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Pregunta: "¿Es la datación por carbono un método confiable para determinar la edad de las cosas?"

Respuesta:
La datación por carbono, o datación por radiocarbono, al igual que cualquier otra técnica de análisis de laboratorio, puede ser extremadamente confiable, siempre y cuando se controlen y comprendan todas las variables involucradas. Hay varios factores que afectan a los resultados de las pruebas de radiocarbono, y no todos son fáciles de controlar objetivamente. Por esta razón, es preferible que se daten los objetos utilizando varios métodos, en lugar de confiar en una sola prueba. La datación por carbono es confiable dentro de ciertos parámetros, pero sin duda no es infalible.

Al probar un objeto mediante la datación por radiocarbono, se deben tener en cuenta varios factores:

En primer lugar, la datación por carbono sólo funciona con materia que estuvo viva, y sólo determina la fecha aproximada de muerte de esa muestra. Por ejemplo, una punta de lanza de acero no se puede datar con carbono, por lo que los arqueólogos podrían realizar pruebas en la asta de madera a la que estaba unida. Esto proporciona una buena información, pero sólo indica hace cuánto tiempo se cortó ese trozo de madera de un árbol existente. La datación por radiocarbono no puede diferenciar entre la madera que se cortó y se utilizó inmediatamente para la lanza, y la madera que se cortó unos años antes para reutilizarla con ese fin. Tampoco puede determinar si una punta de lanza mucho más antigua fue unida a un astil nuevo.

La mayoría de los objetos arqueológicos no pueden datarse directamente con carbono, por lo que su datación se basa en pruebas realizadas en objetos o materiales cercanos. Esto hace que los resultados estén sujetos a las suposiciones de los investigadores sobre esos objetos. Si la cabeza de lanza se data utilizando huesos de animales cercanos, la precisión de los resultados depende totalmente del vínculo que se supone que existe entre la cabeza de lanza y el animal. Éste es quizás el mayor punto de error potencial, ya que las suposiciones sobre la datación pueden llevar a un razonamiento universal, o a optar por confirmar los resultados, en lugar de aceptar una fecha "equivocada".

En segundo lugar, la datación por radiocarbono se vuelve más difícil, y menos precisa, a medida que la muestra envejece. Los cuerpos de los seres vivos tienen generalmente concentraciones del isótopo carbono-14, también conocido como radiocarbono, idénticas a las de la atmósfera. Cuando un organismo muere, deja de absorber nuevo carbono-14, y lo que hay en su interior se descompone gradualmente en otros elementos. El carbono-14 constituye normalmente una trillonésima parte (1/1.000.000.000) de la atmósfera terrestre. Por lo tanto, incluso las muestras más recientes contienen cantidades increíblemente pequeñas de radiocarbono.

Con el tiempo, la cantidad de carbono-14 restante es tan pequeña que es prácticamente indetectable. Las pequeñas variaciones dentro de una muestra concreta se vuelven lo suficientemente significativas como para alterar los resultados hasta el punto de ser algo absurdo. Por lo tanto, la datación por carbono se basa en técnicas de enriquecimiento y mejora para que las cantidades más pequeñas sean más fáciles de detectar, pero esta mejora también puede distorsionar los resultados de la prueba. Los errores normales de la prueba se magnifican. En consecuencia, la datación por carbono sólo es factible para objetos de menos de 40.000 años de antigüedad.

Otro factor importante que afecta a los resultados de la datación por carbono es la medida de la proporción original de carbono-14. La datación por carbono se basa en la pérdida de carbono-14, por esta razón, aunque la cantidad actual de un espécimen pueda ser detectada con precisión, debemos saber con qué cantidad de carbono-14 comenzó el organismo. Los científicos deben suponer la cantidad de carbono-14 que tenía el organismo cuando murió. Lo que complica las cosas es el hecho de que las concentraciones de carbono-14 en la Tierra cambian drásticamente en función de varios factores. A medida que las muestras envejecen, los errores se magnifican y las suposiciones pueden hacer que la datación por carbono sea prácticamente inútil.

Por ejemplo, las variaciones en los efectos invernadero y la radiación solar modifican la cantidad de carbono 14 a la que está expuesto un organismo vivo, lo que cambia drásticamente el "punto de partida" en el que se basa una prueba de datación por radiocarbono. Asimismo, los diferentes seres vivos absorben o rechazan el carbono-14 a ritmos diferentes. Dos plantas que murieron en el mismo momento, pero que naturalmente contenían diferentes niveles de radiocarbono, podrían datarse en épocas drásticamente diferentes. Los efectos modernos, como la quema de combustibles fósiles y las pruebas nucleares, también han modificado los niveles de carbono 14 en la atmósfera y, a su vez, cambian el "punto de partida" de una prueba de radiocarbono. En definitiva, establecer los criterios de la prueba del carbono 14 es más un arte que una ciencia.

La contaminación y la repetición también son factores que hay que tener en cuenta en la datación por carbono. Una pequeña cantidad de contaminación por carbono puede alterar los resultados de las pruebas, por lo que la preparación de la muestra es fundamental. Aun así, una gran proporción de las pruebas de datación por radiocarbono arrojan resultados incoherentes, incluso para pruebas realizadas con la misma muestra. La explicación que se da a estos valores extremos suele ser la "contaminación". Los resultados incoherentes son otra de las razones por las que se utilizan múltiples muestras, múltiples pruebas y diversos métodos paralelos para la datación de objetos.

Debido a todos estos factores, es habitual que los resultados de la datación por carbono de una muestra concreta, o incluso de un grupo de muestras, sean rechazados por la única razón de que no coinciden con los resultados "esperados". Eso no es inusual en la ciencia, dentro de lo que cabe, pero hay que tener en cuenta la relación entre las suposiciones y las interpretaciones. En el mejor de los casos, hay que reconocerlo. En el peor de los casos, puede hacer que la datación por carbono sea un proceso circular y de autoconfirmación, aunque hay otros medios de datación que pueden reducir este riesgo.

En resumen, la datación por carbono es tan útil como cualquier otra técnica, siempre y cuando se haga correctamente y los resultados se interpreten objetivamente. Sin embargo, no es un método sin errores o en blanco y negro para la datación de objetos.

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