Pregunta
¿Qué es la ofrenda por promesa de fe, y es bíblica?
Respuesta
La ofrenda por promesa de fe anima a los creyentes a dar más allá de lo que creen que pueden dar, con el propósito de fortalecer la obra misionera mundial. Muchas iglesias y ministerios paraeclesiásticos emplean este modelo para fomentar una entrega generosa y sacrificial. A diferencia de las ofrendas regulares, la promesa de fe implica comprometerse a dar algo que aún no se tiene: una promesa que requiere confiar en que Dios proveerá.
Este enfoque se suele atribuir a A. B. Simpson, un predicador canadiense del siglo XIX y fundador de la Alianza Cristiana y Misionera. Simpson fundamentó este modelo en 2 Corintios 10:15–16: "No nos gloriamos desmedidamente, esto es, en los trabajos de otros, sino tenemos la esperanza de que conforme la fe de ustedes crezca, nosotros seremos, dentro de nuestra esfera, engrandecidos aún más por ustedes, para predicar el evangelio aun a las regiones que están más allá de ustedes, y para no gloriarnos en lo que ya se ha hecho en la esfera de otro" (NBLA). Algunas iglesias también lo basan en 2 Corintios 8–9 y en el ejemplo del Nuevo Testamento de iglesias que contribuían para ayudar a otras congregaciones.
No todos los modelos de promesa de fe son iguales, pero por lo general incluyen los siguientes elementos:
- Los miembros de la iglesia deben orar y considerar seriamente la cantidad que prometerán.
- Esta ofrenda debe ser adicional a la ofrenda regular (o el diezmo) que cada uno ya da.
- La promesa es un compromiso de fe, usualmente con vigencia de un año. Por ejemplo, un miembro puede comprometerse a dar semanalmente cierta cantidad al programa misionero de la iglesia. A menudo, las iglesias basan su apoyo a los misioneros en los compromisos financieros que reciben de sus miembros.
- La fe debe estar puesta en Dios, no en la capacidad del dador. Se anima a los creyentes a comprometerse con la mayor generosidad posible, confiando en que Dios suplirá sus necesidades. Todo el proceso se debe llevar a cabo con fe, confiando en que Dios proveerá.
El modelo de promesa de fe ha sido usado de forma efectiva para sostener a misioneros y organizaciones paraeclesiásticas alrededor del mundo, además de fomentar una mentalidad misionera en la iglesia.
Sin embargo, puede haber problemas si se malinterpreta o se presenta de forma indebida. Una promesa de fe jamás se debe imponer como un voto motivado por la culpa o la presión. La Biblia llama a los creyentes a dar con alegría, no a regañadientes. Ningún método humano debe ser elevado al nivel de un mandato divino.
Muchas iglesias que practican la promesa de fe no están asociadas con el movimiento falso de la Palabra de Fe. No obstante, el lenguaje que a veces se usa para promover esta práctica puede parecerse al que se utiliza para promover las llamadas "ofrendas de semilla de fe". Pero no hay que confundir estos dos conceptos. La ofrenda de semilla de fe consiste en dar dinero con la expectativa de que Dios multiplicará esa cantidad y la devolverá al dador. Cuanto más das—y más fe tienes—más recibirás. En contraste con esta enseñanza engañosa, la promesa de fe no promete enriquecer al dador; simplemente invita a confiar en Dios para bendecir a otros a través del donador.
Si tu iglesia practica este modelo y sientes que Dios te guía a participar, hazlo con fidelidad, alegría y generosidad. Si no te sientes cómodo comprometiéndote de esa manera, igual puedes apoyar la obra misionera dando con libertad. Cuando damos con un corazón generoso y dispuesto, Dios promete cuidarnos y suplir nuestras necesidades (Isaías 58:9; Salmo 41:1–3; Proverbios 22:9; 2 Corintios 9:8, 11).
Este enfoque se suele atribuir a A. B. Simpson, un predicador canadiense del siglo XIX y fundador de la Alianza Cristiana y Misionera. Simpson fundamentó este modelo en 2 Corintios 10:15–16: "No nos gloriamos desmedidamente, esto es, en los trabajos de otros, sino tenemos la esperanza de que conforme la fe de ustedes crezca, nosotros seremos, dentro de nuestra esfera, engrandecidos aún más por ustedes, para predicar el evangelio aun a las regiones que están más allá de ustedes, y para no gloriarnos en lo que ya se ha hecho en la esfera de otro" (NBLA). Algunas iglesias también lo basan en 2 Corintios 8–9 y en el ejemplo del Nuevo Testamento de iglesias que contribuían para ayudar a otras congregaciones.
No todos los modelos de promesa de fe son iguales, pero por lo general incluyen los siguientes elementos:
- Los miembros de la iglesia deben orar y considerar seriamente la cantidad que prometerán.
- Esta ofrenda debe ser adicional a la ofrenda regular (o el diezmo) que cada uno ya da.
- La promesa es un compromiso de fe, usualmente con vigencia de un año. Por ejemplo, un miembro puede comprometerse a dar semanalmente cierta cantidad al programa misionero de la iglesia. A menudo, las iglesias basan su apoyo a los misioneros en los compromisos financieros que reciben de sus miembros.
- La fe debe estar puesta en Dios, no en la capacidad del dador. Se anima a los creyentes a comprometerse con la mayor generosidad posible, confiando en que Dios suplirá sus necesidades. Todo el proceso se debe llevar a cabo con fe, confiando en que Dios proveerá.
El modelo de promesa de fe ha sido usado de forma efectiva para sostener a misioneros y organizaciones paraeclesiásticas alrededor del mundo, además de fomentar una mentalidad misionera en la iglesia.
Sin embargo, puede haber problemas si se malinterpreta o se presenta de forma indebida. Una promesa de fe jamás se debe imponer como un voto motivado por la culpa o la presión. La Biblia llama a los creyentes a dar con alegría, no a regañadientes. Ningún método humano debe ser elevado al nivel de un mandato divino.
Muchas iglesias que practican la promesa de fe no están asociadas con el movimiento falso de la Palabra de Fe. No obstante, el lenguaje que a veces se usa para promover esta práctica puede parecerse al que se utiliza para promover las llamadas "ofrendas de semilla de fe". Pero no hay que confundir estos dos conceptos. La ofrenda de semilla de fe consiste en dar dinero con la expectativa de que Dios multiplicará esa cantidad y la devolverá al dador. Cuanto más das—y más fe tienes—más recibirás. En contraste con esta enseñanza engañosa, la promesa de fe no promete enriquecer al dador; simplemente invita a confiar en Dios para bendecir a otros a través del donador.
Si tu iglesia practica este modelo y sientes que Dios te guía a participar, hazlo con fidelidad, alegría y generosidad. Si no te sientes cómodo comprometiéndote de esa manera, igual puedes apoyar la obra misionera dando con libertad. Cuando damos con un corazón generoso y dispuesto, Dios promete cuidarnos y suplir nuestras necesidades (Isaías 58:9; Salmo 41:1–3; Proverbios 22:9; 2 Corintios 9:8, 11).