Respuesta:
El universalismo, la creencia de que todos serán eventualmente salvados, puede ser subdividido en varios tipos teológicos. Uno de esos tipos es el ultra-universalismo, que amplía la enseñanza de la salvación universal.
En la teología cristiana, el universalismo es la idea de que toda la humanidad será finalmente salvada a través de Cristo: todos llegan al cielo porque Jesús murió por todos y Su sacrificio cubrió los pecados del mundo entero. Luego está el universalismo interreligioso, que sostiene que todos serán salvados e irán a algún tipo de cielo, aunque no en base a la cruz: la salvación viene aparte de cualquier conexión con Cristo.
Dentro del universalismo cristiano, hay más divisiones teológicas, algunas basadas en diferentes puntos de vista de la expiación. Algunos universalistas creen que todos los no cristianos serán automáticamente salvados en Cristo, ya sea que lo conozcan o no (un tipo de inclusivismo). Otros creen que la salvación para cada persona solo ocurrirá después de que él o ella haga una profesión de fe en el señorío de Jesucristo (un tipo de exclusivismo). Algún día, "en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre" (Filipenses 2:10-11); cuando eso suceda, dicen los universalistas que sostienen el exclusivismo, todos serán salvados.
Otra gran división dentro del universalismo se basa en la idea del tormento después de la muerte. ¿Antes de la salvación final, los no salvados tendrán que experimentar el infierno o algún tipo de tormento? Algunos que creen en la reconciliación definitiva o la restauración definitiva dicen que sí, habrá un tiempo de sufrimiento después de la muerte para los no salvados, pero finalmente todos serán liberados del infierno y llevados al cielo. En su punto de vista, el infierno es remedial, no punitivo, y funciona más como un purgatorio. Los ultra-universalistas, por otro lado, creen que no hay sufrimiento alguno después de la muerte. Todas las personas van directamente al cielo cuando mueren. Los ultra-universalistas (también llamados universalistas fuertes) creen que todos serán salvados y que nadie experimentará castigo. En su punto de vista, el infierno no existe.
El universalismo nunca ha sido una doctrina oficial del cristianismo ortodoxo. Según Michael McClymond, autor de "The Devil’s Redemption", "El universalismo parece... estar fundamentalmente fuera de sincronía con la narrativa del Nuevo Testamento de la iniciativa amorosa de Dios en Cristo provocando a algunos a la fe y a otros a la ofensa e incluso al odio" (entrevista con Copan, P., "Cómo el universalismo, 'el opio de los teólogos', se volvió convencional", Christianity Today, 11/03/19). El ultra-universalismo tiene problemas aún más profundos, ya que lógicamente permite el antinomianismo y corta todas las conexiones éticas entre este mundo y la otra vida. Si no hay consecuencias por las malas acciones, todas las elecciones actuales están desprovistas de su impacto moral.
El ultra-universalismo es, por supuesto, inconsistente con la enseñanza de la Escritura. Jesús indicó que algunas personas experimentarán tormento después de la muerte (ver Lucas 16:22-24). Y enseñó claramente un juicio del fin de los tiempos: "Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes" (Mateo 13:41-42). En ese lugar similar a un horno, Jesús dice, las personas descubrirán que "donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga" (Marcos 9:48).