Pregunta
¿Qué significa andar en la carne (2 Corintios 10:3)?
Respuesta
En 2 Corintios 10:3, el apóstol Pablo escribe: "Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne" (NBLA). Aquí, Pablo reconoce la doble realidad de nuestra existencia terrenal. Somos seres físicos que participamos en una guerra espiritual. Andar en la carne es esencial para comprender cómo manejar las batallas espirituales.
La afirmación de Pablo, "Andamos en la carne", enfatiza la condición humana. Andar en la carne es tener un cuerpo físico sujeto a limitaciones y vulnerabilidades. Por lo tanto, los cristianos no están exentos de las luchas de la vida terrenal. En este contexto, la carne se refiere a nuestro cuerpo físico más que a nuestra naturaleza pecaminosa. Por ejemplo, Jesús caminó en la carne durante Su ministerio terrenal y participó plenamente en las pruebas humanas, pero permaneció sin pecado (Juan 1:14; Hebreos 4:15).
Al tomar forma humana, Jesús experimentó las limitaciones, las tentaciones y los sufrimientos de la vida terrenal. Hebreos 2:17-18 (NBLA) dice: "Por tanto, tenía que ser hecho semejante a Sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en las cosas que a Dios atañen...Pues por cuanto Él mismo fue tentado en el sufrimiento, es poderoso para socorrer a los que son tentados" (NBLA). La fortaleza de Dios se perfecciona en nuestra debilidad (2 Corintios 12:9), incluso mientras andamos en la carne.
Aunque "andamos en la carne", Pablo aclara que la guerra espiritual no se libra "según la carne" (2 Corintios 10:3, NBLA). La distinción entre andar en la carne y librar la guerra contra la carne es fundamental. Tenemos cuerpos físicos e interactuamos con el mundo físico. Sin embargo, las verdaderas batallas son contra enemigos espirituales: "Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes] de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12, NBLA). Mientras "andamos en la carne", debemos usar armas espirituales contra enemigos espirituales (Efesios 6:13-18).
En el contexto de 2 Corintios 10:3, Pablo defiende su ministerio apostólico contra los críticos que lo juzgaban por las apariencias externas (2 Corintios 10:7-10). Pablo contrasta las armas humanas con el poder de Dios: "Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas" (2 Corintios 10:4, NBLA). Mientras "andamos en la carne", las tácticas mundanas son impotentes contra los enemigos espirituales.
Andar en la carne nos recuerda la tensión entre nuestra vida terrenal y nuestra identidad espiritual. Como creyentes, estamos llamados a estar en el mundo, pero no ser del mundo. Jesús oró:
"Yo les he dado Tu palabra y el mundo los ha odiado , porque no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo" (Juan 17:14-16, NBLA)
Debemos estar alerta contra el maligno y depender de la gracia de Dios. Al hacerlo, el Espíritu Santo determinará nuestras prioridades y guiará nuestras vidas (Gálatas 5:16-17).
Aunque están manchados por el pecado, nuestros cuerpos físicos son esenciales para nuestra humanidad y forman parte del plan redentor de Dios. En 1 Corintios 6:19-20 (NBLA), Pablo escribe: "¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos? Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios". Los creyentes pueden reflejar la gloria de Dios incluso mientras andan en la carne.
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¿Qué significa andar en la carne (2 Corintios 10:3)?
