Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre andar cambiando de iglesia?
Respuesta
Técnicamente, la Biblia no aborda directamente el tema de andar cambiando de iglesia. La iglesia primitiva consistía en pequeños grupos de cristianos que se reunían en casas o en lugares públicos. No hay indicios en las Escrituras de que en las ciudades o pueblos hubiera más de un grupo de creyentes reuniéndose. Así que el andar de iglesia en iglesia es algo relativamente nuevo. Sin embargo, el autor de Hebreos sí trata el tema de la asistencia a la iglesia. En Hebreos 10:25 leemos: "no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca" (NBLA). A veces las personas cambian constantemente de iglesia para evitar involucrarse demasiado con una congregación en particular, pero eso va en contra del propósito del cuerpo de Cristo, que es, como señala Hebreos, "exhortarnos unos a otros". No podemos exhortar a quienes no pasamos tiempo conociendo, ni podemos ser exhortados por otros cristianos si básicamente son unos desconocidos para nosotros.
Además, la iglesia es el lugar donde los miembros del cuerpo de Cristo ejercen sus dones espirituales (Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12:4-11; 1 Pedro 4:10-11), los cuales son dados por el Espíritu "para el bien común" (1 Corintios 12:7). Cuando los cristianos pasan solo un tiempo mínimo con otros cristianos—como es el resultado inevitable de andar cambiando de iglesia—, hay poca o ninguna oportunidad para ejercer sus dones. Como señala el autor de Hebreos, congregarse nos da la oportunidad de "[considerar] cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras" (Hebreos 10:24, NBLA), algo que resulta casi imposible para quien salta de iglesia en iglesia. De igual manera, asistir a una iglesia diferente cada semana limita nuestra rendición de cuentas ante el liderazgo de una iglesia en particular, así como nuestra capacidad de confesarnos los unos a los otros y de buscar oración para nuestra edificación espiritual (Santiago 5:16). Tristemente, esta es precisamente la razón por la que muchas personas andan cambiando de iglesia: para evitar rendir cuentas por su estilo de vida.
No cabe duda de que es sabio ser selectivo al elegir la congregación a la que asistiremos. Esto puede requerir visitar distintas iglesias por un tiempo, de modo que podamos decidir cuál es el lugar al que Dios nos está llamando a establecernos. El objetivo es encontrar una iglesia que enseñe que la Biblia es la Palabra de Dios inerrante y que afirme todos los fundamentos esenciales de la fe cristiana. Esto puede tomar algo de tiempo, y técnicamente podría llamarse "andar cambiando de iglesia". Sin embargo, una vez que hayamos encontrado una iglesia sólida, debemos comprometernos a permanecer allí.
Además, la iglesia es el lugar donde los miembros del cuerpo de Cristo ejercen sus dones espirituales (Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12:4-11; 1 Pedro 4:10-11), los cuales son dados por el Espíritu "para el bien común" (1 Corintios 12:7). Cuando los cristianos pasan solo un tiempo mínimo con otros cristianos—como es el resultado inevitable de andar cambiando de iglesia—, hay poca o ninguna oportunidad para ejercer sus dones. Como señala el autor de Hebreos, congregarse nos da la oportunidad de "[considerar] cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras" (Hebreos 10:24, NBLA), algo que resulta casi imposible para quien salta de iglesia en iglesia. De igual manera, asistir a una iglesia diferente cada semana limita nuestra rendición de cuentas ante el liderazgo de una iglesia en particular, así como nuestra capacidad de confesarnos los unos a los otros y de buscar oración para nuestra edificación espiritual (Santiago 5:16). Tristemente, esta es precisamente la razón por la que muchas personas andan cambiando de iglesia: para evitar rendir cuentas por su estilo de vida.
No cabe duda de que es sabio ser selectivo al elegir la congregación a la que asistiremos. Esto puede requerir visitar distintas iglesias por un tiempo, de modo que podamos decidir cuál es el lugar al que Dios nos está llamando a establecernos. El objetivo es encontrar una iglesia que enseñe que la Biblia es la Palabra de Dios inerrante y que afirme todos los fundamentos esenciales de la fe cristiana. Esto puede tomar algo de tiempo, y técnicamente podría llamarse "andar cambiando de iglesia". Sin embargo, una vez que hayamos encontrado una iglesia sólida, debemos comprometernos a permanecer allí.