Pregunta

¿Quiénes son los más pequeños en la Biblia?

Respuesta
"Los más pequeños" es una frase de Mateo 25, donde Jesús habla de los necesitados. El contexto es la parábola de las ovejas y las cabras, que describe el juicio de las naciones. Este juicio tendrá lugar tras la tribulación del fin de los tiempos. Jesús explica lo que sucederá en ese momento:

Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: Vengan, benditos de Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui extranjero, y me recibieron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y vinieron a Mí. Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos como extranjero y te recibimos, o desnudo y te vestimos?¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y vinimos a Ti?. El Rey les responderá: En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicieron" (Mateo 25:34-40, NBLA).

En contraste con las bendiciones de las que disfrutan las "ovejas", las "cabras" son condenadas al fuego eterno del infierno, "preparado para el diablo y sus ángeles" (Mateo 25:41). Jesús da la razón del juicio: tuvieron la oportunidad de servir al Señor, pero no hicieron nada (versículos 42-43). Las "cabras" preguntan cuándo vieron al Señor necesitado, cuándo tuvieron la oportunidad de servirle. Jesús responde: "En verdad les digo que en cuanto ustedes no lo hicieron a uno de los más pequeños de estos, tampoco a Mí lo hicieron" (versículo 45, NBLA).

La necesidad de "los más pequeños" es grande, y la diferencia en el trato que reciben es enorme. Las "ovejas" actúan con caridad, dando comida, bebida y ropa a los más pequeños, los hermanos de Jesús. Las "cabras" no muestran caridad alguna, sino que dan la espalda a sus necesidades. No les importaba que los hermanos de Jesús tuvieran hambre, sed, estuvieran empobrecidos, enfermos y encarcelados. Simplemente no les importaba. De esta manera, los justos y los injustos muestran su verdadera naturaleza. La naturaleza de los justos es ayudar a los demás; la naturaleza de los injustos es velar por sí mismos. Las "ovejas" demuestran ser justas y las "cabras" demuestran ser pecadoras por sus respectivas respuestas a los que están en extrema necesidad.

En el contexto del fin de los tiempos de Mateo 25, las "ovejas" son los que se salvaron durante la tribulación, y las "cabras" son los no salvos que sobrevivieron a la tribulación. Los "más pequeños" son los judíos creyentes (los "hermanos" de Jesús en la carne) que fueron perseguidos y cazados por el Anticristo durante la gran tribulación. Durante ese tiempo de intensa tribulación, solo los justos arriesgarán su propio bienestar para ayudar al pueblo judío en su angustia. Los injustos se negarán a ayudar, convirtiéndose en cómplices del antisemitismo extremo y los planes genocidas del Anticristo.

Los redimidos están "celoso de buenas obras" (Tito 2:14), incluso a "los más pequeños". Extender la caridad al pueblo de Dios en situaciones difíciles es piadoso. "Los más pequeños" son fácilmente pasados por alto e ignorados. Durante la gran tribulación, los judíos serán condenados al ostracismo, perseguidos y marcados para la destrucción (ver Mateo 24:15-22; Daniel 7:21; Apocalipsis 12:17). Los no judíos que permanezcan indiferentes hacia ellos darán prueba fehaciente de que no conocen a Jesús.

Dios siempre ha mostrado una especial preocupación por los pobres y los necesitados (Salmo 35:10). En Mateo 25, Jesús se identifica con los pobres y necesitados, hasta tal punto que considera que el trato que se da a "los más pequeños" equivale al trato que se le da a Él. En Hechos 9 se encuentra una perspectiva similar. Mientras "Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor" (Hechos 9:1), el Señor lo detuvo en el camino a Damasco. Saulo "al caer a tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" (versículo 4). Cuando Saulo preguntó quién hablaba, el Señor respondió: "Yo soy Jesús a quien tú persigues" (versículo 5). Saulo perseguía a los cristianos, y Jesús se lo tomó como algo personal. En lo que a Él respectaba, Saulo lo estaba persiguiendo a Él.

La parábola de las ovejas y las cabras puede aplicarse a nuestras propias acciones hoy en día. Los "más pequeños" podrían aplicarse en sentido amplio a todos los creyentes en Cristo o, más ampliamente aún, a toda la humanidad. Los seguidores de Jesús deben ser proactivos en sus actos caritativos, especialmente hacia los miembros de la familia de Dios (Gálatas 6:10). Si alguno de los "hermanos" de Jesús está siendo marginado, perseguido o marcado para la destrucción por fuerzas malvadas, tenemos la responsabilidad de actuar para ayudar a aliviar su sufrimiento. Nuestro servicio a "los más pequeños" es a Cristo mismo. Él se toma como algo personal lo que les sucede a los suyos, y los piadosos deben caracterizarse por la caridad.