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Pregunta

¿Se contradicen Proverbios 26:4 y 26:5? ¿Cómo pueden ser ciertos ambos versículos?

Respuesta


Proverbios tiene mucho que decir sobre los necios. Desprecian la sabiduría (Proverbios 1:7, 22; 10:21; 23:9); son justos a sus propios ojos (Proverbios 12:15); son engañosos (Proverbios 14:8) y despectivos (Proverbios 10:23; 14:9). En el libro también se instruye a los sabios sobre cómo tratar a los necios. Intentar instruir a un necio es inútil porque su habla está llena de necedad (Proverbios 15:2, 14) y no desea sabiduría ni entendimiento (Proverbios 18:2).

Lo infructuoso de intentar sabiduría a un necio es la base de Proverbios 26:4-5, que explica cómo responder a un necio. Estos versículos, que parecen contradictorios, en realidad forman un tipo común de paralelismo del Antiguo Testamento, donde una idea complementa a la otra. El versículo 4 nos advierte que no respondamos a un necio en sus propios términos, para no caer en su nivel y llegar a ser tan necios como él. Como desprecia la sabiduría y la corrección, el necio no escuchará la razón y tratará de arrastrarnos a su estilo de argumento, ya sea mediante engaños, burlas o ira. Si permitimos que nos lleve a ese terreno, estaremos respondiéndole "según su necedad", es decir, de manera semejante a él.

La frase "según su necedad" del versículo 5, por otro lado, enseña que hay situaciones en las que sí debemos responder al necio, para que su necedad no quede sin desenmascarar. En ese caso, responder "según su necedad" significa exponer la insensatez de sus palabras, reprendiéndolo sobre la base de su propio razonamiento para que pueda ver la inconsistencia y la falta de lógica. Nuestra "respuesta" debe ser una reprensión que presente la verdad y contraste su necedad a la luz de la sabiduría. Aunque probablemente despreciará la corrección, aun así debemos hacerlo por causa de la verdad y por el bien de quienes escuchan, para que distingan entre sabiduría e insensatez.

La decisión entre aplicar el principio del versículo 4—ignorar al necio—o el del versículo 5—reprenderlo—depende de la situación. En cuestiones triviales, lo más sabio suele ser no responder. Pero en asuntos de peso, como cuando un necio niega la existencia de Dios (Salmo 14:1), el versículo 5 nos instruye a responder su necedad con palabras de corrección y verdad. Dejar que un necio hable sin reprensión lo refuerza en su arrogancia y puede dar credibilidad a sus palabras ante otros.

En resumen, en asuntos insignificantes es mejor ignorar al necio, pero en cuestiones importantes debemos confrontarlo para que su necedad no gane terreno ni legitimidad.

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