Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre el rol del pastor asociado o asistente?
Respuesta
En términos generales, un pastor asociado o pastor asistente es un líder que sirve en un rol de apoyo al pastor principal de una iglesia. A veces, este puesto funciona como una especie de pasantía, preparando al hombre para eventualmente convertirse en pastor principal. Otras veces, el pastor asociado o asistente asume responsabilidades administrativas que permiten al pastor principal enfocarse en la enseñanza, la predicación y el discipulado. Aunque los términos "pastor asociado" o "pastor asistente" no aparecen específicamente en la Biblia, las Escrituras sí hacen referencia a los ancianos. Se puede decir que los pastores asociados y asistentes son también ancianos: líderes en la iglesia que sirven junto al pastor, con Cristo como la Cabeza de la iglesia. Este es el punto clave para todo líder espiritual: reconocer que la iglesia le pertenece a Cristo, quien es su Cabeza (Efesios 4:15), y entender que un líder no ha venido para ser servido, sino para servir.
Los pastores asociados y asistentes deben cumplir con los mismos requisitos que los pastores principales y otros ancianos. El liderazgo espiritual se describe en 1 Timoteo 3:1–13, pero también hay otros pasajes que mencionan las responsabilidades de los ancianos. Por ejemplo, ellos traen orden a la iglesia: "Por esta causa te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada ciudad como te mandé" (Tito 1:5, NBLA). Además, los ancianos—especialmente los que enseñan—deben recibir apoyo material del ministerio, si es posible: "Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza" (1 Timoteo 5:17, NBLA).
Los ancianos también deben ser ejemplos para los creyentes, alimentarlos con la sana doctrina y servir con humildad. Y recibirán recompensa por su servicio fiel: "A los ancianos entre ustedes, exhorto yo, anciano como ellos y testigo de los padecimientos de Cristo, y también participante de la gloria que ha de ser revelada: pastoreen el rebaño de Dios entre ustedes, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo; tampoco como teniendo señorío sobre los que les han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, ustedes recibirán la corona inmarcesible de gloria" (1 Pedro 5:1-4, NBLA).
Por último, los ancianos deben ser hombres de oración. La oración es fundamental en todo ministerio pastoral. Un ejemplo poderoso es la oración sacerdotal de Jesús en Juan 17:15–26, donde Él intercede por Sus discípulos, pidiendo su protección, santificación y unidad. Aunque el título específico de pastor asociado o asistente no aparece en la Biblia, los que llevan este rol deben ser como los demás ancianos: firmes en la Palabra de Dios, siervos fieles y hombres de oración.
Los pastores asociados y asistentes deben cumplir con los mismos requisitos que los pastores principales y otros ancianos. El liderazgo espiritual se describe en 1 Timoteo 3:1–13, pero también hay otros pasajes que mencionan las responsabilidades de los ancianos. Por ejemplo, ellos traen orden a la iglesia: "Por esta causa te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada ciudad como te mandé" (Tito 1:5, NBLA). Además, los ancianos—especialmente los que enseñan—deben recibir apoyo material del ministerio, si es posible: "Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza" (1 Timoteo 5:17, NBLA).
Los ancianos también deben ser ejemplos para los creyentes, alimentarlos con la sana doctrina y servir con humildad. Y recibirán recompensa por su servicio fiel: "A los ancianos entre ustedes, exhorto yo, anciano como ellos y testigo de los padecimientos de Cristo, y también participante de la gloria que ha de ser revelada: pastoreen el rebaño de Dios entre ustedes, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo; tampoco como teniendo señorío sobre los que les han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, ustedes recibirán la corona inmarcesible de gloria" (1 Pedro 5:1-4, NBLA).
Por último, los ancianos deben ser hombres de oración. La oración es fundamental en todo ministerio pastoral. Un ejemplo poderoso es la oración sacerdotal de Jesús en Juan 17:15–26, donde Él intercede por Sus discípulos, pidiendo su protección, santificación y unidad. Aunque el título específico de pastor asociado o asistente no aparece en la Biblia, los que llevan este rol deben ser como los demás ancianos: firmes en la Palabra de Dios, siervos fieles y hombres de oración.