Pregunta
¿Qué significa atar al hombre fuerte?
Respuesta
La frase atar al hombre fuerte hace referencia a un pasaje del evangelio de Marcos, donde Jesús responde a unos escribas judíos que lo acusaban de estar poseído por Beelzebú. Ellos decían: "Expulsa los demonios por medio del príncipe de los demonios" (Marcos 3:22, NBLA). En otras palabras, afirmaban que los demonios obedecían a Jesús porque estaban aliados con Él y lo reconocían como su jefe.
Jesús respondió a esa acusación blasfema con lógica sencilla: "¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?" (Marcos 3:23, NBLA). Luego les presentó una parábola. Primero habló del principio de que un reino dividido no puede mantenerse en pie (versículos 24–26). Después les dijo: "Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes si primero no lo ata; entonces podrá saquear su casa" (Marcos 3:27, NBLA). Aquí, Jesús se refiere a Satanás como el hombre fuerte y a sí mismo como aquel que entra a su "casa" y la saquea. Por supuesto, antes de poder arrebatarle algo, Satanás debe ser neutralizado. Jesús no estaba aliado con Satanás, como afirmaban los escribas; más bien, había venido a la tierra—que en cierto sentido es la "casa" de Satanás (1 Juan 5:19)—para atarlo y rescatar lo que él tenía cautivo: las almas de los hombres (Juan 17:15; Lucas 4:18; Efesios 4:8).
Un pasaje paralelo dice: "Cuando un hombre fuerte, bien armado, custodia su palacio, sus bienes están seguros. Pero cuando uno más fuerte que él lo ataca y lo vence, le quita todas sus armas en las cuales había confiado y distribuye su botín" (Lucas 11:21–22, NBLA). Satanás es fuerte, y protege celosamente lo que considera suyo. Pero Jesús es más fuerte que el hombre fuerte. Solo Él tiene el poder de atar al hombre fuerte y rescatarnos de su control (ver Juan 12:31).
Algunos cristianos, especialmente dentro de los movimientos carismáticos o pentecostales, aplican esta parábola a la guerra espiritual que enfrentan los creyentes. Enseñan que los cristianos deben "atar al hombre fuerte" en sus vidas o en sus ciudades y luego conquistar la victoria en el nombre de Jesús. Algunos predicadores carismáticos incluso identifican por nombre a los "hombres fuertes" y tratan de señalar las ciudades o regiones geográficas sobre las que tienen dominio. Pero estas doctrinas van mucho más allá de lo que Jesús dijo. La parábola tenía como propósito mostrar a los escribas que Él no estaba aliado con Satanás. Jesús nunca nos instruyó a "atar al hombre fuerte" ni nos explicó cómo hacerlo. No tenemos base para interpretar la parábola como una enseñanza literal sobre realidades espirituales regionales.
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