Pregunta
¿Qué significa que Jesús es el autor y consumador de nuestra fe (Hebreos 12:2)?
Respuesta
A Jesús se le describe como el autor y consumador, o perfeccionador, de nuestra fe en Hebreos 12:2. Un autor es un creador u originador, como de una teoría o un plan. La palabra griega traducida como "autor" en Hebreos 12:2 también puede significar "capitán", "líder principal" o "príncipe". Hechos 3:15 utiliza la misma palabra: "y dieron muerte al Autor de la vida, al que Dios resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos" (NBLA). De esto podemos deducir que Cristo es el creador de nuestra fe, ya que Él la inicia, así como el capitán y príncipe de nuestra fe. Esto indica que Jesús controla nuestra fe, la dirige como un capitán dirige un barco, y la preside y cuida como un monarca preside y cuida a su pueblo.
La palabra griega traducida como "consumador" en Hebreos 12:2 aparece solo esta vez en el Nuevo Testamento. Significa literalmente "completador" o "finalizador" y se refiere a llevar algo a su conclusión. Al unir las dos palabras, vemos que Jesús, como Dios, crea y sostiene nuestra fe. Sabemos que la fe salvadora es un don de Dios, no algo que se nos ocurre por nuestra cuenta (Efesios 2:8-9), y que ese don proviene de Cristo, su creador. Él es también el sustentador de nuestra fe, lo que significa que la verdadera fe salvífica no se puede perder, quitar ni entregar. Esto es un gran consuelo para los creyentes, especialmente en momentos de duda y luchas espirituales. Cristo ha creado nuestra fe y Él la cuidará, la protegerá y la mantendrá.
Es importante que entendamos que Dios en Cristo no solo es el creador y sustentador de nuestra fe salvífica, sino que también es el sustentador de nuestro caminar diario y el consumador de nuestro camino espiritual. Porque si Dios en Cristo no es el autor de nuestra nueva vida, y si Cristo no es el consumador y perfeccionador de nuestra fe a través del poder del Espíritu Santo que mora en nosotros, entonces no hemos nacido de nuevo, ni somos verdaderos seguidores de Cristo. "Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús". "En Él también ustedes, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de su salvación, y habiendo creído, fueron sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa, que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de Su gloria" (Filipenses 1:6; Efesios 1:13-14).
La palabra griega traducida como "consumador" en Hebreos 12:2 aparece solo esta vez en el Nuevo Testamento. Significa literalmente "completador" o "finalizador" y se refiere a llevar algo a su conclusión. Al unir las dos palabras, vemos que Jesús, como Dios, crea y sostiene nuestra fe. Sabemos que la fe salvadora es un don de Dios, no algo que se nos ocurre por nuestra cuenta (Efesios 2:8-9), y que ese don proviene de Cristo, su creador. Él es también el sustentador de nuestra fe, lo que significa que la verdadera fe salvífica no se puede perder, quitar ni entregar. Esto es un gran consuelo para los creyentes, especialmente en momentos de duda y luchas espirituales. Cristo ha creado nuestra fe y Él la cuidará, la protegerá y la mantendrá.
Es importante que entendamos que Dios en Cristo no solo es el creador y sustentador de nuestra fe salvífica, sino que también es el sustentador de nuestro caminar diario y el consumador de nuestro camino espiritual. Porque si Dios en Cristo no es el autor de nuestra nueva vida, y si Cristo no es el consumador y perfeccionador de nuestra fe a través del poder del Espíritu Santo que mora en nosotros, entonces no hemos nacido de nuevo, ni somos verdaderos seguidores de Cristo. "Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús". "En Él también ustedes, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de su salvación, y habiendo creído, fueron sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa, que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de Su gloria" (Filipenses 1:6; Efesios 1:13-14).