Pregunta

¿Debe una iglesia usar pan sin levadura para la Santa Cena?

Respuesta
El pan sin levadura es un tipo de pan en forma de tortas planas u obleas que no contiene levadura ni ningún otro agente que provoque fermentación en la masa. Muchas veces se utiliza este tipo de pan para celebrar la Santa Cena o la Cena del Señor. El pan que Jesús partió y compartió con sus discípulos en la Última Cena era sin levadura, como el matzá que los judíos aún comen hoy durante el Séder de Pascua.

La noche antes de Su muerte, Cristo se reunió con Sus discípulos para celebrar la Fiesta de la Pascua (Mateo 26:26–29; Marcos 14:22–25; Lucas 22:15–20; Juan 13:21–30). Cuando Dios instituyó esta celebración anual, asociada con la Fiesta de los Panes sin Levadura, ordenó a los israelitas comer solo pan sin levadura durante siete días para conmemorar la salida de la nación de la esclavitud en Egipto (ver Deuteronomio 16:3; Éxodo 12:8; 29:2; y Números 9:11). Tan estricta era la orden que cualquiera que comiera pan con levadura durante la festividad sería "excluido de la comunidad de Israel" (Éxodo 12:15, NTV).

En la Biblia, la levadura suele simbolizar el pecado, la corrupción y la decadencia (Mateo 16:6, 12; 1 Corintios 5:6–8; Gálatas 5:9). El "pan de aflicción" sin levadura utilizado en la Fiesta de los Panes sin Levadura (ver Deuteronomio 16:3) recordaba al pueblo su salida apresurada de Egipto, cuando no hubo tiempo para que el pan fermentara. Al mismo tiempo, ese pan les advertía sobre las influencias corruptoras (Éxodo 12:14–20) y los señalaba hacia la venida del Mesías prometido, "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29, NBLA).

Jesús habría celebrado la Pascua en plena obediencia a la Ley de Moisés, incluyendo la adición posterior—todavía practicada hoy—de cuatro copas de vino que representan la santificación, la liberación, la redención y la restauración, basadas en las cuatro promesas que Dios hizo a los israelitas cuando aún estaban en Egipto (Éxodo 6:6–7). Estos elementos tienen un significado especial para los judíos cristianos, que entienden su liberación no como algo físico, sino como la redención del pecado gracias al sacrificio de su Mesías (Romanos 6:5–7; Gálatas 5:1).

No está mal que las iglesias cristianas celebren la Santa Cena usando pan con levadura. La iglesia no está sujeta a ninguna ley que regule la receta del pan que se utiliza. Los creyentes que desean mantener un vínculo con sus raíces del Antiguo Testamento pueden encontrar más significativo usar pan sin levadura. Pero los seguidores de Cristo del Nuevo Testamento no están celebrando la Pascua durante la Santa Cena. Jesús reemplazó la Pascua con una nueva conmemoración en la que el pan representa Su cuerpo entregado por nosotros en la cruz (Lucas 22:19).

En 1 Corintios 11:17–34, el apóstol Pablo aborda la confusión y las preocupaciones relacionadas con la importancia, el significado y la manera de participar de la Santa Cena, incluyendo advertencias serias sobre no tomarla a la ligera. Él explica que el propósito de esta celebración es "[anunciar] la muerte del Señor hasta que Él venga" (versículo 26, NBLA) y proveer una oportunidad solemne de autoevaluación, tanto para cada creyente como para la iglesia como cuerpo de Cristo (ver versículo 28). Cada vez que participamos de la Santa Cena, proclamamos los pilares de nuestra fe: que Jesús pagó por nuestros pecados al ofrecer Su cuerpo en nuestro lugar, derramando Su sangre y muriendo físicamente en la cruz (Efesios 1:7; Hebreos 2:9; 1 Pedro 1:18–19); que resucitó de entre los muertos (Hechos 2:24; 3:15; Colosenses 2:12); que vive hoy (Romanos 6:3–5; Efesios 2:4–6; Gálatas 2:20); que volverá (Mateo 24:30; Juan 14:3; Hebreos 9:28; Santiago 5:7–8); y que debemos compartir esta buena noticia con el mundo hasta que Él regrese (Mateo 28:19–20).

A pesar de la importancia de la Santa Cena como ordenanza, la Biblia da muy pocas instrucciones específicas sobre ella, incluyendo la frecuencia con la que se debe celebrar o cómo se debe llevar a cabo el servicio. Algunas iglesias cristianas parten pan sin levadura, como matzá o naan, y lo reparten en trozos pequeños. Otras usan obleas blancas procesadas. Algunas iglesias hornean su propio pan para la ocasión.

La Biblia no exige el uso de pan con o sin levadura, ni determina si debe utilizarse jugo de uva o vino. Tampoco establece un método específico para distribuir los elementos. Estos no son más que símbolos de realidades espirituales, "la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas" (Hebreos 10:1, NBLA). Por tanto, se puede usar cualquier pan y bebida representativos, siempre y cuando se participe de ellos con reverencia. Como cristianos, nuestro enfoque no está en el rito en sí, sino en recordar el sacrificio expiatorio de Jesucristo: Su cuerpo y Su sangre entregados para el perdón de los pecados. El Cordero de Dios nos amó tanto que se ofreció a Sí mismo de una vez y para siempre para que fuésemos salvos (Hebreos 9:26; Juan 3:16–17).