Pregunta
¿Quiénes eran los tres hombres que visitaron a Abraham en Génesis 18?
Respuesta
Un día, Abraham recibió la visita de tres hombres que resultaron ser huéspedes fuera de lo común. Aquella visita cambió su vida y la de Sara para siempre. Génesis 18:1–2 dice: "Y el Señor se le apareció a Abraham en el encinar de Mamre, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda en el calor del día. Cuando Abraham alzó los ojos y miró, había tres hombres parados frente a él. Al verlos corrió de la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra". Abraham mostró una hospitalidad inmediata, invitándolos a descansar bajo un árbol y preparando una abundante comida para ellos (versículos 3–8).
Durante su visita, los tres hombres le advirtieron a Abraham que el juicio de Dios estaba a punto de caer sobre Sodoma y Gomorra (Génesis 18:20–21; 19:12–13). También le prometieron que su esposa Sara tendría un hijo al mismo tiempo el año siguiente (Génesis 18:10).
Algunos han sugerido que los tres "hombres" eran seres angelicales que se presentaron a Abraham con apariencia humana. Sin embargo, Génesis 18:1 afirma que fue "el Señor" (Yavé) quien se le apareció. Es el Señor quien habla en los versículos 13, 20, 26 y 33. Abraham incluso está "delante del Señor" en el versículo 22. Por lo tanto, uno de los tres hombres debe haber sido Dios Todopoderoso tomando forma humana. A esto se le llama una "teofanía". Cuando Jesús aparece en el Antiguo Testamento antes de Su encarnación, se le conoce como una “cristofanía”. No sabemos si la aparición de Dios a Abraham en Mamre fue una teofanía o una cristofanía, pero el contexto deja claro que uno de los visitantes era Dios mismo (Génesis 18:22) y que los otros dos eran los ángeles que luego visitaron Sodoma y hablaron con Lot (Génesis 19:1).
La reacción de Abraham ante la aparición de estos tres hombres sugiere que, instintivamente, supo que estaba en presencia de Dios. Lo normal en aquella cultura era levantarse y esperar a que los visitantes se acercaran a la casa. Pero Abraham corrió a su encuentro y "se postró en tierra", una postura de reverencia que se reservaba para reyes o deidades.
Abraham conocía bien al Señor y lo habría reconocido de inmediato, ya que el Señor le había hablado y/o se le había aparecido en varias ocasiones anteriores. Estas incluyen:
• cuando Dios lo llamó por primera vez (Génesis 12:1–3)
• cuando se separó de Lot (Génesis 13:14–17)
• posiblemente cuando conoció a Melquisedec (Génesis 14:18–20)
• cuando Dios hizo un pacto con él (Génesis 15)
• cuando Dios reiteró Su pacto (Génesis 17)
Los tres visitantes que Abraham recibió eran celestiales, y tanto él como Sara estuvieron en compañía del mismo Dios. Esta historia nos enseña que Dios está al tanto de lo que ocurre en la tierra y que interviene activamente. Él puede presentarse o enviar mensajeros del cielo para cumplir Sus propósitos. A veces no nos damos cuenta de con quién estamos hablando, por eso debemos tratar a todos como si estuvieran en una misión especial de parte de Dios. Hebreos 13:2 nos recuerda: "No se olviden de mostrar hospitalidad[a], porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles".
Durante su visita, los tres hombres le advirtieron a Abraham que el juicio de Dios estaba a punto de caer sobre Sodoma y Gomorra (Génesis 18:20–21; 19:12–13). También le prometieron que su esposa Sara tendría un hijo al mismo tiempo el año siguiente (Génesis 18:10).
Algunos han sugerido que los tres "hombres" eran seres angelicales que se presentaron a Abraham con apariencia humana. Sin embargo, Génesis 18:1 afirma que fue "el Señor" (Yavé) quien se le apareció. Es el Señor quien habla en los versículos 13, 20, 26 y 33. Abraham incluso está "delante del Señor" en el versículo 22. Por lo tanto, uno de los tres hombres debe haber sido Dios Todopoderoso tomando forma humana. A esto se le llama una "teofanía". Cuando Jesús aparece en el Antiguo Testamento antes de Su encarnación, se le conoce como una “cristofanía”. No sabemos si la aparición de Dios a Abraham en Mamre fue una teofanía o una cristofanía, pero el contexto deja claro que uno de los visitantes era Dios mismo (Génesis 18:22) y que los otros dos eran los ángeles que luego visitaron Sodoma y hablaron con Lot (Génesis 19:1).
La reacción de Abraham ante la aparición de estos tres hombres sugiere que, instintivamente, supo que estaba en presencia de Dios. Lo normal en aquella cultura era levantarse y esperar a que los visitantes se acercaran a la casa. Pero Abraham corrió a su encuentro y "se postró en tierra", una postura de reverencia que se reservaba para reyes o deidades.
Abraham conocía bien al Señor y lo habría reconocido de inmediato, ya que el Señor le había hablado y/o se le había aparecido en varias ocasiones anteriores. Estas incluyen:
• cuando Dios lo llamó por primera vez (Génesis 12:1–3)
• cuando se separó de Lot (Génesis 13:14–17)
• posiblemente cuando conoció a Melquisedec (Génesis 14:18–20)
• cuando Dios hizo un pacto con él (Génesis 15)
• cuando Dios reiteró Su pacto (Génesis 17)
Los tres visitantes que Abraham recibió eran celestiales, y tanto él como Sara estuvieron en compañía del mismo Dios. Esta historia nos enseña que Dios está al tanto de lo que ocurre en la tierra y que interviene activamente. Él puede presentarse o enviar mensajeros del cielo para cumplir Sus propósitos. A veces no nos damos cuenta de con quién estamos hablando, por eso debemos tratar a todos como si estuvieran en una misión especial de parte de Dios. Hebreos 13:2 nos recuerda: "No se olviden de mostrar hospitalidad[a], porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles".