Pregunta

¿Qué hacía que algunos animales fueran puros y otros impuros (Génesis 7)?

Respuesta
¿Noé llevó al arca dos animales de cada especie? No exactamente. La Biblia dice: "De todo animal limpio tomarás contigo siete parejas, el macho y su hembra; y de todo animal que no es limpio, dos, el macho y su hembra. También de las aves del cielo, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la superficie de toda la tierra" (Génesis 7:2–3, NBLA). La frase hebrea traducida como "siete parejas" literalmente significa "siete sietes", por lo que existe cierta duda sobre si Noé llevó siete ejemplares de cada especie "pura" (tres parejas y uno adicional) o siete parejas. En cualquier caso, se le indicó que llevara más animales puros que impuros en el arca. Solo los animales impuros fueron llevados en parejas (Génesis 6:19).

Levítico 11 define la diferencia entre los animales puros e impuros, pero Noé vivió antes de que se diera la Ley. No se nos dice cómo sabía Noé qué animales eran puros y cuáles impuros, pero claramente conocía la diferencia. Se ofrecían sacrificios a Dios antes de la Ley mosaica (Génesis 4:4), lo que indica que, de alguna manera, Dios ya había comunicado al ser humano qué animales eran apropiados para el sacrificio (y, posteriormente, para el consumo).

Levítico 11 especifica qué aves, animales terrestres y criaturas marinas eran puros e impuros. Aquí algunos ejemplos de los animales listados:

Animales puros: animales terrestres que rumian y tienen la pezuña partida, como el ganado vacuno, los ciervos, las cabras y las ovejas; animales marinos que tienen aletas y escamas, como el pez sol, el mero y el bacalao; ciertas aves, como las gallinas, palomas y patos; e incluso algunos insectos, como los saltamontes y las langostas.

Animales impuros: animales terrestres que no rumian o no tienen la pezuña partida, como los cerdos, perros, gatos, caballos, burros y ratas; animales marinos que no tienen aletas o escamas, como los mariscos, langostas, ostras y bagres; algunas aves, como los búhos, halcones y buitres; y otros animales como los reptiles y los anfibios.

Aunque el Nuevo Testamento enseña que ya no se nos juzga por los alimentos que comemos (Colosenses 2:16), algunos nutricionistas han observado que las listas de alimentos puros e impuros del Antiguo Testamento pueden servir como una guía para una dieta saludable. En una época sin técnicas modernas de seguridad alimentaria, una dieta basada solo en animales puros habría protegido a las personas de muchos problemas de salud.

En última instancia, la distinción que hacía Dios entre animales puros e impuros tenía un propósito más allá de la alimentación. Muchas de las regulaciones de Dios tenían como fin recordarle a Su pueblo, Israel, que habían sido apartados para adorar al único Dios verdadero. La audiencia original de Génesis 7, en tiempos de Moisés, habría asociado la referencia a animales puros con los que Dios les había dado tanto para el consumo como para los sacrificios. Por eso tiene sentido que se incluyeran más animales puros que impuros en el arca. Noé ofreció un sacrificio justo después del Diluvio (Génesis 8:20). Como había siete (o siete parejas) de cada animal puro en el arca, ese sacrificio no habría impedido que quedaran suficientes ejemplares para repoblar la tierra.