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Pregunta: "¿Es el arrepentimiento un cambio de mentalidad o el alejarse del pecado?"

Respuesta:
Técnicamente, el arrepentimiento es un cambio de mentalidad, y no el apartarse del pecado. La palabra griega traducida como "arrepentimiento" es metanoia, y el significado es simplemente "un cambio de mente". Sin embargo, en el uso común, a menudo hablamos del arrepentimiento como por ejemplo "cuando nos apartamos del pecado". Hay una buena razón para ello.

El arrepentimiento frecuentemente se asocia con la salvación en las Escrituras. ¿Qué sucede cuando el Espíritu Santo comienza su obra para llevar a una persona a la salvación? El Espíritu le da al pecador un entendimiento personal y una convicción infalible de que los hechos sobre su estado espiritual son verdaderos. Esos hechos son su pecado personal, el castigo eterno merecido por su pecado, la naturaleza sustitutiva del sufrimiento de Jesús por su pecado, y la necesidad de la fe en Jesús para salvarlo de su pecado. A partir de esa obra de convicción del Espíritu Santo (Juan 16:8), el pecador se arrepiente -cambia su mentalidad- sobre el pecado, el Salvador y la salvación.

Cuando una persona arrepentida cambia de mentalidad sobre el pecado, ese cambio de mentalidad naturalmente lo lleva a alejarse del pecado. El pecado ya no es deseable ni divertido, porque el pecado trae condenación. El pecador arrepentido comienza a aborrecer sus malas acciones del pasado. Además, comienza a buscar la manera de enmendar su conducta (ver Lucas 19:8). Así que, en última instancia, el resultado del cambio de mente sobre el pecado son las buenas acciones. El pecador se aparta del pecado y se acerca a la fe en el Salvador, y esa fe se demuestra con hechos (véase Santiago 2:17).

El cambio de mentalidad (arrepentimiento) no es precisamente lo mismo que alejarse activamente del pecado y la ejecución visible de buenas obras, aunque una cosa conduce a la otra. De este modo, el arrepentimiento está relacionado con abandonar el pecado. Cuando nos referimos al arrepentimiento como el abandono del pecado (en lugar de un cambio de mentalidad), utilizamos una figura retórica llamada metonimia. En la metonimia, el nombre de un concepto se sustituye por una palabra sugerida por el original.

La metonimia es bastante común en el lenguaje cotidiano. Por ejemplo, las noticias que empiezan así: "Brasil ha emitido hoy una declaración", están utilizando la metonimia, ya que el nombre del país se sustituye por el nombre del órgano de gobierno o del líder que realmente hizo la declaración.

En la Biblia podemos ver otros ejemplos de metonimia. En Marcos 9:17 el padre afirma que su hijo tiene "un espíritu mudo". El espíritu maligno en sí no es mudo. El espíritu maligno hace que el niño sea mudo. El espíritu recibe el nombre del efecto que produce: un niño mudo. La metonimia aquí sustituye la causa por el efecto. Del mismo modo, el uso de la palabra "arrepentimiento" para indicar "un abandono del pecado" sustituye la causa por el efecto. La causa es el arrepentimiento, un cambio de mentalidad; el efecto es el abandono del pecado. Una palabra se sustituye por un concepto relacionado. Eso es metonimia.

Por consiguiente, el arrepentimiento es un cambio de mentalidad. Pero toda la comprensión bíblica del arrepentimiento va más allá. En relación con la salvación, el arrepentimiento es un cambio de mente que va desde la aceptación del pecado hasta el rechazo del pecado y desde el rechazo de Cristo hasta la fe en Cristo. Tal arrepentimiento es algo que sólo Dios puede permitir (Juan 6:44; Hechos 11:18; 2 Timoteo 2:25). Por lo tanto, el verdadero arrepentimiento bíblico siempre resultará en un cambio de comportamiento. Tal vez no de forma instantánea, pero sí de forma inevitable y progresiva.

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