Pregunta
¿Qué significa que tres son los que dan testimonio (1 Juan 5:7)?
Respuesta
Juan escribe el capítulo 5 de su primera carta para animar a los creyentes, dándoles seguridad acerca de su posición en Cristo, una posición que es eternamente segura. Explica que ha escrito a aquellos que han creído en Jesús para que sepan (o comprendan con certeza) que tienen (en tiempo presente) vida eterna (1 Juan 5:13). Juan enfatiza en este contexto que "tres son los que dan testimonio en el cielo" (1 Juan 5:7, NBLA). Ese triple testimonio afirma que el creyente en Jesucristo tiene verdaderamente vida eterna.
Juan comienza esta sección de su epístola afirmando que el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios y es amado por Dios Padre (1 Juan 5:1). Si Dios ama a Sus hijos, entonces Sus hijos también deben amar a los hijos de Dios. Los creyentes pueden saber que aman a los hijos de Dios al obedecer lo que Él les ha mandado (1 Juan 5:2), al expresar ese amor tal como Dios lo ha diseñado. Las instrucciones de Dios no son gravosas ni demasiado difíciles de obedecer (1 Juan 5:3). Juan recuerda a los creyentes que ya han vencido al mundo por su fe en Cristo (1 Juan 5:4), porque todos los que han creído en Jesús han vencido al mundo (1 Juan 5:5). Juan apela a testigos importantes de este hecho, afirmando que "tres son los que dan testimonio en el cielo" (1 Juan 5:7, NBLA).
En Juan 5:6a, Juan explica que Jesús vino por agua y por sangre, enfatizando que al nacimiento humano de Jesús se le añadió Su sangre perfecta y sin pecado, lo que le permitió ser el sustituto del pecado. Juan señala al Espíritu de Dios, que da testimonio de este hecho, y en cuya palabra se puede confiar (1 Juan 5:6b). De hecho, Juan afirma que hay tres que dan testimonio (1 Juan 5:7). Y aquí es donde encontramos algunas diferencias en las diversas traducciones.
La NBLA especifica que "tres son los que dan testimonio en el cielo", y son el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y que esos tres son uno (1 Juan 5:7). En el versículo siguiente, la NBLA dice: "Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua, y la sangre", y que estos tres concuerdan (1 Juan 5:7b-8). Otras traducciones (como la NTV y la NVI) no contienen las frases "cielo y tierra" y señalan que los tres que dan testimonio son el Espíritu, el agua y la sangre (1 Juan 5:7-8). Estos tres testigos concuerdan en que Jesús es Dios hecho carne (por ejemplo, 1 Juan 4:2).
Primera de Juan 5:7-8 es, por lo tanto, un ejemplo de una variante textual (la NBLA fue traducida de manuscritos diferentes a los de la NTV, NVI). Dependiendo de la traducción que se lea, el lector entenderá que hay seis testigos:
el Padre, el Hijo y el Espíritu en el cielo; y el espíritu, el agua y la sangre en la tierra (NBLA)
o que hay tres testigos:
el Espíritu de Dios, el agua (del nacimiento normal, carnal) y la sangre (sin pecado, perfecta) (NVI, etc.).
En cualquiera de estas lecturas, Dios da testimonio de que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Por consiguiente, quien ha creído en Jesús tiene asegurada su salvación, ya que Dios también da testimonio de que el creyente tiene vida eterna (1 Juan 5:10-13).
Juan comienza esta sección de su epístola afirmando que el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios y es amado por Dios Padre (1 Juan 5:1). Si Dios ama a Sus hijos, entonces Sus hijos también deben amar a los hijos de Dios. Los creyentes pueden saber que aman a los hijos de Dios al obedecer lo que Él les ha mandado (1 Juan 5:2), al expresar ese amor tal como Dios lo ha diseñado. Las instrucciones de Dios no son gravosas ni demasiado difíciles de obedecer (1 Juan 5:3). Juan recuerda a los creyentes que ya han vencido al mundo por su fe en Cristo (1 Juan 5:4), porque todos los que han creído en Jesús han vencido al mundo (1 Juan 5:5). Juan apela a testigos importantes de este hecho, afirmando que "tres son los que dan testimonio en el cielo" (1 Juan 5:7, NBLA).
En Juan 5:6a, Juan explica que Jesús vino por agua y por sangre, enfatizando que al nacimiento humano de Jesús se le añadió Su sangre perfecta y sin pecado, lo que le permitió ser el sustituto del pecado. Juan señala al Espíritu de Dios, que da testimonio de este hecho, y en cuya palabra se puede confiar (1 Juan 5:6b). De hecho, Juan afirma que hay tres que dan testimonio (1 Juan 5:7). Y aquí es donde encontramos algunas diferencias en las diversas traducciones.
La NBLA especifica que "tres son los que dan testimonio en el cielo", y son el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y que esos tres son uno (1 Juan 5:7). En el versículo siguiente, la NBLA dice: "Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua, y la sangre", y que estos tres concuerdan (1 Juan 5:7b-8). Otras traducciones (como la NTV y la NVI) no contienen las frases "cielo y tierra" y señalan que los tres que dan testimonio son el Espíritu, el agua y la sangre (1 Juan 5:7-8). Estos tres testigos concuerdan en que Jesús es Dios hecho carne (por ejemplo, 1 Juan 4:2).
Primera de Juan 5:7-8 es, por lo tanto, un ejemplo de una variante textual (la NBLA fue traducida de manuscritos diferentes a los de la NTV, NVI). Dependiendo de la traducción que se lea, el lector entenderá que hay seis testigos:
el Padre, el Hijo y el Espíritu en el cielo; y el espíritu, el agua y la sangre en la tierra (NBLA)
o que hay tres testigos:
el Espíritu de Dios, el agua (del nacimiento normal, carnal) y la sangre (sin pecado, perfecta) (NVI, etc.).
En cualquiera de estas lecturas, Dios da testimonio de que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Por consiguiente, quien ha creído en Jesús tiene asegurada su salvación, ya que Dios también da testimonio de que el creyente tiene vida eterna (1 Juan 5:10-13).