Pregunta

¿Qué es un oficial de la sinagoga (Marcos 5:35)?

Respuesta
El oficial de la sinagoga ocupaba un cargo de considerable importancia dentro de las comunidades judías en la época de Jesús. En el Nuevo Testamento, el término "oficial de la sinagoga" aparece en varios contextos, especialmente en Marcos 5:35: "Mientras Él estaba todavía hablando, vinieron unos enviados de la casa del oficial de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro?". (Marcos 5:35, NBLA). La mención de este líder nos lleva a examinar más de cerca el papel y la importancia del oficial de la sinagoga, especialmente en el entorno cultural y religioso de la época.

El oficial de la sinagoga, o archisynagogos en griego, era una figura central en la comunidad judía, responsable de administrar y supervisar las actividades de la sinagoga. La sinagoga tenía múltiples funciones, ya que era un lugar de culto y un centro de educación, reuniones comunitarias y asuntos legales. El oficial se aseguraba de que la sinagoga funcionara sin problemas y siguiera siendo un punto central de la vida religiosa y comunitaria.

Las responsabilidades del oficial de la sinagoga eran amplias. Entre ellas se incluían dirigir los servicios de culto, supervisar las funciones litúrgicas regulares de la sinagoga y asegurarse de que los servicios se llevaran a cabo de acuerdo con la ley y la tradición judía. El papel del oficial de la sinagoga también abarcaba la organización de las lecturas de las Escrituras y la gestión de la enseñanza dentro de la sinagoga. El oficial de la sinagoga era responsable de garantizar que la congregación recibiera instrucción sobre la fe y las leyes judías. El oficial desempeñaba un papel crucial en el mantenimiento de la disciplina y el gobierno dentro de la sinagoga, garantizando el orden y el cumplimiento de las prácticas religiosas.

Dada su autoridad, los oficiales de las sinagogas eran muy respetados dentro de sus comunidades. Eran personas respetadas que poseían un profundo conocimiento de las Escrituras hebreas y las tradiciones del judaísmo. Su liderazgo guiaba la vida religiosa de la comunidad y ayudaba a preservar la estructura social en su conjunto. En muchos sentidos, los oficiales de las sinagogas eran considerados los guardianes de la identidad y las prácticas judías.

Jairo es el oficial de la sinagoga que se menciona en Marcos 5. Su historia ilustra la intersección entre la fe y la autoridad, ya que busca a Jesús desesperado por la enfermedad de su hija. El acto de Jairo de buscar a Jesús demuestra un nivel significativo de confianza, teniendo en cuenta los posibles riesgos sociales de asociarse con Jesús, un rabino que desafiaba el orden religioso establecido.

Otro oficial de sinagoga que se menciona en la Biblia es Crispo, el jefe de la sinagoga de Corinto, Grecia (Hechos 18:8). El apóstol Pablo se encontraba en Corinto en su segundo viaje misionero, y Crispo le había abierto las puertas de la sinagoga a Pablo todos los días de reposo. El apóstol aprovechó la oportunidad para testificar que Jesús era el Mesías (Hechos 18:5). Pero las cosas tomaron un giro inesperado. Después de un tiempo, los judíos incrédulos de esa sinagoga "se le opusieron y blasfemaron" (versículo 6). En ese momento, Pablo "sacudió sus ropas y les dijo: Su sangre sea sobre sus cabezas; yo soy limpio; desde ahora me iré a los gentiles" (versículo 6). Al salir de la sinagoga de Crispo, Pablo se dirigió a la casa de Ticio Justo, que estaba al lado, y comenzó a predicar. Es significativo que Crispo y toda su casa también salieran de la sinagoga y siguieran a Pablo, habiendo creído en el Señor Jesús (Hechos 18:7).

El hombre que sustituyó a Crispo como oficial de la sinagoga se llamaba Sóstenes. Era reacio al evangelio y causaba problemas a Pablo. Sóstenes dirigió un ataque contra Pablo y lo llevó ante el procónsul romano en Corinto. La acusación era que Pablo "persuade a los hombres a que adoren a Dios en forma contraria a la ley" (Hechos 18:13, NBLA). Sin embargo, el plan fracasó, ya que el procónsul se negó a escuchar el asunto. En ese momento, Sóstenes fue apresado por la multitud y golpeado mientras el procónsul observaba sin interferir (versículo 17).

Un oficial anónimo de otra sinagoga reprendió a Jesús por sanar el día de reposo (Lucas 13:10-17). En su celo por preservar las tradiciones de su fe y su propia interpretación de la ley, el oficial de la sinagoga cometió el error de censurar al Hijo de Dios.