Pregunta

¿Qué dice la Biblia acerca de las mentiras piadosas?

Respuesta
Sabemos que mentir es pecado (Levítico 19:11; Proverbios 12:22). Pero, ¿qué pasa con esas "pequeñas mentiras piadosas" que implican una ligera distorsión de la verdad? ¿Importan esas mentiras pequeñas o son inofensivas? ¿Y si decir la verdad puede herir a alguien?

Mentir se define como "hacer una declaración falsa con la intención de engañar". Una mentira piadosa es una declaración falsa, pero generalmente se considera sin importancia porque no encubre una falta grave. Es engañosa, aunque puede sonar cortés o diplomática al mismo tiempo. Puede ser una mentira "táctica" para mantener la paz en una relación; una mentira "útil" supuestamente para beneficiar a alguien; o una mentira "menor" para hacernos ver un poco mejor en algo.

Algunas mentiras piadosas son comunes: mentir sobre la edad, por ejemplo, o sobre el tamaño del pez que se escapó. Vivimos en una sociedad que nos condiciona a mentir, al enseñarnos que, en muchas situaciones, la mentira se justifica. La secretaria "cubre" al jefe que no quiere ser molestado; el vendedor exagera las cualidades de su producto; el solicitante de empleo adorna su currículum. El razonamiento es que, mientras nadie salga lastimado o el resultado sea "bueno", esas pequeñas mentiras están bien.

Es cierto que algunos pecados traen peores consecuencias que otros. Y también es cierto que contar una mentira piadosa no tendrá el mismo efecto grave que, por ejemplo, asesinar a alguien. Pero todos los pecados son igualmente ofensivos a Dios (Romanos 6:23a), y hay buenas razones para evitar incluso las mentiras piadosas.

Primero, la idea de que una mentira piadosa es "útil" está arraigada en el pensamiento de que el fin justifica los medios. Si la mentira produce un supuesto "bien", entonces se justifica. Sin embargo, la condena de Dios contra la mentira en Proverbios 6:16–19 no trae ninguna excepción. Además, ¿quién define el "bien" que resulta de la mentira? Un vendedor que miente piadosamente puede vender su producto—algo "bueno" para él—pero, ¿qué pasa con el cliente que fue engañado?

Mentir con el pretexto de ser "táctico" o de "no herir sentimientos" también es necio. Una persona que acostumbra a mentir para hacer sentir bien a otros terminará siendo vista por lo que realmente es: un mentiroso. Quienes trafican en mentiras piadosas dañan su credibilidad.

Las mentiras piadosas tienden a multiplicarse. Contar más mentiras para cubrir la mentira original es lo habitual, y las mentiras se vuelven cada vez menos "piadosas". Además, tratar de recordar qué mentira se dijo a quién complica las relaciones y hace más probable volver a mentir.

Decir una mentira piadosa para beneficiarse uno mismo no es otra cosa que egoísmo. Cuando nuestras palabras están motivadas por la soberbia de la vida, caemos en tentación (1 Juan 2:16).

A menudo las mentiras piadosas se dicen para preservar la paz, como si decir la verdad fuera a destruirla. Sin embargo, la Biblia presenta la verdad y la paz como coexistentes: "Amen la verdad y la paz" (Zacarías 8:19, NBLA). Quienes dicen mentiras piadosas creen que hablan "por amor"; pero la Biblia nos manda a hablar "la verdad en amor" (Efesios 4:15).

Decir la verdad a veces no es fácil; de hecho, puede ser muy desagradable. Pero estamos llamados a ser veraces. La verdad es preciosa a los ojos de Dios (Proverbios 12:22); demuestra temor del Señor. Además, decir la verdad no es una sugerencia, es un mandato (Salmo 15:2; Zacarías 8:16; Efesios 4:25). Ser veraces se opone directamente a Satanás, el "padre de mentira" (Juan 8:44). Y decir la verdad honra al Señor, quien es el "Dios de verdad" (Salmo 31:5).