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Pregunta

¿Cuál es nuestro alimento espiritual?

Respuesta


La alimentación es vital para mantener la vida. Sin una alimentación adecuada, el cuerpo humano se debilita y no puede funcionar correctamente. Las personas deben cuidar su cuerpo comiendo bien y consumiendo los nutrientes clave, para que no sólo vivan, sino que desarrollen una vida saludable. El mismo principio se aplica a la vida espiritual. Se necesita una dieta adecuada de alimento espiritual para que los cristianos no se debiliten ni se cansen, sino que prosperen espiritualmente en su relación con Dios. El alimento regular del alma es vital para la vida cristiana, igual que el alimento físico lo es para el cuerpo.

Jesús destacó la importancia del alimento espiritual cuando fue tentado por Satanás: "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4, NBLA). El hombre es tanto físico como espiritual, por lo que el alimento espiritual es tan importante como el físico. Este alimento espiritual es "toda palabra que sale de la boca de Dios" Dios nos ha hablado en Su Palabra, la Biblia. Su Palabra imparte vida (Juan 6:63).

Muchas veces la Biblia habla del alimento espiritual que necesitamos: La Palabra de Dios proporciona leche (1 Pedro 2:2); es carne (1 Corintios 3:2) y pan (Deuteronomio 8:3; Job 23:12); y es más dulce que la miel (Salmo 119:103). El profeta Jeremías escribió: "Cuando se presentaban Tus palabras, yo las comía; Tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, porque se me llamaba por Tu nombre, Oh Señor, Dios de los ejércitos" (Jeremías 15:16, NBLA). El uso que hace la Escritura de metáforas alimentarias demuestra la importancia de ingerir la Palabra de Dios, de hacerla parte de nosotros. La Escritura no es algo meramente para estudiar o leer, sino para que el pueblo de Dios la "coma". Leemos la Palabra, pero luego nos detenemos a "masticarla" un rato, meditando y reflexionando sobre el significado y la aplicación de lo que hemos leído (ver Salmo 1:1-3).

En un par de ocasiones, Jesús habló de otro tipo de alimento espiritual. Después de que Jesús hablara con la samaritana junto al pozo, los discípulos le llevaron comida de la ciudad. Sin embargo, Él no comió, diciendo: "Yo tengo para comer una comida que ustedes no saben" (Juan 4:32, NBLA). Esto desconcertó a los discípulos, cuyas mentes estaban atascadas en la comida física, y Jesús les explicó: "Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo Su obra" (versículo 34, NBLA). Más tarde, después de alimentar a los 5.000, Jesús se refirió a la fe, la salvación y Su sacrificio utilizando una metáfora alimentaria: "El que come Mi carne y bebe Mi sangre, tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré en el día final. Porque Mi carne es verdadera comida, y Mi sangre es verdadera bebida" (Juan 6:54-55, NBLA).

Necesitamos alimento espiritual, es decir, necesitamos la Palabra de Dios, necesitamos hacer la voluntad de Dios y necesitamos al propio Jesús.

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