Pregunta

¿Qué es la idolatría del ministerio?

Respuesta
Una idolatría es cualquier cosa que reemplaza al único Dios verdadero en nuestras vidas. Normalmente, pensamos en la idolatría como algo relacionado con estatuas, cuentas bancarias o algún tipo de posesión material. Pero incluso nuestro servicio al Señor puede convertirse en un ídolo. Si permitimos que nuestro trabajo para el Señor se vuelva más importante que nuestra comunión con Él, estamos cayendo en la idolatría del ministerio.

Martyn Lloyd-Jones definió la idolatría del ministerio de esta manera: "Amar la ‘obra del Señor’ más que al ‘Señor de la obra’ es idolatría del ministerio". Este tipo de idolatría es sutil y difícil de detectar. Quienes sirven al Señor naturalmente encuentran gozo y satisfacción en ese servicio. El problema surge cuando empezamos a hallar más gozo y satisfacción en la obra que en Cristo. Nuestro amor por Jesús se enfría, aunque sigamos haciendo con fervor la "obra cristiana".

Jesús habló del peligro de perder nuestro primer amor en Su reprensión a la iglesia de Éfeso: "Tienes perseverancia, y has sufrido por Mi nombre y no has desmayado. Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor" (Apocalipsis 2:3–4, NBLA). ¿Fue la iglesia de Éfeso culpable de idolatría del ministerio?

En Lucas 10, cuando los setenta discípulos regresaron de predicar en los pueblos cercanos, estaban llenos de alegría al contar las maravillas que habían hecho en "la obra del Señor"; incluso los demonios se les sujetaban. Pero Jesús los advirtió: "No se regocijen en esto, de que los espíritus se les sometan, sino regocíjense de que sus nombres están escritos en los cielos" (Lucas 10:17–20, NBLA). En otras palabras, su enfoque debía estar en la obra del Señor por ellos, no en su obra para el Señor. ¿De dónde provenía su gozo? ¿De su experiencia al servir a Jesús, o de simplemente conocer a Jesús? Nosotros, al igual que los setenta, debemos cuidarnos del avance sutil de la idolatría del ministerio.

La historia de María y Marta también podría ilustrar la idolatría del ministerio. Marta estaba ocupada sirviendo al Señor, preparando todo para la cena, una actividad que aparentemente le daba gran satisfacción. Su hermana María, en cambio, se sentía completamente satisfecha sentándose a los pies de Jesús para escucharlo. Cuando Marta se impacientó por la aparente indiferencia de María ante todo lo que había que hacer, Jesús se puso del lado de María: "María ha escogido la parte buena, la cual no le será quitada" (Lucas 10:42, NBLA). Una relación con Cristo tiene prioridad sobre el ministerio para Cristo.

La idolatría del ministerio es el corazón descuidado que se aleja del "Señor de la obra" para abrazar la "obra del Señor". ¿Cómo ocurre? La idolatría del ministerio se da cuando nos deleitamos más en lo que Dios está haciendo a través de nosotros que en lo que Él ha hecho, está haciendo y hará para Su gloria (ver Romanos 8:28–30). Cristo no es solo alguien a quien servimos; ¡Él es nuestra vida misma! (Colosenses 3:4).

Para ayudarnos a evitar la idolatría del ministerio, el pastor y autor Eric Geiger propone cinco preguntas que podemos hacernos (adaptadas de https://ericgeiger.com/2013/05/five-questions-to-discern-ministry-idolatry, consultado el 9/10/2019):

1) ¿En qué medida mi satisfacción está relacionada con la influencia de mi ministerio?

2) ¿Mis oraciones reflejan que estoy más agradecido por la salvación que Él me ha dado o por el ministerio que me ha encomendado?

3) Si tuviera que elegir, ¿qué preferiría: una relación más cercana con Jesús o un ministerio más "efectivo"?

4) Si de repente me quitaran mi ministerio, ¿seguiría contento?

5) ¿Busco a Dios solo por Su bendición y dirección, o también lo busco por quien es Él?

Al final, el remedio para la idolatría del ministerio es volver al evangelio. Somos salvos por gracia, gracias a lo que Jesucristo hizo en nuestro lugar. Jesús y Su obra son la base definitiva de nuestro gozo, y no debemos permitir que nada eclipse la gloria de Cristo en nuestro corazón.