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Pregunta: "¿Acaso es pecado tener un fetiche sexual / fetichismo?"

Respuesta:
Un fetiche sexual normalmente es un interés por una parte concreta del cuerpo, los pies, por ejemplo. Los fetiches van desde una atracción hasta una obsesión absoluta. La pregunta que se plantea es: ¿es malo tener un fetiche sexual? La respuesta depende de la condición de la persona que hace la pregunta y del grado en que se practica el fetiche sexual.

No hay nada malo en encontrar una parte del cuerpo especialmente atractiva. La Biblia dice que nuestro cuerpo está hecho de forma maravillosa (Salmo 139:14). Dentro de los límites del matrimonio, no hay nada malo en que un marido y/o una esposa disfruten especialmente de una parte del cuerpo de su cónyuge. Aunque algunos fetiches parecen muy extraños, no hay ninguna parte del cuerpo que esté "fuera de los límites" entre un marido y una mujer, dentro del concepto de "consentimiento mutuo" (1 Corintios 7:5). Dentro de un matrimonio, un fetiche sexual sólo se convertiría en pecado si se convirtiera en una obsesión (un ídolo), o si el fetiche molestara al cónyuge o fuera de alguna manera en contra de su voluntad. Por favor, lee nuestro artículo sobre "¿Qué puede hacer una pareja cristiana en el sexo?"

Una vez más, para una persona no casada, no es malo tener una atracción por una parte particular del cuerpo. Sin embargo, la persona no casada debe tener especial cuidado de que la atracción no se convierta en lujuria. En cuanto la atracción se convierte en un deseo de hacer algo inmoral, se ha convertido en pecado. La atracción por el sexo opuesto es normal y natural. Otra vez, la atracción no es el problema. Pero como dijo Jesús, "Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón" (Mateo 5:27-28).

Ciertos fetiches parecen muy extraños para algunas personas. Al mismo tiempo, dentro de los límites de un matrimonio de mutuo acuerdo, no es malo tener un fetiche sexual. La clave está en evitar la obsesión, la lujuria y que el cónyuge se sienta incómodo. En el caso de los solteros, un fetiche sexual debería evitarse en la medida de lo posible. Algo tan inofensivo como una atracción por los pies puede convertirse en lujuria, la cual puede convertirse en inmoralidad sexual. Romanos 6:19 dice: "Así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia".

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