Pregunta

¿Qué significa que hay un tiempo señalado para todo (Eclesiastés 3:1-8)?

Respuesta
Eclesiastés 3:1-8 es un pasaje muy conocido que trata sobre la naturaleza equilibrada y cíclica de la vida y dice que hay un tiempo adecuado para todo:

"Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo:

Tiempo de nacer, y tiempo de morir;

Tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;

Tiempo de matar, y tiempo de curar;

Tiempo de derribar, y tiempo de edificar;

Tiempo de llorar, y tiempo de reír;

Tiempo de lamentarse, y tiempo de bailar;

Tiempo de lanzar piedras, y tiempo de recoger piedras;

Tiempo de abrazar, y tiempo de rechazar el abrazo;

Tiempo de buscar, y tiempo de dar por perdido;

Tiempo de guardar, y tiempo de desechar;

Tiempo de rasgar, y tiempo de coser;

Tiempo de callar, y tiempo de hablar;

Tiempo de amar, y tiempo de odiar;

Tiempo de guerra, y tiempo de paz".

En este pasaje, el Predicador dice que hay un tiempo para cada cosa en la vida. Ilustra esta verdad contraponiendo opuestos: catorce pares de actividades contrastantes como ejemplos de cómo la vida se compone de diversas estaciones. Una lectura directa del pasaje revela varios conceptos:

En primer lugar, el momento en que realizamos nuestras actividades es importante. Matar a alguien (Eclesiastés 3:8) se considera generalmente algo malo y un delito, pero eso puede cambiar en tiempos de guerra, cuando defender a tu país puede considerarse un acto noble. Bailar (versículo 4) puede ser apropiado en un momento de celebración, pero no lo sería en un funeral. Tanto nuestras acciones como el momento en que las realizamos son importantes para Dios.

En segundo lugar, estas estaciones en las que ciertas actividades son apropiadas son designadas por Dios. Su plan para la vida incluye una variedad de experiencias y actividades. Llorar puede ser parte de la vida, pero la vida no es todo llanto; la risa también tiene su lugar (Eclesiastés 3:4). Construir es bueno en su momento, pero a veces es necesario destruir (versículo 3).

La clave de este pasaje se encuentra unos versículos más adelante: "Él ha hecho todo apropiado a su tiempo" (Eclesiastés 3:11). La actividad adecuada en el momento adecuado, que lleva a cabo los propósitos de Dios, es una parte hermosa del plan general de Dios. Un tapiz, visto desde atrás, parece una obra caótica y poco atractiva; pero el creador del tapiz tiene un propósito sabio para el lugar donde coloca cada hilo.

En tercer lugar, Eclesiastés 3:1-8 sirve de puente entre los dos primeros capítulos y la sección que sigue. Las personas deben aceptar cada día como un regalo de la mano de Dios (2:24-26). ¿Por qué? Eclesiastés 3:1-8 explica que es porque Dios tiene una razón y un tiempo para todas las cosas. Las personas pueden ignorar el tiempo de Dios (3:9-11), pero están llamadas a disfrutar de la vida en el presente (3:12-13) y a confiar en la soberanía de Dios (3:14-15).

Dios ofrece mucha sabiduría en el dicho: "Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo". Dios es soberano. Nuestra actividad en este mundo tiene sentido cuando confiamos en Su sabiduría, Su tiempo y Su bondad.