Pregunta: "¿Qué dice la biblia acerca de las formas definitivas de control de natalidad tales como la ligadura de trompas o vasectomía?"
Respuesta:
El control de la natalidad puede ser un tema polémico entre los cristianos, porque la biblia claramente no aprueba ni condena su uso. La biblia tampoco trata formas definitivas de control natal, tales como la ligadura de trompas o la vasectomía, ya que estos procedimientos no eran conocidos en tiempos bíblicos. El control de la natalidad permanente o de otra clase, es un tema del corazón y algo que tiene que ver con las convicciones personales del esposo y la esposa.
En cualquier discusión de control de natalidad definitivo, debemos reconocer que los hijos son un don de Dios (Salmo 127:3-5). Los hijos no son cargas que hay que llevar sino bendiciones que hay que recibir con gozo. Desde una perspectiva bíblica, cada pareja de esposos debe "suponer" que va a tener hijos y, al menos, estar preparados para esa posibilidad. La incapacidad de tener hijos se consideraba como una maldición en la antigüedad, y la capacidad de concebir se consideraba un gran gozo. En la biblia no hay registros de que alguien alguna vez estuvo triste por haber tenido hijos.
El control de natalidad definitivo (por ejemplo: una vasectomía o ligadura de trompas), puede ser apropiado para algunas parejas que sienten que no deben tener más hijos. Puede haber temas financieros, de salud o de relación que hay que considerar. La decisión de utilizar un control definitivo de natalidad, no debe basarse en el egoísmo o la vanidad (Filipenses 2:3-4), sino en el deseo de agradar a Dios y de seguir Su voluntad.
Muchas personas creen que deberíamos querer tener hijos así como deseamos recibir todas las bendiciones de Dios y que no debemos limitar el tamaño de la familia a través de un control definitivo de natalidad. Sin embargo, ya que la biblia no prohíbe los métodos anticonceptivos, temporales o permanentes, no podemos decir que son malos en todas las circunstancias. A través de nuestra relación personal con Dios, podemos buscar la voluntad de Dios para determinar el tamaño de nuestras familias.
