Pregunta
¿Qué significa que la juventud se renueva como la del águila (Salmo 103:5)?
Respuesta
En el Salmo 103, el rey David eleva su corazón y guía a todas las generaciones futuras de creyentes a alabar a Dios por Su gran compasión y misericordia. Las experiencias personales de David y su relación con Dios forman la base de sus declaraciones sobre la bondad del carácter de Dios, recordándose a sí mismo y a los demás que deben alabar al Señor porque "Él perdona todos mis pecados y sana todas mis enfermedades. Me redime de la muerte y me corona de amor y tiernas misericordias. Colma mi vida de cosas buenas; ¡mi juventud se renueva como la del águila!" (versículos 3-5, NTV).
El corazón de David se llena de alegría al recordar, por encima de todo, el perdón de Dios por sus pecados y su liberación de la muerte. Se maravilla del amor y la misericordia del Señor, y de todas las cosas buenas que Dios ha derramado en su vida. Probablemente, David estaba avanzando en años, pero la profunda experiencia de la gracia y la bondad de Dios lo sostenían, haciéndolo sentir joven, fuerte y libre como un águila que se desliza en lo alto entre las nubes.
La sensación de David de que su juventud se renueva como la fuerza del águila resuena en las palabras del profeta Isaías:
"Él da fuerzas al fatigado,
y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor.
Aun los mancebos se fatigan y se cansan,
y los jóvenes tropiezan y vacilan,
pero los que esperan en el Señor
renovarán sus fuerzas.
Se remontarán con alas como las águilas,
correrán y no se cansarán,
caminarán y no se fatigarán" (Isaías 40:29-31).
En las Escrituras, el águila simboliza la fuerza, la vitalidad y la velocidad, y es una metáfora apropiada del poder transformador del perdón, la liberación y la misericordia de Dios. Así como el águila puede atacar rápidamente desde arriba, descendiendo en picado y ascendiendo de nuevo a las alturas, la gracia de Dios puede cambiar rápida y decisivamente nuestras vidas, sacándonos del abismo de la desesperación. Al igual que David, cuando ponemos nuestra esperanza en el Señor y le alabamos por Su perdón, bondad y amor, nuestro espíritu se renueva y sentimos que tenemos la fuerza y la vitalidad de un águila.
David pudo haber recordado la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto por parte del Señor. Dios le dijo a Moisés en el monte Sinaí que le dijera al pueblo: "Ustedes han visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo los he tomado sobre alas de águilas y los he traído a Mí" (Éxodo 19:4).
En Deuteronomio 32:11, la protección y el cuidado de Dios se describen "como un águila que despierta su nidada, que revolotea sobre sus polluelos, extendió sus alas y los tomó, los llevó sobre su plumaje". El Antiguo Testamento está lleno de imágenes que representan al águila y su rápido movimiento (Deuteronomio 28:49; 2 Samuel 1:23; Jeremías 4:13), su vuelo poderoso y de largo alcance (Proverbios 23:5; Isaías 40:31) y su tierno cuidado por sus crías (Éxodo 19:4; Deuteronomio 32:11).
Cuando David dijo: "mi juventud se renueva como la del águila", reconoció que Dios lo había sostenido y satisfecho su alma con tal bondad que, incluso en la vejez, se sentía joven y fuerte. Estaba contento. Su vida rebosaba porque su Dios era suficiente. De manera similar, Pablo aprendió el secreto de la satisfacción al depender completamente de Cristo para obtener su fortaleza (Filipenses 4:12-13).
El corazón de David se llena de alegría al recordar, por encima de todo, el perdón de Dios por sus pecados y su liberación de la muerte. Se maravilla del amor y la misericordia del Señor, y de todas las cosas buenas que Dios ha derramado en su vida. Probablemente, David estaba avanzando en años, pero la profunda experiencia de la gracia y la bondad de Dios lo sostenían, haciéndolo sentir joven, fuerte y libre como un águila que se desliza en lo alto entre las nubes.
La sensación de David de que su juventud se renueva como la fuerza del águila resuena en las palabras del profeta Isaías:
"Él da fuerzas al fatigado,
y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor.
Aun los mancebos se fatigan y se cansan,
y los jóvenes tropiezan y vacilan,
pero los que esperan en el Señor
renovarán sus fuerzas.
Se remontarán con alas como las águilas,
correrán y no se cansarán,
caminarán y no se fatigarán" (Isaías 40:29-31).
En las Escrituras, el águila simboliza la fuerza, la vitalidad y la velocidad, y es una metáfora apropiada del poder transformador del perdón, la liberación y la misericordia de Dios. Así como el águila puede atacar rápidamente desde arriba, descendiendo en picado y ascendiendo de nuevo a las alturas, la gracia de Dios puede cambiar rápida y decisivamente nuestras vidas, sacándonos del abismo de la desesperación. Al igual que David, cuando ponemos nuestra esperanza en el Señor y le alabamos por Su perdón, bondad y amor, nuestro espíritu se renueva y sentimos que tenemos la fuerza y la vitalidad de un águila.
David pudo haber recordado la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto por parte del Señor. Dios le dijo a Moisés en el monte Sinaí que le dijera al pueblo: "Ustedes han visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo los he tomado sobre alas de águilas y los he traído a Mí" (Éxodo 19:4).
En Deuteronomio 32:11, la protección y el cuidado de Dios se describen "como un águila que despierta su nidada, que revolotea sobre sus polluelos, extendió sus alas y los tomó, los llevó sobre su plumaje". El Antiguo Testamento está lleno de imágenes que representan al águila y su rápido movimiento (Deuteronomio 28:49; 2 Samuel 1:23; Jeremías 4:13), su vuelo poderoso y de largo alcance (Proverbios 23:5; Isaías 40:31) y su tierno cuidado por sus crías (Éxodo 19:4; Deuteronomio 32:11).
Cuando David dijo: "mi juventud se renueva como la del águila", reconoció que Dios lo había sostenido y satisfecho su alma con tal bondad que, incluso en la vejez, se sentía joven y fuerte. Estaba contento. Su vida rebosaba porque su Dios era suficiente. De manera similar, Pablo aprendió el secreto de la satisfacción al depender completamente de Cristo para obtener su fortaleza (Filipenses 4:12-13).