Pregunta

¿Cuándo es correcto criticar a mi pastor?

Respuesta
Los pastores han sido llamados por Dios para predicar la Palabra, imitar a Cristo y servir a su congregación. Es un llamado honorable: "Si alguien aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer" (1 Timoteo 3:1, NBLA). Pero eso no significa que los pastores estén exentos de críticas; de hecho, muchas veces son el blanco de ellas.

Antes de pensar en criticar a un pastor, vale la pena repasar los requisitos bíblicos para ese rol. Según 1 Timoteo 3:2–7, un pastor debe:

- Ser irreprochable

- Ser fiel a su esposa

- Ser sobrio

- Tener dominio propio

- Ser respetable

- ser hospitalario

- Ser apto para enseñar

- No ser borracho

- No ser violento, sino amable

- No ser pendenciero

- No ser amante del dinero

- Dirigir bien su casa

- No ser un recién convertido

- Tener buen testimonio con los de afuera

- Predicar la Palabra (Gálatas 1:6-9; 2 Timoteo 4:2)

Dicho esto, estas son razones válidas para criticar a tu pastor:

- Está involucrado en escándalos o encubrimientos

- Engaña o es infiel a su esposa

- Tiene conductas extremas o escandalosas

- No tiene dominio propio

- Actúa de manera vergonzosa y espantosa

- Es rudo o grosero con los demás

- No sabe enseñar

- Tiene problemas con el alcohol

- Es violento, física o verbalmente

- Siempre está buscando conflictos

- Es avaro o codicioso

- Descuidado con su familia

- Es nuevo en la fe

- Tiene mal testimonio en la comunidad

- No predica la Biblia o tergiversa el evangelio

En realidad, estas son las únicas razones legítimas para criticar a un pastor. Fíjate lo que no está en la lista: no tienes derecho a criticarlo por cosas como su estilo de predicación, sus pasatiempos, su ropa, su humor o sus gustos personales.

Si tu pastor está desobedeciendo los requisitos bíblicos (1 Timoteo 3; Tito 1), entonces una crítica puede ser necesaria. Pero lo importante en ese momento es cómo haces esa crítica. Ten en cuenta tu actitud al acercarte a él:

- Hazlo en privado, mantén el asunto entre los dos, hasta que sea necesario llamar a más testigos (Mateo 18:15)

- Sé respetuoso (1 Timoteo 5:17)

- Sé amable (Gálatas 6:1)

- Sé humilde (Filipenses 2:3)

- Sé sabio y lleno de gracia (Colosenses 4:6)

Algunas personas actúan como si su rol en la iglesia fuera controlar al pastor, o mantener siempre una postura crítica. Pero si lees el Nuevo Testamento, no encontrarás la crítica como un don espiritual. Ser irritable no es fruto del Espíritu.

Claro que hay momentos en que un pastor debe ser confrontado. Pero mientras él predique fielmente el evangelio y viva conforme a los estándares bíblicos, debemos abstenernos de criticarlo. Y mucho más aún, evitemos el chisme sobre él con otras personas.

Tal vez tu pastor no te cae bien, o sus sermones no te parecen tan buenos como los de otros predicadores en línea, o cometió una decisión que tú no hubieras tomado. ¿Está en pecado? ¿O es solo una cuestión de gustos personales? Antes de criticar, considera tu responsabilidad con él y con tu iglesia:

- Apóyalo y comparte lo bueno con él (Mateo 10:10; Gálatas 6:6)

- Ora por él y por su familia (1 Tesalonicenses 5:25; 1 Timoteo 2:1–2)

- Estar dispuesto a seguir su ejemplo (Hebreos 13:17)

- Sirve activamente en la iglesia (Romanos 12:5; 15:2)

- Promueve la unidad y la paz (Romanos 14:19; Salmo 133:1)

El ministerio pastoral no es fácil. El pastor lleva una carga espiritual importante. Pero los miembros de la iglesia también tienen una responsabilidad: deben responder bien a su liderazgo. "Obedezcan a sus pastores y sujétense a ellos, porque ellos velan por sus almas, como quienes han de dar cuenta. Permítanles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para ustedes" (Hebreos 13:17, NBLA).