Pregunta

¿Quiénes fueron Recab y Baana?

Respuesta
Recab y Baana eran hermanos de la tribu de Benjamín. Su breve historia aparece en 2 Samuel 4. Estos dos hombres eran jefes de bandas armadas en el ejército de Isboset (v. 2). Son identificados como "hijos de Rimón el beerotita" (v. 2); Beerot era una antigua ciudad de los gabaonitas.

El rey Isboset era hijo de Saúl, y pertenecía a la misma tribu que Recab y Baana. El antiguo comandante del ejército de Saúl, Abner, había nombrado a Isboset rey sobre el reino del norte de Israel, en oposición a David, el rey ungido por Dios, quien al principio solo gobernaba la tribu de Judá. Sin embargo, cuando Isboset acusó a Abner de mala conducta, este se enojó y decidió apoyar a David. Pero antes de que pudiera concretar esa alianza, Abner fue asesinado por Joab, comandante de David, y eso hizo que Isboset se desanimara por completo (2 Samuel 4:1).

Recab y Baana vieron que el reinado de Isboset se estaba por derrumbar, así que idearon un plan para ganarse el favor de David. Una tarde fueron a la casa de Isboset con el pretexto de recoger trigo (posiblemente para sus tropas), y se acercaron sigilosamente a la habitación donde el rey descansaba (2 Samuel 4:5). Allí lo apuñalaron en el abdomen y lo mataron (v. 6). Luego le cortaron la cabeza y huyeron de noche hacia Hebrón para presentarse ante David (v. 7).

Pensaban que David se alegraría por la muerte de su enemigo, así que le llevaron la cabeza de Isboset y dijeron: "Esta es la cabeza de Isboset, hijo de su enemigo Saúl, el que buscaba su vida; de esta manera el Señor hoy ha concedido venganza a mi señor el rey sobre Saúl y sus descendientes" (2 Samuel 4:8, NBLA). Pero Recab y Baana no sabían que, tiempo antes, David había ejecutado a un hombre que afirmó haber matado a Saúl tras su derrota ante los filisteos (2 Samuel 1:1–16). Así como actuó en esa ocasión, David también ordenó la muerte de Recab y Baana por su traición, y dijo: "Hombres malvados han matado a un hombre justo en su propia casa y sobre su cama" (2 Samuel 4:11, NBLA).

Después de ejecutarlos, David mandó que les cortaran las manos y los pies y colgaran sus cuerpos junto al estanque de Hebrón, posiblemente como advertencia para cualquiera que pensara hacerle daño a la familia de Saúl. En cuanto a Isboset, David ordenó que su cabeza fuera sepultada en la tumba de Abner (2 Samuel 4:12).