Pregunta
¿Cuáles son las diferentes formas de gobierno eclesiástico?
Respuesta
El gobierno eclesiástico (gobierno de la Iglesia) se refiere a cómo está estructurado el liderazgo dentro de una iglesia. Aunque existen muchas variaciones y matices dentro de las iglesias individuales (demasiados para enumerar), en esencia, todas son variaciones de una de las siguientes formas: episcopal, presbiteriana y congregacional. (Este tema puede complicarse por el hecho de que también existen denominaciones que llevan estos nombres). Toda iglesia es o bien independiente —sin una autoridad superior fuera de la congregación local— o forma parte de un grupo mayor o denominación, con líderes que ejercen autoridad desde fuera.
1. Gobierno episcopal
La palabra episcopal proviene del griego epískopos, que suele traducirse como "obispo" o "supervisor". En este modelo, el liderazgo de la iglesia recae en una sola persona, a menudo llamada obispo. La Iglesia Católica Romana es posiblemente el ejemplo más conocido de esta estructura: el Papa es también el Obispo de Roma. Debajo de él están otros obispos que supervisan a otros obispos y sacerdotes, hasta llegar al sacerdote de la parroquia local. La Iglesia Anglicana, la Iglesia Episcopal y la Iglesia Ortodoxa Griega también siguen esta forma de gobierno. Un sacerdote u obispo rinde cuentas a otro superior, y así sucesivamente, hasta llegar a un obispo principal (generalmente llamado arzobispo) con autoridad final.
Muchas otras iglesias tienen, en la práctica, una forma de gobierno episcopal, aunque no la reconozcan oficialmente. Algunas iglesias independientes tienen un solo pastor que toma todas las decisiones (a esto se le llama a veces "modelo del pastor fuerte"). En algunas iglesias con múltiples sedes, puede haber un pastor en cada lugar, pero un "pastor principal" que tiene autoridad sobre todos. Algunas iglesias dicen operar bajo una estructura presbiteriana (de ancianos) o congregacional, pero en la práctica tienen un solo líder con autoridad definitiva.
2. Gobierno presbiteriano
La palabra presbiteriano proviene del griego presbúteros, que se traduce como "anciano". En este modelo, la autoridad no recae en un solo individuo, sino en un cuerpo de ancianos o presbíteros. En las iglesias denominacionales, la junta local de ancianos responde ante una junta superior, compuesta por ancianos seleccionados para representar a cada iglesia. En última instancia, una asamblea general tiene autoridad en asuntos de la denominación. En iglesias independientes o autónomas, la autoridad final reside en la junta local de ancianos. En algunos casos, los ancianos son elegidos o ratificados por la congregación, pero una vez ratificados, la congregación ya no tiene poder para destituirlos ni revertir sus decisiones.
3. Gobierno congregacional
En las iglesias congregacionales, la autoridad final reside en la congregación. Este modelo también varía bastante. En algunos casos, casi no hay líderes designados (salvo el Espíritu Santo), y la congregación participa en prácticamente todas las decisiones —desde el color de la alfombra hasta qué misioneros apoyar. En otros casos, la congregación elige a los principales titulares de los cargos (pastor, ancianos, diáconos), quienes toman las decisiones, consultando a la congregación solo en asuntos importantes como contraer deudas para construir un nuevo edificio o llamar a un nuevo pastor.
No obstante, en el gobierno congregacional, si la mayoría de la congregación está en desacuerdo con una decisión o cree que un líder debe ser destituido, tiene autoridad para hacerlo. La mayoría de las iglesias congregacionales también son independientes, ya que creen firmemente que la autoridad final debe estar en la congregación local. (Por ejemplo, las iglesias bautistas pueden pertenecer a una denominación —como la Convención Bautista del Sur o la Convención Bautista Americana—, pero la denominación no tiene autoridad directa sobre las decisiones de cada iglesia local. Lo más que puede hacer es retirar la comunión con la iglesia local. A su vez, cualquier iglesia puede retirarse de la denominación en cualquier momento. En este caso, la denominación funciona más como una asociación cooperativa voluntaria).
Como ya se mencionó, existen muchas variaciones y excepciones que no se pueden cubrir aquí. Incluso denominaciones con gobiernos episcopales o presbiterianos a menudo deben ajustar su estructura debido a la presión congregacional o la opinión pública. Existen iglesias evangélicas y creyentes en la Biblia que utilizan cada una de las formas mencionadas.
El modelo de gobierno no es, en sí mismo, una cuestión doctrinal de primer orden. Lo más importante es que quienes ocupan cargos de liderazgo se sometan a la autoridad de Cristo y sigan obedientemente Su dirección conforme a las Escrituras (Hechos 20:28; 1 Pedro 5:2). Cristo es la Cabeza de la Iglesia, y si algún sistema, junta, líder individual o congregación desplaza a Cristo y Su Palabra con sus propias ideas o deseos, entonces ese liderazgo ha dejado de ser legítimo.
1. Gobierno episcopal
La palabra episcopal proviene del griego epískopos, que suele traducirse como "obispo" o "supervisor". En este modelo, el liderazgo de la iglesia recae en una sola persona, a menudo llamada obispo. La Iglesia Católica Romana es posiblemente el ejemplo más conocido de esta estructura: el Papa es también el Obispo de Roma. Debajo de él están otros obispos que supervisan a otros obispos y sacerdotes, hasta llegar al sacerdote de la parroquia local. La Iglesia Anglicana, la Iglesia Episcopal y la Iglesia Ortodoxa Griega también siguen esta forma de gobierno. Un sacerdote u obispo rinde cuentas a otro superior, y así sucesivamente, hasta llegar a un obispo principal (generalmente llamado arzobispo) con autoridad final.
Muchas otras iglesias tienen, en la práctica, una forma de gobierno episcopal, aunque no la reconozcan oficialmente. Algunas iglesias independientes tienen un solo pastor que toma todas las decisiones (a esto se le llama a veces "modelo del pastor fuerte"). En algunas iglesias con múltiples sedes, puede haber un pastor en cada lugar, pero un "pastor principal" que tiene autoridad sobre todos. Algunas iglesias dicen operar bajo una estructura presbiteriana (de ancianos) o congregacional, pero en la práctica tienen un solo líder con autoridad definitiva.
2. Gobierno presbiteriano
La palabra presbiteriano proviene del griego presbúteros, que se traduce como "anciano". En este modelo, la autoridad no recae en un solo individuo, sino en un cuerpo de ancianos o presbíteros. En las iglesias denominacionales, la junta local de ancianos responde ante una junta superior, compuesta por ancianos seleccionados para representar a cada iglesia. En última instancia, una asamblea general tiene autoridad en asuntos de la denominación. En iglesias independientes o autónomas, la autoridad final reside en la junta local de ancianos. En algunos casos, los ancianos son elegidos o ratificados por la congregación, pero una vez ratificados, la congregación ya no tiene poder para destituirlos ni revertir sus decisiones.
3. Gobierno congregacional
En las iglesias congregacionales, la autoridad final reside en la congregación. Este modelo también varía bastante. En algunos casos, casi no hay líderes designados (salvo el Espíritu Santo), y la congregación participa en prácticamente todas las decisiones —desde el color de la alfombra hasta qué misioneros apoyar. En otros casos, la congregación elige a los principales titulares de los cargos (pastor, ancianos, diáconos), quienes toman las decisiones, consultando a la congregación solo en asuntos importantes como contraer deudas para construir un nuevo edificio o llamar a un nuevo pastor.
No obstante, en el gobierno congregacional, si la mayoría de la congregación está en desacuerdo con una decisión o cree que un líder debe ser destituido, tiene autoridad para hacerlo. La mayoría de las iglesias congregacionales también son independientes, ya que creen firmemente que la autoridad final debe estar en la congregación local. (Por ejemplo, las iglesias bautistas pueden pertenecer a una denominación —como la Convención Bautista del Sur o la Convención Bautista Americana—, pero la denominación no tiene autoridad directa sobre las decisiones de cada iglesia local. Lo más que puede hacer es retirar la comunión con la iglesia local. A su vez, cualquier iglesia puede retirarse de la denominación en cualquier momento. En este caso, la denominación funciona más como una asociación cooperativa voluntaria).
Como ya se mencionó, existen muchas variaciones y excepciones que no se pueden cubrir aquí. Incluso denominaciones con gobiernos episcopales o presbiterianos a menudo deben ajustar su estructura debido a la presión congregacional o la opinión pública. Existen iglesias evangélicas y creyentes en la Biblia que utilizan cada una de las formas mencionadas.
El modelo de gobierno no es, en sí mismo, una cuestión doctrinal de primer orden. Lo más importante es que quienes ocupan cargos de liderazgo se sometan a la autoridad de Cristo y sigan obedientemente Su dirección conforme a las Escrituras (Hechos 20:28; 1 Pedro 5:2). Cristo es la Cabeza de la Iglesia, y si algún sistema, junta, líder individual o congregación desplaza a Cristo y Su Palabra con sus propias ideas o deseos, entonces ese liderazgo ha dejado de ser legítimo.