Pregunta
¿Quién fue Hipólito de Roma?
Respuesta
Hipólito (c. 160–236) fue un prolífico escritor y uno de los teólogos más destacados del siglo III, reconocido por defender una cristología ortodoxa en medio de la confusión doctrinal que se vivía en la Iglesia de Roma.
Sirvió como presbítero (anciano) en dicha iglesia durante los episcopados de Cefirino y Calixto, ambos inclinados hacia una forma de modalismo, doctrina que consideraba al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo no como tres Personas distintas, sino como tres manifestaciones del mismo Ser divino. Esta enseñanza, también llamada monarquianismo modalista, sabelianismo (por su principal defensor, Sabelio) o patripasianismo ("el Padre sufre"), sostenía que fue el Padre mismo quien nació como Hijo, murió en la cruz y resucitó. Hipólito, por el contrario, enseñaba que Jesús es plenamente divino, pero distinto del Padre.
Debido a estas diferencias doctrinales y a lo que él consideraba una relajación moral en los obispos romanos, Hipólito se opuso con fuerza a Cefirino, Calixto y también a los sucesores de este último, Urbano y Ponciano. Llegó incluso a ser elegido como obispo rival de Roma, convirtiéndose así en el primer antipapa de la historia. Sin embargo, más adelante tanto él como Ponciano fueron desterrados a Cerdeña durante el reinado del emperador Máximo Tracio, lo que puso fin al cisma. Se cree que Hipólito murió trabajando en las minas, aunque con el tiempo surgieron varias leyendas que adornaron los detalles de su vida y su muerte.
Hipólito es recordado por sus escritos contra las herejías y por ofrecer una valiosa descripción de las prácticas de la Iglesia primitiva, incluyendo el bautismo, la eucaristía y la ordenación de ministros. También fue conocido por su énfasis en las altas normas morales y espirituales que, según él, debían caracterizar a los creyentes, un punto que lo distanció aún más de los obispos con los que discrepaba.
Su obra más influyente es la "Refutación de todas las herejías" (Philosophumena), en la cual argumentó que todas las herejías cristianas derivan de la filosofía pagana. Otros de sus escritos que han llegado hasta nuestros días incluyen el Comentario sobre el profeta Daniel, el Comentario sobre el Cantar de los Cantares y Sobre Cristo y el Anticristo, un tratado de carácter escatológico.
Sirvió como presbítero (anciano) en dicha iglesia durante los episcopados de Cefirino y Calixto, ambos inclinados hacia una forma de modalismo, doctrina que consideraba al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo no como tres Personas distintas, sino como tres manifestaciones del mismo Ser divino. Esta enseñanza, también llamada monarquianismo modalista, sabelianismo (por su principal defensor, Sabelio) o patripasianismo ("el Padre sufre"), sostenía que fue el Padre mismo quien nació como Hijo, murió en la cruz y resucitó. Hipólito, por el contrario, enseñaba que Jesús es plenamente divino, pero distinto del Padre.
Debido a estas diferencias doctrinales y a lo que él consideraba una relajación moral en los obispos romanos, Hipólito se opuso con fuerza a Cefirino, Calixto y también a los sucesores de este último, Urbano y Ponciano. Llegó incluso a ser elegido como obispo rival de Roma, convirtiéndose así en el primer antipapa de la historia. Sin embargo, más adelante tanto él como Ponciano fueron desterrados a Cerdeña durante el reinado del emperador Máximo Tracio, lo que puso fin al cisma. Se cree que Hipólito murió trabajando en las minas, aunque con el tiempo surgieron varias leyendas que adornaron los detalles de su vida y su muerte.
Hipólito es recordado por sus escritos contra las herejías y por ofrecer una valiosa descripción de las prácticas de la Iglesia primitiva, incluyendo el bautismo, la eucaristía y la ordenación de ministros. También fue conocido por su énfasis en las altas normas morales y espirituales que, según él, debían caracterizar a los creyentes, un punto que lo distanció aún más de los obispos con los que discrepaba.
Su obra más influyente es la "Refutación de todas las herejías" (Philosophumena), en la cual argumentó que todas las herejías cristianas derivan de la filosofía pagana. Otros de sus escritos que han llegado hasta nuestros días incluyen el Comentario sobre el profeta Daniel, el Comentario sobre el Cantar de los Cantares y Sobre Cristo y el Anticristo, un tratado de carácter escatológico.