Pregunta: "¿Qué significa "de la abundancia del corazón habla la boca" (Lucas 6:45)?"
Respuesta:
Este versículo forma parte de lo que se conoce como el Sermón de la Llanura. En esta parte del sermón, Jesús nos dice cómo podemos evaluar el carácter de una persona. Debemos hacerlo de la misma forma en que miramos un árbol o una planta para saber si es buena o no: "No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas" (Lucas 6:43-44). Si quieres saber qué tipo de árbol o planta tiene, debes observar sus frutos. Un peral puede ser un buen árbol, pero si tienes un peral de Callery, recibirás peras muy pequeñas que no se pueden comer, del tamaño de una canica. Lo que hay dentro, de lo que realmente está hecho el árbol, es lo que determina el tipo de fruto que produce. Jesús dice que eso mismo pasa con las personas.
En Lucas 6:45, Jesús nos dice que las personas pueden ser juzgadas por lo que dicen y hacen, ya que estas cosas revelan lo que realmente hay en su interior: "El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca". Si quieres saber lo que hay en el interior de una persona, sólo tienes que observar sus acciones; y escuchar lo que normalmente dice. Esto no es juzgar; es ser realista.
Si una persona a menudo se enfada, es grosera, obscena o inmoral, puedes estar seguro de que así es "por dentro". Si una persona siempre es amable, que te anima y es educada, entonces puedes estar seguro de que así es "por dentro". Obviamente, es posible que alguien muestre una falsa apariencia para engañar a los demás con respecto a su carácter, sin embargo, tarde o temprano se sabrá lo que hay en su interior. La boca habla de la abundancia del corazón.
Parece que la principal aplicación de las palabras de Jesús es ésta: cuando vemos que la maldad sale constantemente de una persona con sus palabras y sus acciones, no podemos engañarnos a nosotros mismos diciendo: "Creo que por dentro es realmente una buena persona; sólo que tiene algunos malos hábitos" o " Esa es sólo su forma de hablar, pero en realidad él no es así". ¿Cuántas personas se enamoran y se casan pensando que el mal comportamiento que han observado es sólo una excepción? ¿Cuántos padres se engañan a sí mismos con respecto al estado espiritual de sus hijos, pensando que son creyentes verdaderos porque han hecho una profesión de fe en su infancia, aunque sus vidas demuestren que su corazón es malo?
Cuando Jesús dijo: "De la abundancia del corazón habla la boca", lo que quiso decir es que la constancia de las palabras y los actos pecaminosos indican un corazón pecaminoso. Antes que darle a la gente "el beneficio de la duda", debemos reconocer el "fruto" que observamos y responder de acuerdo a ello. Evaluar los frutos de las personas no significa que nos consideremos libres de pecado, sino que somos realistas en cuanto a quién confiar y a quién dejamos que sea una influencia sobre nosotros y sobre las personas de las que somos responsables.
