Pregunta
¿Cuál era la fuente de la fuerza de Sansón?
Respuesta
En Jueces 13:5, un ángel le da una promesa y una instrucción a la esposa de Manoa: "Porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. Él no pasará navaja sobre su cabeza, porque el niño será nazareo para Dios desde el seno materno. Y él comenzará a salvar a Israel de manos de los filisteos" (NBLA). Ese hijo fue Sansón. Ya adulto, la fuerza de Sansón le permitió despedazar a un león con sus propias manos y vencer a muchos filisteos mediante actos de fuerza sobrenatural.
Los filisteos, por supuesto, lo consideraban su enemigo mortal. En un intento por derrotarlo, algunos líderes filisteos conspiraron con una mujer llamada Dalila para descubrir el secreto de su fuerza. Le dijeron: "Persuádelo, y ve dónde está su gran fuerza, y cómo podríamos dominarlo para atarlo y castigarlo. Entonces cada uno de nosotros te dará 1,100 monedas de plata" (Jueces 16:5, NBLA).
Dalila intentó tres veces averiguar el secreto de la fuerza de Sansón. Las tres veces falló, porque Sansón la engañó con distintas historias. Pero luego leemos: "Y como ella le presionaba diariamente con sus palabras y le apremiaba, su alma se angustió hasta la muerte. Él le reveló, pues, todo lo que había en su corazón, diciéndole: Nunca ha pasado navaja sobre mi cabeza, pues he sido nazareo para Dios desde el vientre de mi madre. Si me cortan el cabello, mi fuerza me dejará y me debilitaré y seré como cualquier otro hombre" (Jueces 16:16–17, NBLA).
El versículo 19 describe su caída: "Y ella lo hizo dormir sobre sus rodillas, y mandó llamar a un hombre que le rasuró las siete trenzas de su cabellera. Luego ella comenzó a afligirlo y su fuerza lo dejó" (NBLA). Los filisteos, que estaban al acecho, lo capturaron, le sacaron los ojos y lo llevaron preso, donde fue obligado a moler en la cárcel (Jueces 16:21).
Tiempo después, los filisteos decidieron sacar a Sansón de la prisión para burlarse de él durante un festival. Lo llevaron al templo, donde había unas tres mil personas reunidas (Jueces 16:27). Sansón se apoyó sobre las columnas y oró para que Dios le devolviera la fuerza una vez más, con el fin de vencer a los filisteos.
Dios respondió su oración. El versículo 30 dice: "Y se inclinó con todas sus fuerzas y el edificio se derrumbó sobre los príncipes y sobre todo el pueblo que estaba en él. Así que los que mató al morir fueron más que los que había matado durante su vida" (NBLA).
Aunque pareciera que el cabello de Sansón era la fuente de su fuerza, el evento final deja claro que el verdadero origen de su poder era Dios. El cabello sin cortar era simplemente el símbolo externo de su obediencia al voto nazareo. La fuerza de Dios fue el poder detrás de cada uno de los jueces de Israel, incluyendo a Sansón.
Los filisteos, por supuesto, lo consideraban su enemigo mortal. En un intento por derrotarlo, algunos líderes filisteos conspiraron con una mujer llamada Dalila para descubrir el secreto de su fuerza. Le dijeron: "Persuádelo, y ve dónde está su gran fuerza, y cómo podríamos dominarlo para atarlo y castigarlo. Entonces cada uno de nosotros te dará 1,100 monedas de plata" (Jueces 16:5, NBLA).
Dalila intentó tres veces averiguar el secreto de la fuerza de Sansón. Las tres veces falló, porque Sansón la engañó con distintas historias. Pero luego leemos: "Y como ella le presionaba diariamente con sus palabras y le apremiaba, su alma se angustió hasta la muerte. Él le reveló, pues, todo lo que había en su corazón, diciéndole: Nunca ha pasado navaja sobre mi cabeza, pues he sido nazareo para Dios desde el vientre de mi madre. Si me cortan el cabello, mi fuerza me dejará y me debilitaré y seré como cualquier otro hombre" (Jueces 16:16–17, NBLA).
El versículo 19 describe su caída: "Y ella lo hizo dormir sobre sus rodillas, y mandó llamar a un hombre que le rasuró las siete trenzas de su cabellera. Luego ella comenzó a afligirlo y su fuerza lo dejó" (NBLA). Los filisteos, que estaban al acecho, lo capturaron, le sacaron los ojos y lo llevaron preso, donde fue obligado a moler en la cárcel (Jueces 16:21).
Tiempo después, los filisteos decidieron sacar a Sansón de la prisión para burlarse de él durante un festival. Lo llevaron al templo, donde había unas tres mil personas reunidas (Jueces 16:27). Sansón se apoyó sobre las columnas y oró para que Dios le devolviera la fuerza una vez más, con el fin de vencer a los filisteos.
Dios respondió su oración. El versículo 30 dice: "Y se inclinó con todas sus fuerzas y el edificio se derrumbó sobre los príncipes y sobre todo el pueblo que estaba en él. Así que los que mató al morir fueron más que los que había matado durante su vida" (NBLA).
Aunque pareciera que el cabello de Sansón era la fuente de su fuerza, el evento final deja claro que el verdadero origen de su poder era Dios. El cabello sin cortar era simplemente el símbolo externo de su obediencia al voto nazareo. La fuerza de Dios fue el poder detrás de cada uno de los jueces de Israel, incluyendo a Sansón.