Pregunta
¿Por qué Amós repite la frase "por tres pecados... y por el cuarto" en los capítulos 1 y 2?
Respuesta
La frase "por tres pecados... y por el cuarto" es común en el libro de Amós (1:3, 6, 9, 11, 13; 2:1, 4, 6). Aparece un total de ocho veces y cumple un papel especial en la manera en que Amós comunica el pecado y el juicio. La mención de "tres pecados" representa plenitud o una medida completa; mientras que el "cuarto" indica un desbordamiento, un pecado que colma la copa y desencadena el juicio de Dios. La palabra traducida como pecados o transgresiones en hebreo se refiere específicamente a "rebeliones". En los dos primeros capítulos del libro, Amós presenta ocho mensajes dirigidos a diversas naciones, incluyendo a Judá e Israel, condenándolos por su rebelión contra el Señor.
Curiosamente, la frase "por tres pecados... y por el cuarto" no va seguida de una lista de cuatro pecados específicos. De hecho, lo habitual es que se mencionen uno o dos pecados antes de pasar al juicio. Por lo tanto, la expresión no busca señalar un número exacto de faltas, sino expresar que los pecados han sido muchos y han sobrepasado el límite que Dios tolera.
Cada uno de los ocho mensajes de Amós sigue un patrón similar. Primero, se incluye la frase "por tres pecados... y por el cuarto". Luego se mencionan uno o dos pecados concretos cometidos por la nación en cuestión. Finalmente, se anuncia el juicio. Amós comienza denunciando a los enemigos de Israel y termina con oráculos dirigidos a Judá e Israel.
A Judá (Amós 2:4–5) se le acusa de tres pecados específicos: rechazar la ley del Señor, no guardar Sus estatutos y dejarse engañar por mentiras. Su juicio consistirá en fuego sobre la nación y sobre Jerusalén. Israel (Amós 2:6–16), por su parte, es condenado por una lista más extensa de siete pecados, recibiendo también una descripción más amplia de su castigo venidero.
Aunque Dios condena claramente los pecados de las naciones vecinas, el mensaje de Amós está dominado por el juicio contra Israel. No obstante, incluso en medio del juicio, hay esperanza. La conclusión de la profecía (Amós 9:11–15) habla de un tiempo de restauración futura para Israel. El versículo final del libro dice: "Los plantaré en su tierra, y no serán arrancados jamás de la tierra que les he dado, dice el Señor tu Dios" (NBLA). Aunque Israel sería arrancado de su tierra (como ocurrió en los ataques de Asiria y Babilonia), un día su pueblo volverá y vivirá en prosperidad junto a su Mesías.
Curiosamente, la frase "por tres pecados... y por el cuarto" no va seguida de una lista de cuatro pecados específicos. De hecho, lo habitual es que se mencionen uno o dos pecados antes de pasar al juicio. Por lo tanto, la expresión no busca señalar un número exacto de faltas, sino expresar que los pecados han sido muchos y han sobrepasado el límite que Dios tolera.
Cada uno de los ocho mensajes de Amós sigue un patrón similar. Primero, se incluye la frase "por tres pecados... y por el cuarto". Luego se mencionan uno o dos pecados concretos cometidos por la nación en cuestión. Finalmente, se anuncia el juicio. Amós comienza denunciando a los enemigos de Israel y termina con oráculos dirigidos a Judá e Israel.
A Judá (Amós 2:4–5) se le acusa de tres pecados específicos: rechazar la ley del Señor, no guardar Sus estatutos y dejarse engañar por mentiras. Su juicio consistirá en fuego sobre la nación y sobre Jerusalén. Israel (Amós 2:6–16), por su parte, es condenado por una lista más extensa de siete pecados, recibiendo también una descripción más amplia de su castigo venidero.
Aunque Dios condena claramente los pecados de las naciones vecinas, el mensaje de Amós está dominado por el juicio contra Israel. No obstante, incluso en medio del juicio, hay esperanza. La conclusión de la profecía (Amós 9:11–15) habla de un tiempo de restauración futura para Israel. El versículo final del libro dice: "Los plantaré en su tierra, y no serán arrancados jamás de la tierra que les he dado, dice el Señor tu Dios" (NBLA). Aunque Israel sería arrancado de su tierra (como ocurrió en los ataques de Asiria y Babilonia), un día su pueblo volverá y vivirá en prosperidad junto a su Mesías.