Pregunta
¿Qué es la iglesia universal?
Respuesta
La iglesia global o universal es la iglesia en todo el mundo. Está compuesta por todas las personas redimidas, salvas y perdonadas que creen en Cristo, sin importar su lugar de origen. A menudo, este grupo inmenso y mundial de cristianos se denomina iglesia universal.
En Apocalipsis 7:9–10 encontramos esta descripción de la adoración en el cielo:
Después de esto miré, y vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos, y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos. Clamaban a gran voz: "La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero" (NBLA).
Al reflexionar sobre qué es la iglesia universal, este pasaje resulta útil. En el cielo, personas de todos los tiempos y lugares de la tierra estarán adorando a nuestro Dios y al Cordero. Los redimidos ante el trono trascienden categorías étnicas, culturales y raciales. Es verdaderamente una iglesia universal.
En Colosenses 1:24, Pablo se refiere al cuerpo de Cristo como la iglesia, y en Cristo las distinciones nacionales y étnicas pierden su importancia: "Pues todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús. Porque todos los que fueron bautizados en Cristo, de Cristo se han revestido. No hay judío ni griego. . . porque todos son uno en Cristo Jesús" (Gálatas 3:26–28, NBLA; cf. Colosenses 3:11).
En Mateo 16:18, Jesús dice: "Sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (NBLA). En este pasaje, Jesús, quien es el creador de todas las cosas (Juan 1:3), declara que Él mismo se encargará de edificar y sostener Su iglesia. Nada puede impedir que cumpla Su propósito de formar un pueblo que le pertenezca a Dios por medio de la fe en el evangelio. En la Gran Comisión, Jesús les dijo a Sus discípulos que comenzaran en Jerusalén y luego llevaran las buenas nuevas por Samaria y "hasta los confines de la tierra" (Hechos 1:8, NBLA). Desde sus inicios, la iglesia estaba destinada a ser una iglesia universal, ya que personas de todo el mundo recibirían el evangelio.
Colosenses 1:15–20 también es clave para entender la naturaleza de la iglesia universal. Refiriéndose a Cristo, Pablo escribe:
"Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen. Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía. Porque agradó al Padre que en Él habitara toda la plenitud, y por medio de Él reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de Su cruz, por medio de Él, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos" (NBLA).
Quizás la razón más fundamental por la cual Dios, a través de Cristo, creó todo, fue para establecer un pueblo que le adore por la eternidad. Dios hace todo para Su gloria y alabanza, incluyendo la salvación de Su pueblo: la iglesia universal (Efesios 1:3–14).
Para comprender la naturaleza de la iglesia universal, es importante reconocer que está compuesta por una multitud de iglesias locales. Estas son las pequeñas comunidades de creyentes distribuidas por todo el mundo que se reúnen, normalmente los domingos, para adorar a nuestro Padre celestial. Aunque en el Nuevo Testamento hay muchas referencias indirectas a la iglesia universal, gran parte de las instrucciones están dirigidas a las iglesias locales.
En resumen, la iglesia universal es el grupo de personas de toda nación, tribu, pueblo y lengua de todas partes del mundo que han sido salvas por la fe en Cristo. Los cristianos en todas partes—desde Afganistán hasta Zimbabue, desde Suecia hasta las Islas Salomón—forman parte de la iglesia universal. Aunque sus miembros están separados geográficamente, se congregan y adoran en iglesias locales. Pero cuando estemos en el cielo, la iglesia será vista tal como es: un solo cuerpo, adorando a Dios Padre y a Su Hijo, Jesús, por toda la eternidad. Y, como afirma Apocalipsis 7:9, esta iglesia universal será una multitud tan grande que nadie, excepto nuestro soberano Dios, podrá contarla.
En Apocalipsis 7:9–10 encontramos esta descripción de la adoración en el cielo:
Después de esto miré, y vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos, y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos. Clamaban a gran voz: "La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero" (NBLA).
Al reflexionar sobre qué es la iglesia universal, este pasaje resulta útil. En el cielo, personas de todos los tiempos y lugares de la tierra estarán adorando a nuestro Dios y al Cordero. Los redimidos ante el trono trascienden categorías étnicas, culturales y raciales. Es verdaderamente una iglesia universal.
En Colosenses 1:24, Pablo se refiere al cuerpo de Cristo como la iglesia, y en Cristo las distinciones nacionales y étnicas pierden su importancia: "Pues todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús. Porque todos los que fueron bautizados en Cristo, de Cristo se han revestido. No hay judío ni griego. . . porque todos son uno en Cristo Jesús" (Gálatas 3:26–28, NBLA; cf. Colosenses 3:11).
En Mateo 16:18, Jesús dice: "Sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (NBLA). En este pasaje, Jesús, quien es el creador de todas las cosas (Juan 1:3), declara que Él mismo se encargará de edificar y sostener Su iglesia. Nada puede impedir que cumpla Su propósito de formar un pueblo que le pertenezca a Dios por medio de la fe en el evangelio. En la Gran Comisión, Jesús les dijo a Sus discípulos que comenzaran en Jerusalén y luego llevaran las buenas nuevas por Samaria y "hasta los confines de la tierra" (Hechos 1:8, NBLA). Desde sus inicios, la iglesia estaba destinada a ser una iglesia universal, ya que personas de todo el mundo recibirían el evangelio.
Colosenses 1:15–20 también es clave para entender la naturaleza de la iglesia universal. Refiriéndose a Cristo, Pablo escribe:
"Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen. Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía. Porque agradó al Padre que en Él habitara toda la plenitud, y por medio de Él reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de Su cruz, por medio de Él, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos" (NBLA).
Quizás la razón más fundamental por la cual Dios, a través de Cristo, creó todo, fue para establecer un pueblo que le adore por la eternidad. Dios hace todo para Su gloria y alabanza, incluyendo la salvación de Su pueblo: la iglesia universal (Efesios 1:3–14).
Para comprender la naturaleza de la iglesia universal, es importante reconocer que está compuesta por una multitud de iglesias locales. Estas son las pequeñas comunidades de creyentes distribuidas por todo el mundo que se reúnen, normalmente los domingos, para adorar a nuestro Padre celestial. Aunque en el Nuevo Testamento hay muchas referencias indirectas a la iglesia universal, gran parte de las instrucciones están dirigidas a las iglesias locales.
En resumen, la iglesia universal es el grupo de personas de toda nación, tribu, pueblo y lengua de todas partes del mundo que han sido salvas por la fe en Cristo. Los cristianos en todas partes—desde Afganistán hasta Zimbabue, desde Suecia hasta las Islas Salomón—forman parte de la iglesia universal. Aunque sus miembros están separados geográficamente, se congregan y adoran en iglesias locales. Pero cuando estemos en el cielo, la iglesia será vista tal como es: un solo cuerpo, adorando a Dios Padre y a Su Hijo, Jesús, por toda la eternidad. Y, como afirma Apocalipsis 7:9, esta iglesia universal será una multitud tan grande que nadie, excepto nuestro soberano Dios, podrá contarla.