Pregunta
¿Cómo debe tratar la Iglesia el chisme?
Respuesta
El chisme consiste en repetir información que no debe compartirse, incluso si es verdad. A menudo, quien repite un chisme que resulta ser cierto lo hace antes de que la verdad se confirme o sin tener permiso para divulgarla. Lo que convierte una noticia en chisme, aun si es cierta, es que se repite a personas que no necesitan saberla. El chisme puede ser información compartida en confianza, pero también puede ser algo que simplemente se "escuchó" o "se oyó por ahí".
El atractivo del chisme es que a la gente le gusta descubrir secretos y compartirlos, especialmente si se hace con personas en las que se puede "confiar" para que lo guarden. Además, al compartir un secreto, se puede dejar mal a otra persona y, en consecuencia, mejorar la auto-imagen del chismoso y de quien lo escucha
Además de los muchos pasajes de la Escritura que advierten sobre el mal uso de las palabras y la lengua, hay pasajes que advierten específicamente contra el chisme:
Proverbios 11:13, "El que anda en chismes revela secretos, pero el de espíritu leal oculta las cosas".
Proverbios 20:19, "El que anda murmurando revela secretos, por tanto, no te asocies con el chismoso".
Proverbios 26:20, "Por falta de leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, se calma la discusión".
En el Nuevo Testamento, la condena del chisme es dura. En Romanos 1:28-30, el chisme es uno de los pecados que significan la depravación más profunda de la humanidad: "Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen. Están llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia, llenos de envidia, homicidios, pleitos, engaños, y malignidad. Son chismosos, detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padres".
Pablo enumera la murmuración como uno de los pecados que teme encontrar en la iglesia de Corinto: "Que quizá haya pleitos, celos, enojos, rivalidades, difamaciones, chismes, arrogancia, desórdenes" (2 Corintios 12:20).
Los chismes causan división dentro de la iglesia, y hay que abordarlos.
En Mateo 18:15-17, Jesús explica cómo debe tratarse el pecado en la Iglesia: "Si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que toda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos. Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuestos".
Cuando una persona cae en el chisme, hay que confrontarla según el modelo que estableció Jesús.
A veces puede ser difícil reconocer un chisme, o puede estar redactado de tal manera que oculte su verdadera naturaleza. Puede parecer motivado por una preocupación genuina: "He oído que Francisco y su mujer están a punto de separarse. Estoy muy preocupada. ¿Has oído algo al respecto? También podría disfrazarse como una petición de oración: "Por favor, ora por Francisco y su mujer. He oído que tienen problemas". En estos casos, el chismoso está difundiendo información que no tiene permiso de Francisco para compartir, aunque sea cierta.
En estos casos, el que oye el chisme debe responder adecuadamente. Sería útil que la iglesia tuviera una enseñanza específica desde el púlpito sobre estos escenarios.
Cuando un miembro de la iglesia oye algo como lo que se ilustra más arriba, lo primero que debe hacer es negarse a escuchar y dirigir el chisme de vuelta a la fuente. Por ejemplo, cuando el chismoso dice: "¿Has oído que Francisco y su esposa tienen problemas?", la otra parte podría responder: "No, no lo he oído, y no quiero oírlo. No deberías repetir cosas sobre Francisco que pueden ser ciertas o no. Si de verdad te preocupa el matrimonio de Francisco, tienes que ir a hablar con él y ver si necesita ayuda". Si realmente hay preocupación por Francisco y su esposa, entonces la "persona preocupada" hará un seguimiento con Francisco, y si la única motivación era el chisme, tal vez esta respuesta lo corte. Si la persona persiste en el chisme, se deben seguir los pasos de Mateo 18:15-17.
Cuando escuchamos una petición de oración que parece chisme, conviene hacer algunas preguntas: ":¿Francisco te dijo esto?" Si la respuesta es "no", entonces: "¿Cómo sabes que es cierto?" Si es "sí", entonces: "¿Te pidió que se lo contaras a otros y que oraran por él?".
El objetivo es confrontar el chisme, negarse a participar en la historia y redirigir la preocupación hacia una acción productiva. Antes de hablar sobre Francisco, se debe hablar con él directamente para conocer los hechos, saber qué ayuda necesita y determinar si es apropiado informar a otros.
La persona que oye el chisme no puede -no debe- repetirlo. Esa persona solo tiene dos opciones en respuesta a la información comunicada. La primera es simplemente dejarlo pasar, y la segunda es acudir a la fuente (Francisco en este caso) e intentar averiguar los hechos (suponiendo que esta persona tenga relación con Francisco y que ese acercamiento esté justificado).
Puede haber ocasiones en las que una persona esté realmente preocupada y acuda a un pastor o a un cristiano maduro para que le ayude a formular una respuesta adecuada a algo que haya visto u oído. En este caso, puede que no se trate de chisme, pero fácilmente podría convertirse en ello. "Pastor, me preocupa el matrimonio de Francisco. He oído algunas cosas y temo que sean ciertas. ¿Qué debo hacer?" En esta situación, el pastor o creyente maduro debe advertir contra el chisme, dejar claro que esa información no debe repetirse y animar a quien expresó la preocupación a hablar directamente con Francisco. Si no hay una relación adecuada con él, tal vez sea correcto que el pastor o el creyente maduro asuma la responsabilidad y hable con Francisco personalmente.
Cuando se trata de chisme (o de un posible chisme), la respuesta correcta es confrontar a quien lo repite, negarse a escuchar y, si ya es tarde para eso, negarse a difundirlo. Si parece necesario actuar, la información debe verificarse con alguien que esté en posición de conocerla y que dé permiso para compartirla. Si se siguieran estos pasos en todos los casos, muchas cosas que no deberían repetirse se quedarían en silencio, y quienes realmente necesitan ayuda probablemente la recibirían.
El atractivo del chisme es que a la gente le gusta descubrir secretos y compartirlos, especialmente si se hace con personas en las que se puede "confiar" para que lo guarden. Además, al compartir un secreto, se puede dejar mal a otra persona y, en consecuencia, mejorar la auto-imagen del chismoso y de quien lo escucha
Además de los muchos pasajes de la Escritura que advierten sobre el mal uso de las palabras y la lengua, hay pasajes que advierten específicamente contra el chisme:
Proverbios 11:13, "El que anda en chismes revela secretos, pero el de espíritu leal oculta las cosas".
Proverbios 20:19, "El que anda murmurando revela secretos, por tanto, no te asocies con el chismoso".
Proverbios 26:20, "Por falta de leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, se calma la discusión".
En el Nuevo Testamento, la condena del chisme es dura. En Romanos 1:28-30, el chisme es uno de los pecados que significan la depravación más profunda de la humanidad: "Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen. Están llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia, llenos de envidia, homicidios, pleitos, engaños, y malignidad. Son chismosos, detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padres".
Pablo enumera la murmuración como uno de los pecados que teme encontrar en la iglesia de Corinto: "Que quizá haya pleitos, celos, enojos, rivalidades, difamaciones, chismes, arrogancia, desórdenes" (2 Corintios 12:20).
Los chismes causan división dentro de la iglesia, y hay que abordarlos.
En Mateo 18:15-17, Jesús explica cómo debe tratarse el pecado en la Iglesia: "Si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que toda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos. Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuestos".
Cuando una persona cae en el chisme, hay que confrontarla según el modelo que estableció Jesús.
A veces puede ser difícil reconocer un chisme, o puede estar redactado de tal manera que oculte su verdadera naturaleza. Puede parecer motivado por una preocupación genuina: "He oído que Francisco y su mujer están a punto de separarse. Estoy muy preocupada. ¿Has oído algo al respecto? También podría disfrazarse como una petición de oración: "Por favor, ora por Francisco y su mujer. He oído que tienen problemas". En estos casos, el chismoso está difundiendo información que no tiene permiso de Francisco para compartir, aunque sea cierta.
En estos casos, el que oye el chisme debe responder adecuadamente. Sería útil que la iglesia tuviera una enseñanza específica desde el púlpito sobre estos escenarios.
Cuando un miembro de la iglesia oye algo como lo que se ilustra más arriba, lo primero que debe hacer es negarse a escuchar y dirigir el chisme de vuelta a la fuente. Por ejemplo, cuando el chismoso dice: "¿Has oído que Francisco y su esposa tienen problemas?", la otra parte podría responder: "No, no lo he oído, y no quiero oírlo. No deberías repetir cosas sobre Francisco que pueden ser ciertas o no. Si de verdad te preocupa el matrimonio de Francisco, tienes que ir a hablar con él y ver si necesita ayuda". Si realmente hay preocupación por Francisco y su esposa, entonces la "persona preocupada" hará un seguimiento con Francisco, y si la única motivación era el chisme, tal vez esta respuesta lo corte. Si la persona persiste en el chisme, se deben seguir los pasos de Mateo 18:15-17.
Cuando escuchamos una petición de oración que parece chisme, conviene hacer algunas preguntas: ":¿Francisco te dijo esto?" Si la respuesta es "no", entonces: "¿Cómo sabes que es cierto?" Si es "sí", entonces: "¿Te pidió que se lo contaras a otros y que oraran por él?".
El objetivo es confrontar el chisme, negarse a participar en la historia y redirigir la preocupación hacia una acción productiva. Antes de hablar sobre Francisco, se debe hablar con él directamente para conocer los hechos, saber qué ayuda necesita y determinar si es apropiado informar a otros.
La persona que oye el chisme no puede -no debe- repetirlo. Esa persona solo tiene dos opciones en respuesta a la información comunicada. La primera es simplemente dejarlo pasar, y la segunda es acudir a la fuente (Francisco en este caso) e intentar averiguar los hechos (suponiendo que esta persona tenga relación con Francisco y que ese acercamiento esté justificado).
Puede haber ocasiones en las que una persona esté realmente preocupada y acuda a un pastor o a un cristiano maduro para que le ayude a formular una respuesta adecuada a algo que haya visto u oído. En este caso, puede que no se trate de chisme, pero fácilmente podría convertirse en ello. "Pastor, me preocupa el matrimonio de Francisco. He oído algunas cosas y temo que sean ciertas. ¿Qué debo hacer?" En esta situación, el pastor o creyente maduro debe advertir contra el chisme, dejar claro que esa información no debe repetirse y animar a quien expresó la preocupación a hablar directamente con Francisco. Si no hay una relación adecuada con él, tal vez sea correcto que el pastor o el creyente maduro asuma la responsabilidad y hable con Francisco personalmente.
Cuando se trata de chisme (o de un posible chisme), la respuesta correcta es confrontar a quien lo repite, negarse a escuchar y, si ya es tarde para eso, negarse a difundirlo. Si parece necesario actuar, la información debe verificarse con alguien que esté en posición de conocerla y que dé permiso para compartirla. Si se siguieran estos pasos en todos los casos, muchas cosas que no deberían repetirse se quedarían en silencio, y quienes realmente necesitan ayuda probablemente la recibirían.