Pregunta
¿Qué significa ser un vaso para honra en 2 Timoteo 2:21?
Respuesta
Mientras anima a Timoteo a vivir con diligencia y santidad, Pablo usa una metáfora: los vasos "para honra" (2 Timoteo 2:21). Describe una casa grande donde hay muchos vasos—algunos de oro y plata, y otros de madera o barro. Algunos son usados con fines honorables, y otros con fines menos dignos (2 Timoteo 2:20). Pablo señala que, si alguien se limpia de las cosas que él advierte a Timoteo, esa persona será un vaso para honra (2 Timoteo 2:21a): apartado para Dios, útil para el Señor y preparado para toda buena obra (2 Timoteo 2:21b).
En el contexto inmediato, Pablo menciona varias cosas que deben evitarse para poder ser un vaso para honra. Por ejemplo, no hay que discutir por palabras, porque eso no aprovecha y solo perjudica a los oyentes (2 Timoteo 2:14). Un vaso para honra también debe evitar las conversaciones vanas y profanas, ya que conducen a una mayor impiedad (2 Timoteo 2:16). Debe huir de las pasiones juveniles (2 Timoteo 2:22). Además, debe rechazar las discusiones necias y sin sentido, porque solo generan pleitos (2 Timoteo 2:23). Finalmente, un vaso para honra no debe ser rencilloso (2 Timoteo 2:24). Al apartarse de estas cosas—al limpiarse de ellas—uno se vuelve útil y preparado para las buenas obras que Dios quiere que haga (2 Timoteo 2:21).
Pero Pablo no solo menciona lo que debe evitarse. También resalta cómo luce un vaso para honra. Debe buscar la justicia, la fe, el amor y la paz (2 Timoteo 2:22). Debe ser amable con todos, apto para enseñar y paciente cuando lo traten mal (2 Timoteo 2:23). Y debe corregir con mansedumbre (2 Timoteo 2:24).
A lo largo de 2 Timoteo 2, Pablo usa varias imágenes para ilustrar la conducta piadosa que espera ver en Timoteo y en los que él instruya: habla del buen soldado (2 Timoteo 2:3–4), del atleta que compite conforme a las reglas (2 Timoteo 2:5), del labrador esforzado (2 Timoteo 2:6), y finalmente de los vasos de una casa grande (2 Timoteo 2:20–21).
Estas exhortaciones también nos invitan a reflexionar: ¿estamos permitiendo que Dios nos use como vasos para honra, útiles y listos para hacer el bien? Pablo deja instrucciones claras sobre cómo vivir de esa manera. Él estaba preparando a Timoteo para el ministerio, y hoy sus palabras siguen siendo relevantes para todos los creyentes. Todos podemos ser vasos para honra si seguimos esta dirección. Pero también es una triste realidad que algunos, aunque crean en Cristo, no se limpien de lo deshonroso y terminen siendo vasos inútiles y sin preparación.
En el contexto inmediato, Pablo menciona varias cosas que deben evitarse para poder ser un vaso para honra. Por ejemplo, no hay que discutir por palabras, porque eso no aprovecha y solo perjudica a los oyentes (2 Timoteo 2:14). Un vaso para honra también debe evitar las conversaciones vanas y profanas, ya que conducen a una mayor impiedad (2 Timoteo 2:16). Debe huir de las pasiones juveniles (2 Timoteo 2:22). Además, debe rechazar las discusiones necias y sin sentido, porque solo generan pleitos (2 Timoteo 2:23). Finalmente, un vaso para honra no debe ser rencilloso (2 Timoteo 2:24). Al apartarse de estas cosas—al limpiarse de ellas—uno se vuelve útil y preparado para las buenas obras que Dios quiere que haga (2 Timoteo 2:21).
Pero Pablo no solo menciona lo que debe evitarse. También resalta cómo luce un vaso para honra. Debe buscar la justicia, la fe, el amor y la paz (2 Timoteo 2:22). Debe ser amable con todos, apto para enseñar y paciente cuando lo traten mal (2 Timoteo 2:23). Y debe corregir con mansedumbre (2 Timoteo 2:24).
A lo largo de 2 Timoteo 2, Pablo usa varias imágenes para ilustrar la conducta piadosa que espera ver en Timoteo y en los que él instruya: habla del buen soldado (2 Timoteo 2:3–4), del atleta que compite conforme a las reglas (2 Timoteo 2:5), del labrador esforzado (2 Timoteo 2:6), y finalmente de los vasos de una casa grande (2 Timoteo 2:20–21).
Estas exhortaciones también nos invitan a reflexionar: ¿estamos permitiendo que Dios nos use como vasos para honra, útiles y listos para hacer el bien? Pablo deja instrucciones claras sobre cómo vivir de esa manera. Él estaba preparando a Timoteo para el ministerio, y hoy sus palabras siguen siendo relevantes para todos los creyentes. Todos podemos ser vasos para honra si seguimos esta dirección. Pero también es una triste realidad que algunos, aunque crean en Cristo, no se limpien de lo deshonroso y terminen siendo vasos inútiles y sin preparación.