Pregunta

¿Qué significa profanar el pacto? (Malaquías 2:10)

Respuesta
En Malaquías 2:10 el profeta pregunta: "¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué nos portamos deslealmente unos contra otros, profanando el pacto de nuestros padres?" (NBLA). Esta declaración hace referencia evidente al pacto que el Señor hizo con el pueblo de Israel en el monte Sinaí. Profanar algo significa contaminarlo o tratarlo con desprecio. Judá había quebrantado la Ley de Moisés y, al hacerlo, estaba "profanando", es decir, despreciando el pacto con Dios.

El pueblo judío tenía un solo "Padre" en el sentido de que su nación había sido creada por Dios (Deuteronomio 32:6). Sin embargo, se estaban comportando con deslealtad unos con otros. Esta deslealtad probablemente incluía tanto la falta de amor al prójimo (en violación de Levítico 19:18) como la infidelidad conyugal—tema que se desarrolla en los versículos siguientes. Malaquías condena el casamiento con idólatras (Malaquías 2:11), así como el divorcio (2:13–16).

En Malaquías 2:11 se mencionan los matrimonios mixtos entre israelitas y sus vecinos no judíos. El problema no era étnico, sino espiritual: cuando el pueblo de Dios se casaba con personas idólatras, a menudo terminaba participando también en sus prácticas religiosas. La Ley de Moisés lo prohibía expresamente: "No contraerás matrimonio con ellos; no darás tus hijas a sus hijos, ni tomarás sus hijas para tus hijos. Porque ellos apartarán a tus hijos de seguirme para servir a otros dioses" (Deuteronomio 7:3–4, NBLA; ver también Éxodo 34:15–16). Esta forma de idolatría era un problema recurrente en Judá. Incluso el rey Salomón tomó mujeres extranjeras como parte de sus alianzas políticas, y esto desvió su corazón del Señor (1 Reyes 11:1–8). Esdras y Nehemías, contemporáneos de Malaquías, también enfrentaron esta misma situación (Esdras 9:2; Nehemías 10:30).

El Nuevo Testamento también enfatiza la importancia de la pureza espiritual en el matrimonio. En 2 Corintios 6:14–15 se nos exhorta: "No estén unidos en yugo desigual con los incrédulos […] ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo?" (NBLA; ver también 1 Corintios 7:39).

Malaquías llama a este pecado una profanación del pacto con Dios. Al romper los pactos matrimoniales con sus cónyuges, el pueblo también estaba mostrando falta de respeto por el pacto mosaico. El mensaje de Dios a través de Malaquías es el mismo que dio a Josué siglos antes: "Israel ha pecado y también ha transgredido Mi pacto que les ordené" (Josué 7:11, NBLA).