro de Tu reino" (cf. Hebreos 1:8). En este pasaje, el cetro simboliza la supremacía absoluta y eterna de la justicia divina. Cuando la Escritura habla del cetro en relación con Dios, se refiere a Su dominio soberano sobre toda la creación. El cetro de Dios aparece además en contextos mesiánicos y proféticos, donde apunta a la venida de Jesucristo, quien gobernará con justicia sobre las naciones. En Números 24:17 leemos: "Una estrella saldrá de Jacob, y un cetro se levantará de Israel", una clara profecía mesiánica que anuncia al Rey de reyes. Jesús, descendiente de la tribu de Judá, es quien posee el cetro de Dios y recibirá autoridad sobre todas las naciones, cumpliendo lo dicho en Génesis 49:10. En Su segunda venida, ocupará Su trono y "las gobernará con cetro de hierro" (Apocalipsis 19:15, NVI).
Así, el cetro de Dios representa Su autoridad suprema sobre reyes, pueblos y naciones. Al describir a Cristo como aquel que gobierna con un cetro (Apocalipsis 12:5), la Biblia reafirma Su igualdad en autoridad con Dios mismo (Filipenses 2:5–11). Hebreos 1:8 cita el Salmo 45:6 aplicándolo directamente a Jesús, mostrando que el cetro divino le pertenece plenamente. Para los enemigos de Dios, Su cetro es un símbolo de juicio y poder irresistible; pero para quienes confían en Él por medio de la fe en Su Hijo (1 Juan 3:1), es una fuente de consuelo y esperanza. Nos recuerda que, a pesar de la maldad y el caos del mundo, nuestro Señor reina soberano, y Su cetro de justicia jamás será quebrantado.
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¿Qué es el cetro de Dios?
