Pregunta

¿Qué son las fuentes del gran abismo (Génesis 7:11)?

Respuesta
En los días de Noé, cuando el gran diluvio destruyó la tierra, las aguas que inundaron el mundo surgieron de dos fuentes: lluvia desde lo alto y enormes cantidades de agua subterránea que brotaron desde abajo. Moisés narra lo sucedido de esta manera: "se rompieron todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas del cielo fueron abiertas" (Génesis 7:11, NBLA).

Las "fuentes del gran abismo" (RVR1960, NBLA) y las "compuertas del cielo" describen los orígenes del agua que abasteció el gran diluvio. La catástrofe global ocurrió cuando "todas las aguas subterráneas entraron en erupción" y "la lluvia cayó en grandes torrentes desde el cielo", y las aguas comenzaron a subir (Génesis 7:11, NTV). "Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron" (versículo 17). La tierra fue sumida en el caos, y todos los habitantes del mundo, excepto Noé y su familia, fueron arrasados. Pero luego "las fuentes del abismo y las compuertas del cielo se cerraron, y se detuvo la lluvia del cielo" (Génesis 8:2, NBLA). Las aguas comenzaron a retroceder.

La palabra traducida como "abismo" (tehôm en hebreo) en Génesis 7:11 y 8:2 también aparece en el relato de la creación (ver Génesis 1:2) y en el Cántico de Moisés, que recuerda cómo el ejército del faraón fue sepultado en el Mar Rojo (ver Éxodo 15:5, 8). La palabra significa "océano" o "profundidades del mar" y transmite la idea de aguas insondables (Salmo 104:6–9; Job 38:16; Jonás 2:3). A veces se usa de forma metafórica en la Escritura para describir situaciones desesperadas (Salmo 18:16; 30:1; 69:2, 15; 2 Samuel 22:17). Dada su asociación bíblica con eventos catastróficos y como fuente de castigo divino, no sorprende que el "gran abismo" también sea una metáfora del juicio justo de Dios en el Salmo 36:6.

La palabra traducida como "fuente" (ma‘yənōṯ en hebreo) en Génesis 7:11 y 8:2 se refiere a un flujo natural de aguas subterráneas, como un manantial o nacimiento de río. La imagen de una fuente o manantial se usa de manera figurada en toda la Biblia para representar a Dios (Salmo 36:9; Jeremías 2:13), la sabiduría (Proverbios 10:11; 13:14; 14:27; 16:22; 18:4), el cónyuge (Proverbios 5:18), la prosperidad (Oseas 13:15), el temor del Señor (Proverbios 14:27), la vida (Eclesiastés 12:6) y la vida eterna (Apocalipsis 7:17; 21:6).

La expresión exacta "fuentes del abismo" solo aparece en el relato del diluvio y en la literatura sapiencial. Proverbios 8:22–31 vincula la sabiduría de Dios con la creación y remite al lector a algunos eventos de Génesis, incluyendo la creación del firmamento, el cielo y "las fuentes del abismo" (versículo 28, NBLA).

Cuando llegó el momento del juicio divino sobre el mundo, Dios envió lluvia —y en abundancia—, pero también hizo brotar aguas desde las profundidades de la tierra. Las "fuentes del gran abismo" fueron rotas, liberando el agua contenida debajo y permitiendo que brotara sobre la superficie terrestre.