Pregunta
¿Qué significa "tengan cuidado cómo andan "(Efesios 5:15)?
Respuesta
Como parte de una desafiante enseñanza sobre la vida santa, el apóstol Pablo escribe: "Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Así pues, no sean necios, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor" (Efesios 5:15-17, NBLA). Tener cuidado es ser cauteloso; la palabra proviene de un término latino que literalmente significa "mirar alrededor". "Tengan cuidado cómo andan" es la forma en que Pablo exhorta a los cristianos a examinar con mucho cuidado cómo viven y se comportan.
Pablo reconoce que vivimos en tiempos malos y difíciles. Nuestro mundo caído está lleno de peligros, engaños y tentaciones. Si no somos cautelosos y atentos a lo que sucede a nuestro alrededor y dentro de nosotros, podemos ser fácilmente sorprendidos y caer de cabeza en cualquier número de trampas peligrosas. La sabiduría bíblica nos enseña: "aprovechen al máximo cada oportunidad" (Colosenses 4:5, NTV) y a caminar (o comportarnos) como verdaderos creyentes en medio de tiempos peligrosos (2 Timoteo 3:1-5).
En el griego original, la frase que se traduce como "tengan cuidado cómo andan" significa "observar o mirar con atención cómo vives, estar alerta y consciente de tu comportamiento, estar atento". El apóstol Pedro nos da una advertencia similar: "¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar" (1 Pedro 5:8, NTV). Con determinación deliberada y vigilante, debemos vivir arraigados en la sabiduría de Dios y en la comprensión de Su voluntad.
Pablo utiliza el concepto hebreo "andar" como metáfora del comportamiento. El "andar cristiano" se refiere a cómo nos comportamos como creyentes. La voluntad del Señor es que vivamos siempre con conciencia y sensatez, de modo que nuestro estilo de vida se ajuste a las enseñanzas bíblicas. A los romanos, Pablo les enseñó: "No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta" (Romanos 12:2, NTV).
Si queremos andar con prudencia, debemos discernir la voluntad del Señor. ¿Cómo obtenemos la sabiduría para conocer la voluntad de Dios? Comenzamos por pedirla: "Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada" (Santiago 1:5, NBLA).
También obtenemos sabiduría para una vida piadosa mediante la lectura de la Palabra de Dios: "Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17, NBLA). Al meditar en las Escrituras (Salmo 119:15) y estudiar diligentemente la Palabra de Dios (2 Timoteo 2:15), esta se convierte en una fuerza que nos guía e ilumina para dirigir nuestros pasos (Salmo 119:105).
La Palabra de Dios es viva y eficaz (Hebreos 4:12). Debemos prestar mucha atención a lo que el Señor ha revelado en Su Palabra, porque es "lámpara que brilla en el lugar oscuro" (2 Pedro 1:19, NBLA), capaz de mostrarnos la voluntad de Dios y enseñarnos a andar con prudencia en estos días malos.
Los incrédulos caminan según "la vanidad de su mente. Ellos tienen entenebrecido su entendimiento, están excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón. Habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas. Pero ustedes no han aprendido a Cristo de esta manera" (Efesios 4:17-20, NBLA). Los cristianos deben "ser llenos del Espíritu" (Efesios 5:18).
Los creyentes pueden vivir sabiamente y andar con prudencia por el poder del Espíritu Santo (Ezequiel 36:27). Pablo dijo a los gálatas: "anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne" (Gálatas 5:16, NBLA). El Espíritu Santo vive en nosotros, nos enseña y nos guía a toda la verdad (Juan 14:17, 26; 16:13).
Dios tiene un buen plan para nuestras vidas (Romanos 8:28). Fuimos creados para hacer buenas obras y caminar en ellas: "Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas" (Efesios 2:10, NBLA). Dios nos revela con amor Su plan para que seamos "llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría y comprensión espiritual, para que anden como es digno del Señor, haciendo en todo, lo que le agrada, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios" (Colosenses 1:9-10, NBLA).
Los creyentes pueden caminar con prudencia, observando cuidadosamente cómo viven, porque mediante "su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó por medio de su maravillosa gloria y excelencia" (2 Pedro 1:3, NTV). No tenemos que depender de nuestra propia fortaleza. La Palabra de Dios nos proporciona el plano a seguir, y Su Espíritu Santo nos llena con el poder para llevar a cabo el plan del Maestro Constructor.
Pablo reconoce que vivimos en tiempos malos y difíciles. Nuestro mundo caído está lleno de peligros, engaños y tentaciones. Si no somos cautelosos y atentos a lo que sucede a nuestro alrededor y dentro de nosotros, podemos ser fácilmente sorprendidos y caer de cabeza en cualquier número de trampas peligrosas. La sabiduría bíblica nos enseña: "aprovechen al máximo cada oportunidad" (Colosenses 4:5, NTV) y a caminar (o comportarnos) como verdaderos creyentes en medio de tiempos peligrosos (2 Timoteo 3:1-5).
En el griego original, la frase que se traduce como "tengan cuidado cómo andan" significa "observar o mirar con atención cómo vives, estar alerta y consciente de tu comportamiento, estar atento". El apóstol Pedro nos da una advertencia similar: "¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar" (1 Pedro 5:8, NTV). Con determinación deliberada y vigilante, debemos vivir arraigados en la sabiduría de Dios y en la comprensión de Su voluntad.
Pablo utiliza el concepto hebreo "andar" como metáfora del comportamiento. El "andar cristiano" se refiere a cómo nos comportamos como creyentes. La voluntad del Señor es que vivamos siempre con conciencia y sensatez, de modo que nuestro estilo de vida se ajuste a las enseñanzas bíblicas. A los romanos, Pablo les enseñó: "No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta" (Romanos 12:2, NTV).
Si queremos andar con prudencia, debemos discernir la voluntad del Señor. ¿Cómo obtenemos la sabiduría para conocer la voluntad de Dios? Comenzamos por pedirla: "Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada" (Santiago 1:5, NBLA).
También obtenemos sabiduría para una vida piadosa mediante la lectura de la Palabra de Dios: "Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17, NBLA). Al meditar en las Escrituras (Salmo 119:15) y estudiar diligentemente la Palabra de Dios (2 Timoteo 2:15), esta se convierte en una fuerza que nos guía e ilumina para dirigir nuestros pasos (Salmo 119:105).
La Palabra de Dios es viva y eficaz (Hebreos 4:12). Debemos prestar mucha atención a lo que el Señor ha revelado en Su Palabra, porque es "lámpara que brilla en el lugar oscuro" (2 Pedro 1:19, NBLA), capaz de mostrarnos la voluntad de Dios y enseñarnos a andar con prudencia en estos días malos.
Los incrédulos caminan según "la vanidad de su mente. Ellos tienen entenebrecido su entendimiento, están excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón. Habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas. Pero ustedes no han aprendido a Cristo de esta manera" (Efesios 4:17-20, NBLA). Los cristianos deben "ser llenos del Espíritu" (Efesios 5:18).
Los creyentes pueden vivir sabiamente y andar con prudencia por el poder del Espíritu Santo (Ezequiel 36:27). Pablo dijo a los gálatas: "anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne" (Gálatas 5:16, NBLA). El Espíritu Santo vive en nosotros, nos enseña y nos guía a toda la verdad (Juan 14:17, 26; 16:13).
Dios tiene un buen plan para nuestras vidas (Romanos 8:28). Fuimos creados para hacer buenas obras y caminar en ellas: "Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas" (Efesios 2:10, NBLA). Dios nos revela con amor Su plan para que seamos "llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría y comprensión espiritual, para que anden como es digno del Señor, haciendo en todo, lo que le agrada, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios" (Colosenses 1:9-10, NBLA).
Los creyentes pueden caminar con prudencia, observando cuidadosamente cómo viven, porque mediante "su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó por medio de su maravillosa gloria y excelencia" (2 Pedro 1:3, NTV). No tenemos que depender de nuestra propia fortaleza. La Palabra de Dios nos proporciona el plano a seguir, y Su Espíritu Santo nos llena con el poder para llevar a cabo el plan del Maestro Constructor.