Pregunta
¿Es bíblica la práctica de dedicar una casa al Señor?
Respuesta
Dedicar una casa o un apartamento al Señor es una práctica que muchos cristianos observan hoy. Al dedicar un hogar, los residentes declaran ante Dios—y ante sí mismos—que esa vivienda le pertenece, y que se comprometen a guardarla de influencias malignas. La dedicación funciona como un recordatorio visible de la presencia del Señor; por tanto, todo lo que se haga, se converse o se permita dentro del hogar debe honrarlo.
La práctica tiene raíces en el Antiguo Testamento. Cuando Abraham y otros patriarcas se trasladaban a un nuevo lugar o tenían un encuentro especial con Dios, solían construir un altar allí y darle un nombre que recordara la obra del Señor en ese sitio (Génesis 12:7; 13:18). Por ejemplo, cuando Dios proveyó un carnero en lugar de Isaac, Abraham levantó un altar y lo llamó "El Señor proveerá"; por eso "se dice hasta hoy: "En el monte del Señor se proveerá"" (Génesis 22:13-14). Cuando Dios llamó a Gedeón, "Gedeón edificó allí un altar al Señor y lo llamó El Señor es Paz" (Jueces 6:24). Y después de la victoria sobre Amalec, "edificó Moisés un altar, y le puso por nombre El Señor es mi Estandarte" (Éxodo 17:15).
El Nuevo Testamento también ofrece un principio relacionado: Jesús expulsó del templo a los cambistas y comerciantes (Mateo 21:12-13), recuperando ese espacio para la gloria de Dios. Lo llamó "la casa de Mi Padre". Cuando una familia cristiana dedica su hogar al Señor, está afirmando un principio similar: ese lugar será un espacio apartado para Él. Es una ofrenda, un reconocimiento de que Dios puede usar esa casa conforme a Su voluntad.
La Biblia no establece instrucciones sobre cómo debe realizarse una dedicación de casa, ni ordena llevarla a cabo. Cualquier ceremonia, lectura o procedimiento moderno es una práctica humana. Para quienes desean dedicar su hogar al Señor, una oración sencilla es suficiente. No se requiere un sacerdote, ceremonias, agua bendita, objetos especiales ni métodos supersticiosos. Mucho menos se debe recurrir a sahumerios, rituales o prácticas paganas. Dedicarse a Dios comienza con el corazón.
La dedicación de una casa es sencillamente una expresión del deseo de algunos creyentes de incluir al Señor en cada área de su vida. Así como Jesús afirmó la santidad del templo, Sus seguidores pueden apartar su hogar para la gloria de Dios. Lo esencial es que quienes habitan en esa casa también estén dedicados al Señor: "Con sabiduría se edifica una casa, y con prudencia se afianza; con conocimiento se llenan las cámaras de todo bien preciado y deseable" (Proverbios 24:3-4).
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