GotQuestions.org/Espanol




Pregunta: "¿Cuál es el significado de Hebreos 12:2?"

Respuesta:
Hebreos 12:2 dice que debemos poner "los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios".

En Hebreos 11, el escritor hace una larga lista de ejemplos de fe que los lectores de la carta deberían seguir. Comienza el capítulo 12 con esto: "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante". Así que a los creyentes se les describe como si estuvieran en una carrera. Ellos pueden mirar los ejemplos que les han precedido. Las personas en Hebreos 11 son la "nube de testigos" que se menciona en Hebreos 12:1. Para poder "correr" efectivamente, los creyentes necesitan deshacerse del pecado y de otras ataduras. Las personas que se toman en serio las carreras no llevan equipaje extra; nunca se ha visto a un corredor olímpico llevando una maleta o hablando por teléfono celular durante la carrera. Se deja todo lo que no es absolutamente esencial. Y para ganar la carrera, el corredor debe terminar. El atleta no debe rendirse antes de terminar. Se requiere perseverancia.

El autor de Hebreos insta a los creyentes a considerar el máximo ejemplo de perseverancia: Jesús. Los corredores en una competencia atlética no pueden distraerse con objetos del entorno. Como corredores en la carrera de la vida, debemos "fijar nuestros ojos en Jesús". Mientras corremos, debemos mirarlo a Él con fe. Él es más que nuestro ejemplo; Él es nuestro destino final. Debemos correr hacia Él con todas nuestras fuerzas, con la promesa de que seremos conformados a Su imagen.

Hebreos 12:2 dice que Jesús es el "autor" de nuestra fe. Él es el que abrió el camino. Es el que abrió el camino hacia el Lugar Santísimo para que los demás pudiéramos seguirlo hasta la presencia de Dios (Hebreos 10:19-20). Jesús es también el "consumador" de nuestra fe: es el que la llevó a buen término. No se limitó a empezarla, sino que la terminó. El versículo continúa explicando cómo la terminó.

Primero, Hebreos 12:2 dice que Jesús sufrió la cruz. Allí, en el Getsemaní, decidió cumplir la voluntad del Padre (Mateo 26:39). Lo hizo pensando en el gozo que estaba por venir. Sabía que iba a resucitar y que sería devuelto al lugar de gloria que tenía con el Padre desde el principio (Juan 17:5). Esperaba con gozo a las personas que iba a salvar. Él dio voluntariamente Su vida para salvar a Sus ovejas (Juan 10:10-11).

En segundo lugar, Hebreos 12:2 dice que Jesús menospreció la vergüenza de la cruz. La crucifixión era una muerte espantosa y tortuosa, e incluía la humillación y la vergüenza públicas. Jesús fue ridiculizado mientras colgaba de la cruz. El letrero que colgaba sobre Él decía "Rey de los Judíos", una cruel ironía ya que era cierto, pero los que lo asesinaron no lo creyeron. Otros en el suelo se burlaban de Él, diciendo: "A otros salvó; sálvese a sí mismo, si este es el Cristo, el escogido de Dios" (Lucas 23:35). La cruel ironía es que sólo podía salvar a los demás sin salvarse a sí mismo. Era verdaderamente el Mesías, y esto le impidió bajar de la cruz. Era el Elegido, y había sido elegido con el propósito de morir como el sacrificio de Dios por el pecado. También es una ironía que Dios lo liberara, pero sólo después de sufrir la cruz.

En tercer lugar, Hebreos 12:2 dice que, después de la muerte de Jesús, Dios lo resucitó de entre los muertos, y Jesús ascendió al cielo donde ahora se sienta a la derecha de Dios Padre. Esto significa la autoridad de Jesús (a la diestra) y el hecho de que Su obra ha terminado (se sentó). Esta posición contrasta con la de los sacerdotes de la época que estaban de pie y ofrecían sacrificios diariamente (Hebreos 10:11-13).

El público original del libro de Hebreos parece haber sido judíos que habían profesado la fe en Cristo, pero que ahora se enfrentaban a la persecución de los judíos incrédulos. Estaban tentados a volver atrás, a renunciar a Cristo y a volver al templo y al sistema de sacrificios. Los creyentes que leen hoy el libro de Hebreos se enfrentan a una tentación similar: el mundo y lo que hemos dejado atrás siempre nos atraen, queriendo que volvamos -si no para volver permanentemente, al menos para volver de visita tan a menudo como sea posible-. Sin embargo, estamos corriendo una carrera. No hay tiempo para retroceder. La carrera que estamos corriendo es probablemente más parecida a una carrera de obstáculos de tipo militar que a una carrera olímpica bonita y ordenada. Hay verdaderos peligros en el camino, pero debemos seguir avanzando. Tenemos los ejemplos de los santos del pasado para seguir, aunque nuestro ejemplo supremo es Jesús mismo, el que abrió el camino, terminó la carrera, pagó por nuestros pecados y ahora está sentado en el lugar de mayor honor y autoridad. A Él miramos, no sólo como nuestro ejemplo, sino como nuestra fuente de fortaleza.

© Copyright Got Questions Ministries