Pregunta

¿Quién era Oswald Chambers?

Respuesta
Oswald Chambers (1874-1917) fue un maestro evangélico escocés de la Biblia y capellán militar. Algunos describirían a Chambers como un místico evangélico. Se hizo muy conocido gracias a los libros de sus enseñanzas que su esposa recopiló y publicó tras su muerte. Su libro más famoso es el clásico devocional "En pos de lo Supremo".

Oswald Chambers nació en 1874 en Aberdeen, Escocia, hijo de un pastor bautista. Cuando tenía 15 años, su familia se mudó a Londres. Allí, él y su padre fueron a escuchar predicar a Charles Spurgeon. Oswald se sintió conmovido por el mensaje y, mientras caminaban de regreso a casa, él y su padre se detuvieron bajo una farola y Oswald entregó su corazón y su vida a Cristo.

Oswald creció como creyente y se involucró en el ministerio con los pobres, pero era un artista talentoso y sentía que el llamado de Dios para su vida estaba en el arte. Asistió al Royal College of Art de Londres y luego a la Universidad de Edimburgo, Escocia. Aunque disfrutaba de sus estudios, no estaba contento. Algunos amigos le sugirieron que entrara en el ministerio, pero él no se sentía llamado y dijo que Dios tendría que dejar muy claro si debía cambiar de rumbo. Pronto, sus ingresos por ilustraciones independientes se agotaron y comenzó a experimentar dificultades económicas. Una noche decidió pasar toda la noche en oración, luchando con Dios, para encontrar una dirección. Por la mañana sintió el llamado al ministerio y, en el correo matutino, recibió un folleto del Dunoon Theological Training College. Chambers dejó una universidad prestigiosa y reconocida internacionalmente para asistir a un colegio bíblico con treinta estudiantes y un profesor, porque eso era lo que creía que Dios quería que hiciera. La reacción de sus amigos fue diversa.

En Dunoon, los estudiantes vivían y estudiaban en la casa del director, el reverendo Duncan MacGregor, que era mentor de los estudiantes además de profesor. MacGregor traía a la escuela a conferenciantes y profesores invitados, y a Chambers le conmovió especialmente la enseñanza de F. B. Meyer, que hablaba de la necesidad de estar lleno del poder del Espíritu Santo. Oswald sintió que eso era lo que le faltaba en su vida. Así comenzó un período de cuatro años de sequedad espiritual y búsqueda que él describió como "el infierno en la tierra". Se sintió abrumado por su propia pecaminosidad y confesó que solo la gracia de Dios y el apoyo de sus amigos le ayudaron a superar ese momento. Finalmente, en un servicio en la Iglesia Bautista de Dunoon, confesó ante toda la congregación que necesitaba ser lleno del poder del Espíritu Santo.

Esto parece haber sido un acto consciente de rendirse a Dios, y desde ese momento Oswald comenzó a tener una experiencia más profunda del poder y la presencia de Dios, que era evidente para los demás. También parece haber aceptado una forma de santificación completa. Sentía que era necesario comprometerse totalmente con Dios, en cuerpo, alma y espíritu, y que este nivel de compromiso era posterior a la conversión y necesario para que el creyente fuera plenamente utilizado por Dios. No hay pruebas de que Chambers se considerara a sí mismo como alguien que hubiera alcanzado un estado de "perfección sin pecado". Él lo explica de esta manera:

"El misterio de la santificación es que las cualidades perfectas de Jesucristo me son impartidas como un don, no gradualmente, sino instantáneamente, una vez que entro por fe en la comprensión de que Él "se convirtió para [mí]... en santificación...". La santificación no significa otra cosa que la santidad de Jesús se convierte en mía y se manifiesta en mi vida.

"El secreto más maravilloso de vivir una vida santa no radica en imitar a Jesús, sino en dejar que las cualidades perfectas de Jesús se manifiesten en mi carne humana. La santificación es "Cristo en ustedes..." (Colosenses 1:27). Es Su maravillosa vida la que se me imparte en la santificación, por la fe, como un don soberano de la gracia de Dios. ¿Estoy dispuesto a que Dios haga que la santificación sea tan real en mí como lo es en Su Palabra?

"La santificación significa la impartición de las cualidades santas de Jesucristo a mí. Es el don de Su paciencia, amor, santidad, fe, pureza y piedad que se manifiesta en y a través de cada alma santificada. La santificación no es obtener de Jesús el poder para ser santo, sino obtener de Jesús la santidad misma que se manifestó en Él y que ahora se manifiesta en mí. La santificación es una impartición, no una imitación. La imitación es algo completamente diferente. La perfección de todo está en Jesucristo, y el misterio de la santificación es que todas las cualidades perfectas de Jesús están a mi disposición. Por lo tanto, poco a poco, pero con seguridad, comienzo a vivir una vida de orden, solidez y santidad inexpresables: "... protegidos por el poder de Dios..." (1 Pedro 1:5). ("Santificación 2" de Utmost.org, consultado el 14/2/19)

Después de pasar nueve años en Dunoon, Chambers se marchó para predicar y enseñar. Viajó a los Estados Unidos y pasó varios meses enseñando en el God's Bible College de Cincinnati. Desde allí, viajó a Japón, donde visitó la Escuela Bíblica de Tokio. Luego se convirtió en profesor itinerante y embajador de la Liga Pentecostal de Oración.

En 1908, mientras viajaba en un barco rumbo a los Estados Unidos, Chambers conoció a Gertrude Hobbs, y dos años más tarde se casaron. Él se refería a ella como "discípula amada" o B.D (por sus siglas en inglés)., lo que se convirtió en el apodo Biddy, por el que se la conoció desde entonces. La pareja pasó una luna de miel de cuatro meses en los Estados Unidos enseñando en "campamentos de santidad".

Chambers leía y estudiaba la Biblia y otra literatura sobre una amplia variedad de temas. Rara vez hablaba utilizando notas, pues prefería confiar en el Espíritu Santo. Biddy, que se había formado como taquígrafa judicial, comenzó a registrar sus mensajes utilizando taquigrafía.

Chambers había soñado durante años con fundar una escuela bíblica y, en 1911, fundó la Escuela Bíblica de Formación en Londres. Alquiló una casa de 19 habitaciones en Londres, en la que se alojaban él y Biddy, así como veinticinco estudiantes. Las clases se impartían en las aulas y todos comían juntos en el comedor, donde los estudiantes hacían preguntas a Chambers y asimilaban mejor lo que él les había enseñado. Por las tardes, Chambers daba conferencias a las que asistían personas ajenas al colegio y predicaba en las iglesias locales. Aunque estaba muy ocupado, comenzaba cada mañana con un tiempo dedicado a la Biblia y la oración.

En 1913 nació la hija de Chambers, Kathleen. En 1914, Inglaterra entró en la Primera Guerra Mundial y Chambers sintió el llamado de ministrar a las tropas. En 1915 viajó a Egipto como capellán de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA - por sus siglas en inglés) para las tropas estacionadas allí. Después de unos meses, su esposa e hija se reunieron con él en El Cairo. Allí enseñó la Biblia y animó a las tropas, con cientos de militares abarrotando las sesiones. Biddy le ayudaba tomando notas taquigráficas de los mensajes de su esposo y atendiendo a los invitados en su casa. Todos los domingos, servía té a 700 soldados.

En octubre de 1917, Chambers comenzó a experimentar un deterioro de su salud, pero no buscó atención médica porque no quería quitarle recursos a los soldados heridos. Finalmente, le convencieron para que buscara ayuda médica y tuvo que someterse a una operación de urgencia por una ruptura de apéndice. Murió el 15 de noviembre de 1917, a los 43 años, por complicaciones de la operación. Fue enterrado en el cementerio británico del Viejo Cairo con todos los honores militares. Su lápida indica que era superintendente de la YMCA, pero a sus pies se resume su vida: "Un creyente en Jesucristo".

La primera Navidad después de la muerte de su esposo, Biddy imprimió uno de sus sermones y lo envió a algunos soldados. La respuesta fue abrumadora. Poco después, comenzó a hacerlo mensualmente hasta que la demanda fue tan grande que la YMCA se hizo cargo de la tarea, enviando por correo 10.000 copias de un sermón cada mes. Biddy comenzó entonces a recopilar y publicar libros basados en las transcripciones taquigráficas de los mensajes de Oswald, una vez más con gran acogida. Biddy permaneció en Egipto ejerciendo su ministerio hasta que terminó la guerra y se cerró el campamento.

A su regreso a Inglaterra, Biddy se propuso como objetivo de su vida dar a conocer al mundo las palabras de su marido. En toda esta actividad editorial, nunca se mencionó a sí misma y se mantuvo trabajando en una pensión. Cuando falleció en 1966, se habían publicado treinta libros. En 1927 publicó un libro de lecturas devocionales, una para cada día del año. Ese libro, En pos de lo Supremo nunca ha dejado de imprimirse desde entonces. Ha vendido más de 10 millones de ejemplares y ha sido traducido a cuarenta y cinco idiomas.

Oswald Chambers dedicó su vida a Cristo y al ministerio desinteresado a los demás. Tras su muerte, gracias al trabajo devoto de su viuda, Chambers sigue ministrando a las personas en la actualidad.