Pregunta

¿Cuál era el significado e importancia del bautismo de Juan el Bautista?

Respuesta
Aunque hoy en día la palabra bautismo suele asociarse con identificarse con la muerte, sepultura y resurrección de Cristo, el bautismo no comenzó con los cristianos. Durante siglos antes de Cristo, los judíos practicaban el baño en agua como ceremonia de purificación ritual (ver Levítico 14:1–4, 8–9; 15:4, 6–11, 13, 16–22, 27; Números 19:7). Juan el Bautista tomó ese rito y lo aplicó a quienes reconocían su necesidad de una limpieza espiritual en preparación para la llegada del Mesías. Muchos creyeron el mensaje de Juan y fueron bautizados por él (Mateo 3:5–6). Los bautismos que Juan realizaba tenían el propósito específico de preparar los corazones para la venida del Señor.

En Mateo 3:11, Juan el Bautista menciona el propósito de sus bautismos: "Yo, en verdad, los bautizo a ustedes con agua para arrepentimiento" (NBLA). Pablo confirma esto en Hechos 19:4: "Juan bautizó con el bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en Aquel que vendría después de él, es decir, en Jesús" (NBLA). El bautismo de Juan estaba relacionado con el arrepentimiento: era una representación simbólica del cambio de mente y dirección. "Y confesando sus pecados, eran bautizados por Juan en el río Jordán" (Mateo 3:6, NBLA). Bautizarse con Juan demostraba el reconocimiento del pecado, el deseo de limpieza espiritual y el compromiso de seguir la ley de Dios en espera de la llegada del Mesías.

Algunos, como los fariseos, se acercaron al Jordán para observar el ministerio de Juan, pero sin intención alguna de entrar al agua. Juan los reprendió con dureza: "Pero cuando vio que muchos de los fariseos y saduceos venían para el bautismo, les dijo: ¡Camada de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que está al venir? Por tanto, den frutos dignos de arrepentimiento" (Mateo 3:7–8, NBLA). Incluso los líderes religiosos necesitaban arrepentirse de sus pecados, aunque no veían la necesidad de hacerlo.

El bautismo cristiano hoy también simboliza arrepentimiento, limpieza y compromiso, pero Jesús le ha dado un énfasis distinto. El bautismo cristiano es una señal de identificación con la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Representa una limpieza total y un compromiso que es la respuesta natural de alguien que ha sido hecho nuevo. El sacrificio de Jesús en la cruz limpia completamente nuestros pecados, y somos resucitados a una nueva vida por el poder del Espíritu Santo (2 Corintios 5:17–21; Romanos 6:1–11). Con el bautismo de Juan, la persona se arrepentía del pecado y quedaba lista para depositar su fe en Jesucristo. El bautismo de Juan anticipaba lo que Jesús realizaría, al igual que el sistema de sacrificios del Antiguo Testamento.

Juan preparó el camino para Cristo al llamar a las personas a reconocer su pecado y su necesidad de salvación. Su bautismo era una ceremonia de purificación destinada a preparar los corazones del pueblo para recibir a su Salvador.