Pregunta

¿Qué significa en Juan 20:22 que Jesús sopló sobre los discípulos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo"?

Respuesta
Durante una de Sus apariciones a los discípulos después de resucitar, Jesús les dijo: "Paz a ustedes; como el Padre me ha enviado, así también Yo los envío" (Juan 20:21, NBLA). Luego, en el siguiente versículo, "sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo" (Juan 20:22). Esto es similar a la Gran Comisión de Mateo 28:19–20, donde Jesús promete: "Yo estoy con ustedes todos los días" (NBLA), y también a Hechos 1:8, donde declara: "Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes" (NBLA). En Juan 20:21–22, Jesús está enviando a los discípulos en misión, y les está proporcionando el poder que necesitarán. Ese poder proviene de la presencia del Espíritu Santo.

Sin embargo, surge la pregunta: ¿por qué Jesús sopló sobre los discípulos para darles el Espíritu Santo en Juan 20:22, si más adelante los discípulos recibirían al Espíritu Santo en Hechos 2:4: "Y fueron todos llenos del Espíritu Santo"? ¿Necesitaban los discípulos recibir al Espíritu Santo dos veces? Y si es así, ¿por qué? La Biblia no responde esta pregunta directamente, pero proporciona suficiente información como para ofrecer una explicación plausible.

Hechos 1:3 dice: "A estos también, después de Su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo relacionado con el reino de Dios" (NBLA). Los eventos registrados en Juan 20:21–22 ocurrieron durante este período de cuarenta días. Según Juan 20:19, esta aparición de Jesús sucedió "el primer día de la semana, por la noche". Es decir, Jesús sopló sobre los discípulos al inicio mismo del período de cuarenta días entre Su resurrección y Su ascensión.

Existen dos posturas respecto al acto de Jesús de soplar sobre los discípulos y su relación con la recepción del Espíritu Santo. Una postura sostiene que Jesús sopló el Espíritu sobre los discípulos en Juan 20:22 para capacitarlos temporalmente hasta el día de Pentecostés en Hechos 2:4, cuando recibirían al Espíritu Santo de forma permanente. Esta recepción del Espíritu en Juan 20:22 sería una llenura temporal del Espíritu Santo, preparatoria para la futura morada permanente. En Juan 20, los discípulos fueron llenos de manera similar a como lo fue Bezaleel en Éxodo 31:2–3. En cambio, en Hechos 2:4, los discípulos recibieron el bautismo del Espíritu Santo, lo cual resultó en la morada permanente del Espíritu (Romanos 8:9; 1 Corintios 12:13).

La otra postura considera que el soplo de Jesús en Juan 20:22 no impartió el Espíritu en ese momento, sino que fue una promesa—una anticipación del Pentecostés venidero. El Espíritu no descendió sobre ellos en ese instante, sino que Jesús les dio una garantía de que pronto serían revestidos con el Espíritu Santo y con poder de lo alto.